Crisis de Podemos

La crisis de Podemos abre un nuevo escenario político

El terremoto que sacude Podemos no es fruto de “personalismos”, sino del choque entre dos líneas cuyas diferencias políticas se han manifestado principalmente en torno a tres cuestiones clave: los “gobiernos de progreso” con PSOE y Ciudadanos; la posición ante el procés independentista en Cataluña; y la relación con el PSOE y el gobierno de Pedro Sánchez.

1) Las diferencias ante el “gobierno de progreso” que saltaron públicamente en marzo de 2016, cuando Pablo Iglesias no solo se negó a apoyar a Pedro Sánchez y su acuerdo con Ciudadanos para formar un “gobierno de progreso”, sino que en el debate parlamentario acusó al PSOE de ser el de “Felipe González y la cal viva”. Una decisión que le costó a Podemos un millón de votos en la repetición de las elecciones; expresión de esa mayoría social que está en la base de los afiliados y votantes de Podemos que no entendió que no se llegara a un acuerdo con PSOE y Ciudadanos para formar un gobierno contra los recortes y por la regeneración democrática, y haber desalojado ya entonces al gobierno del PP. Desde entonces, cada vez que se han abierto condiciones para formar un gobierno de ese tipo, han aparecido las diferentes posiciones entre Pablo Iglesias y un Errejón partidario de esos acuerdos.

2) La posición ante el procés y el problema de la unidad de España. Carolina Bescansa, alineada con las posiciones de Errejón, criticó el papel de Podemos en la crisis de Cataluña por no “hablar más de España y no solo a los independentistas”, haciendo explícitas las diferencias con un Pablo Iglesias alineado con los sectores que en Cataluña apoyaron el 1-O, expresión de una izquierda que coquetea con los argumentos de los independentistas y relega la defensa de los intereses del pueblo trabajador, anteponiendo la defensa de cuestiones identitarias que sirven a esa élite burocrática que busca la fragmentación. La práctica diaria de Iglesias está marcada por gestos continuos de complicidad con las posiciones independentistas, como las que justifican sus posiciones por la falta de libertades y “el franquismo” que dominaría la política española. Iglesias pasó de decir “no al 1-O” a considerarlo una “movilización legítima” después de entrevistarse en secreto con el presidente de ERC, Oriol Junqueras.

Los gestos de Errejón han ido claramente en otro sentido. Aunque partidario de un referéndum pactado con el Estado, en una entrevista en Antena 3, en enero de 2017, no se mostraba muy partidario de la idea de “un referéndum de autodeterminación” en Cataluña. En octubre de ese mismo año impulsó el movimiento Parlem (Hablemos), que se manifestó con banderas blancas por el diálogo entre el gobierno de Rajoy y la Generalitat. Y en una reciente entrevista en El País declaró: “Hay muchos motivos para estar orgulloso de ser Español. Y hacen falta fuerzas progresistas que lo digan.”

3) En la relación con el PSOE la posición de Pablo Iglesias ha sido la de aprovechar cada situación de debilidad de los socialistas o del propio Sánchez para erosionarlos y sacar réditos políticos. En la negociación de los presupuestos, Errejón se ha manifestado a favor de apoyarlos por encima de las diferencias y garantizar la legislatura, frente a un Pablo Iglesias que impone límites y amenaza con no apoyarlos si no recogen todas las exigencias “pactadas”, lo que llevaría al adelanto de las elecciones.

Resulta significativo que estas diferencias hayan sido el centro de las críticas que se han vertido contra la decisión de Errejón y Carmena. Desde el diario La Razón, Francisco Marhuenda titulaba “Sin perdón” un artículo en el que denunciaba a Errejón porque “¿Cómo iba a olvidar –Pedro Sánchez― que no pudo ser presidente porque no contó con el apoyo de Iglesias?”. Incluso el nacionalista Enric Juliana titulaba una de sus columnas en La Vanguardia “Directos al desastre”, calificando a Errejón como el líder que “pretende liderar un movimiento de izquierdas transversal y un poco españolista, a juego con la época”, y a Carmena como “simpática alcaldesa, una encantadora señora de setenta y cinco años que teje maniobras de lana mientras se declara ajena a los pasteleos de la política”.

10 comentarios sobre “La crisis de Podemos abre un nuevo escenario político”

  • De que estamos hablando? Carmena era una desconocida hasta que vino de la mano de los que dice ahora que no tiene ninguna relación con ellos.Y Errejón es simplemente un traidor y destructor sin escrupulos en un momento muy delicado.Pactar con Ciudadanos?.Es broma?El problema es que hay un vacio.No hay un partido de izquierda radical con voluntad transformadora de nuestra sociedad.Para la cultura neoliberal que nos domina a todos; Podemos(un partido carente de disciplina,lleno de personalismos,y a duras penas socialdemocrata ;y ni 15M ni nada,ademas de fluido e inconsistente ideológicamente )representa la extrema izquierda.Por simple necesidad de delimitar/ocupar su espacio en el tablero político; tenemos un partido de derechas(PSOE), dos de extrema derecha(PP y Cs) y uno fascista(Vox).El independentismo va a seguir ahí.Buena parte de los que lo votan son obreros que quieren desembarazarse de el gobiérno español que nunca dejo de ser franquista y una colonia de los USA.Aunque probablemente ya es tarde para Catalunya;.un partido claramente de izquierdas,anti-capitalista y radical solidario podria ser visto como la unica posibilidad de verdadera independencia para todos.A corto plazo lo veo dificil.Habrá que hacerlo.Nos sirven para algo las ruinas de Podemos?.Yo como marxista-leninista he agotado hace ya mucho tiempo mi paciencia.

    • Lo siento pero no concuerdo. Carmena quiere construir una relación con ellos, pero de Proyecto; no de club identitario estilístico en el que podemos ha quedado cosificado, y que recuerda mucho a aquel híbrido neo-izquierdista/viejo-izquierdista «rojeras» que ha sido la IU de la decadencia final. España no tiene nada que ver con eso y por tanto Pablo y demás cada vez se replegarán más en sí mismos, y mayor será el desastre, y así sucesivamente en espiral declinante. Supongo que no les importa demasiado, ya que el PODEMOS la voluntad POLÍTICA brilla por su ausencia y sus elementos quieren conservar el chiringuito y los escaños (pero precisamente por su conservadurismo ni tan siquiera eso conservarán). A pesar del hondo déficit español en materia de cultura política, la gran mayoría está mucho más allá de la Agenda académico-salarial-liberaloide que PODEMOS quisiera embutirle a España. Nadie les sigue el rollo. Todo el mundo responde ya al nihilismo, al monopolio orwelliano de la enseñanza, al auto-odio nacional, a la hispanofobia y a la emulación de pautas de conducta y de vida surgidas de los Think-Tanks universitarios de las Costas USA apologetas del desorden y de la mismidad presidiendo una mezcolanza y una IN-DIFERENCIA entre diminutas identidades inhumanas que se muestran «culturales» mientras SUB-sisten de la misma manera.
      Si los elitistas siguen por el camino de mostrarle el culo a España, al final a Franco le van a volver a hacer Caudillo y le van a montar en un caballo de batalla ganador. Tiempo al tiempo. Dejen de tratar de utilizar a los muertos como chivos expiatorios porque a la dialéctica del maniqueísmo le suele aparecer su antítesis maniqueísta.

  • MANOLÍN MAOTÍNEZ dice:

    Ya lo decía Mao Tse Tung, el enemigo de China es el imperialismo y el troskismo. El hundimiento calculado de Potemos es obra de los troskistas Errejón e Iglesias. Hace más de cuarenta años Eladio García Castro antes de cambiar su profesión para ser asalariado de la General Motor en Valencia elaboró el documento Una nueva fuerza para una nueva civilización con la que liquidó al PTE junto a ORT los dos partidos ml más importantes y numerosos de toda la España antifranquista. Es la base teórica que cuarenta años después nos presenta Potemos como la nueva izquierda hoy felizmente liquidada.

    • Podemos Lobby dice:

      Bueno… Tanto como liquidada… Causa hazmerreír y antipatía esa izquierda, pero sólo en sus expresiones más rocambolescas (en las que incluyo al Podemos actual). Más disimuladamente esa izquierda impera, desde Soros al sector «liberal» del PP (digo «liberal» en la acepción anglosajona moral/social/de antropología optimista)…, y pasando por los sindicatos y hasta hoy la mayoría de sedicentes «anarquistas», los «movimientos sociales», las «minorías»… Errejón dice que él no es «marxista», y lo dice literalmente así. Le comprendo, igual que a Marx cuando dijo exactamente lo mismo. Errejón habla de forjar un sentir-común y un vivir de com-unidad, resultado de erigir un sujeto que no sea identitario, sino de identidad (es decir, de encuentro con aquello que compartimos en el combate, en el antagonismo frente a nuestros enemigos…, pero sobre todo determinado por nuestro ser-en-el-mundo). Esto es: un sujeto, para decirlo con palabras de Nietzsche, activo y NO reactivo. No se puede comparar a Errejón con Iglesias; el último hace una performance revival de la vieja idea de portavocería de los «desfavorecidos» (más de los supuestos que de los reales). En la práctica, el PODEMOS de Iglesias se ha resituado como partido de victimistas variopintos y pintorescos, sumando el toque obrerista que le da el defender a cierta CLASE específica de asalariados DEL ESTADO (de lo tildado por los izquierdistas como «lo público»). Se especializan en el reclutamiento de alucinados y de individuos que comparten un hacer y que por ese hacer quieren «ser» (y ser reconocidos) como modelo del sentido de la historia, de la liberación, de lo progre, de lo moderno. PODEMOS es el partido del modernismo y de los aristobreros con intereses post-materiales (intereses de sensibilidad y de austeridad, compromiso con «el Bien», el decrecimiento, la «cultura» pero «afrancesada» y siempre «modernista-pedagógica», la anti-tradición tout court…). PODEMOS es ya el carroñero de IU y los elementos que van siendo colocados en reemplazo de los idos, son militantes de IU. Errejón, aunque no coincido con él porque va hacia el idealismo post-estructuralista, está muy por encima y por delante de la tribu urbana hoy llamada PODEMOS.

  • PODEMOS DEGENERADO EN UN LOBBY DE IDENTIDADES dice:

    Hola! A mí me no me importa que PODEMOS se hunda, ya que me parecen vendepatrias. Un juicio de hecho, valoraciones al margen: PODEMOS hablaba de «la gente» cuando surgió, siendo esta metáfora un concepto alegórico de agrupar a la inmensa mayoría e incluso a la nación (si consideramos a las finanzas como antinacionales y cooptadas por la super Potencia y sus arietes eurolándicos). Ahora bien: Iglesias y otros lo han convertido en un partido-tribu urbana, repleto de referentes y de simbología identitaria/ultraminoritaria y dirigido a distintos grupúsculos que vindican y politizan estilos de vida y preferencias intersubjetivas. Eso no es un partido con voluntad de Poder, sino un lobby que agrupa a los abanderados de lo «políticamente correcto», y por eso aquí el fiel a la idea unitarista popular es Errejón.

  • Lineas rojas nunca las van a rebasar aunque se abran mejores condiciones para gobierno de progreso con Errejon, Carmena y Ada Colau. Muy bueno arrinconar al Jemad

    • Bescansa es coherente, más incluso que el propio Errejón. Si hay un proyecto común, el deber de tales proyectores es NO ser condescendientes con quienes intentan excluir, por la fuerza (en Cataluña), a una parte de la sociedad respecto de su propio proyecto y a toda la sociedad respecto del proyecto español común. Si la sociedad quiere suicidarse sólo desde criterios liberales es legítimo someter tal deseo a votación; pero el desarrollo de todos necesita de todos, y es deber del Estado mantener las condiciones permisivas del desarrollo colectivo.

  • 2 puntos diferenciadores entre las 2 lineas deferenciadas que se han abierto en Podemos. Mi posicion: con Errejon aun «podemos ir a algun sitio» y disculparme las formas. Aunque tampoco «muy lejos» y disculparme de nuevo.

    • Pienso honestamente que el paroxismo -el momento highest de PODEMOS-, al menos en potencia, fue cuando cierto líder de la extrema derecha la abandonó para meterse en un Círculo de PODEMOS, llamando a su ex-militancia y, en general, a todos los españoles, a votar por la formación morada. Eso fue Poder. Eso fue el resultado de la afirmación de aquello que hay quien llama «el mapa del sentido común», y que yo prefiero llamar «el Ser común». Después, PODEMOS ha acabado por mutar en su contrario: un partido que yuxtapone en las urnas estereotipos sociales y posturales-estéticos varios, bajo el hilo común reactivo de invertir los valores (que ellos creen establecidos) y del auto-odio nacional. Un partido que encarna el Espectáculo del auto-rechazo colectivo y el fetichismo por «el desarrollo civilizatorio» (por ejemplo, con Escandinavia), imagen-patrón que en España sólo puede acabar como edificación de una caricatura de la banalidad sobre-abastecida «occidental».

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