«Mi padre venía del mundo financiero, porque había sido presidente del Banco Popular. Los Valls Taberner son primos de mi padre, y cuando él dimitió los puso a ellos y aún están ahí. Pero, pese a venir de este mundo, su gran hobby era el país, el catalanismo y financiaba cosas de este tipo para defenderse de la opresión que teníamos entonces, que parece muy lejano, pero que yo he vivido (…) También hubo mucha relación en casa con Montserrat, con todos los padres abad que ha tenido, mucha, porque era un símbolo nuestro. Y a Jordi Pujol le había visto muchas veces en casa de joven con sus afanes catalanistas. Los del ramo del textil no lo tenían tan claro eso del país. Jugaban a otro tipo de cosas. Hablo del textil para entendernos: los Rodés, los Bertrand, los Sedó no se mojaban tanto» (Felix Millet)
Millet ha admitido ráidamente su codicia, ha puesto su patrimonio en manos del juez para reponer el saqueo. Pero lo que ha aparecido, hasta el momento, es una trama organizada para financiar “el catalanismo político”. La financiación de la fundación Trias Fargas de CDC y el Partido Independentista de Àngel Colom cuando era ya militante de CDC pueden ser sólo los primeros botones de muestra pero que no parece que vayan a ir más allá del chantaje del PSC a CiU, ya veremos para conseguir qué a cambio de no pinchar más a fondo. Lo mismo que su silencio entorno a la trama de comisiones del 3% de CiU sirvió para obtener su apoyo al entonces naciente Estatut de Maragall. “Tú confiesa todo y rápido, que nosotros ya nos encargamos de que vayas poco tiempo a la cárcel y que se silencie todo lo demás”. Este parece ser el mensaje de Montilla y el resto de partidos. Ya nadie puede afirmar que el ataque a Millet es un ataque a la catalanitat. Pero corremos peligro que la caja de la justicia en que se ha metido el caso Millet tenga “doble fondo”, que se quede en la codicia para no entrar en el “oasis català”. Incluso Leopoldo Rodés, otro destacado mecenas de la élite catalana (hombre de La Caixa, del imperio Polanco, patrono de la Fundació Palau-Orfeó entre otras muchas), exige una auditoría completa, de las que “caiga quien caiga”, pero afirma: “No es justo aprovecharlo para atacar a la burguesía, y mucho menos ahora. Ha sido la burguesía la que ha hecho posible el Palau –la tercera joya junto al Liceu y la Sagrada Família–, y ha sido la burguesía la principal víctima”. Codicia y saqueo sí, pero es “uno de los nuestros”.Mientras la Cataluña real se moviliza contra la crisis ante el alud de EREs y cierres, contra la subida constante de impuestos y multas, contra el ataque constantes a las condiciones de vida y laborales… no cabe más que la alarma y el escarnio social ante quien se come el pan de todos. Que el dinero del Palau no es público, que lo pone La Caixa, 180 patronos y 200 empresas catalanas, está claro. ¿Pero es que acaso ese no es el dinero de las hipotecas, de horas de vida y trabajo de todos? No basta con que devuelva lo robado. Obviamente tiene patrimonio y relaciones para mucho más. Millet debe pagar con una pena larga de prisión. Ejemplarizante, aviso para navegantes. En justicia debería ser tan larga como lo que le costaría a un trabajador medio obtener con su trabajo los 10 millones que ha robado. Segundo, tienen que seguirle los gestores como Montull que han participado con él del robo. ¿Por qué El Palau no toma medidas disciplinarias de expulsión con deshonor público a los directivos que dejaron pasar, que conocieron y no denunciaron? Por supuesto, deben devolver todo el dinero los que se han beneficiado de Millet, como la fundación de CDC, conocieran o no el fraude, desmantelando una trama más de canalización de dinero de los “amos” a los “empleados”. El pago por los servicios prestados. La expresión de quién gana de verdad con el Estatut.