El proyecto militar de EEUU para España

La amenaza invisible

Poco a poco, y ocultando la crucial importancia que tendrá para nuestro futuro, nuestra dependencia militar hacia EEUU se multiplica. Este salto cualitativo de la importancia de España dentro de la estrategia militar global de EEUU no solo nos obligará a participar, directamente o como plataforma de sus ataques, en las agresiones de la superpotencia a otros pueblos. También aumentará el peligro real de ser blanco de ataques. De forma invisible Washington aprieta la cuerda de una dependencia militar que sufrimos desde hace décadas. Y que lejos de disminuir, es cada vez mayor. Lo que también supone una mayor intervención general de EEUU sobre España. Washington necesita aumentar su dominio sobre España para asegurarse que cumpliremos las exigencias cada vez mayores de sus mandatos, también en el terreno militar.

Lo que ocurre en Europa se decide en AsiaPor primera vez desde el final de la Guerra Fría, EEUU va a desplegar armamento pesado en los países de Europa del Este que formaban parte del glacis soviético y hoy pertenecen a la OTAN.

En marzo de 2013 los últimos tanques norteamericanos abandonaron Alemania. Parecía que se ponía fin de verdad a la Guerra fría. Ahora el secretario de Defensa, Ashton Carter ya ha anunciado que en los países bálticos los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania), en Bulgaria, Polonia, Rumanía y Alemania, EEUU desplegará 250 tanques, obuses y mil vehículos más de combate. Preparados para poder ser desplegados de inmediato.

«Es desde esta nueva estrategia militar norteamericana global que el papel de España para Washington se ha redimensionado, obligándonos a asumir el alto coste que ello supone»

La respuesta de Moscú ha sido fulminante, anunciando el desarrollo de “más de 40 nuevos misiles balísticos intercontinentales, capaces de superar cualquier sistema de defensa antimisiles”.

Más gasolina a una guerra que ya incendia territorio ucraniano, a pocos cientos de kilómetros de las fronteras de la UE.

Para comprender el sentido de esta aparentemente aventurera apuesta del Pentágono hay que mirar hacia Pekín. Porque contener la emergencia de China es la clave que dirige toda la política militar de EEUU en el mundo.

“Mantener el liderazgo de EEUU: prioridades para el siglo XXI” es un documento oficial del Pentágono donde anuncia “cómo será el ejército americano en 2.020 y que peligros afrontará”. Es decir, presenta las líneas generales estratégicas a largo plazo del despliegue militar norteamericano.

En él se establece la necesidad de “concentrar la presencia militar, su poder de proyección y su fuerza de disuasión en la zona de Asia-Pacífico, desde el Golfo Pérsico hasta el Océano Indico, el Mar de China y el noroeste del Pacífico”. Dejando claro que “la prioridad de EEUU será el dominio de la periferia marítima de Asia”, para dominar las rutas comerciales y las fuentes de energía.

La razón última de esta estrategia militar la sintetizó uno de los principales generales chinos, Luo Yan: “EEUU intenta hacer pasar hambre al dragón chino para convertirlo en un gusano”.

Paralizar el ascenso de China hasta unos límites que no pongan en cuestión la hegemonía norteamericana es el objetivo principal de EEUU.

Y eso exige también poner orden en el resto de zonas del planeta. Para concentrar su presencia militar en Asia y el Pacífico debe resolver o encauzar los conflictos abiertos en otras regiones del planeta que le obligan a dispersar sus esfuerzos.

En Oriente Medio, el avance de las fuerzas del Estado Islámico ha obligado a Washington a incrementar su presencia militar directa en Irak o a llegar a un acuerdo nuclear con Irán, hace muy poco tiempo colocado en el “eje del mal”.

En el Norte de Africa las “primaveras árabes”, que buscaban el recambio de las viejas dictaduras por regímenes más estables controlados por Washington, se ha transformado en un caos tras la fallida intervención militar en Libia.

Y en Europa la ofensiva lanzada a finales de 2013 por EEUU en Ucrania para derribar al régimen pro-ruso de Yanukovich y construir uno nuevo a su medida obtuvo una contundente respuesta por parte de Moscú, ocupando Crimea, anexionando la península a la Federación Rusa y sosteniendo con su apoyo a las fuerzas separatistas una guerra abierta extendida por todo el este de país.

Para Washington el conflicto en Ucrania tiene una importancia fundamental. Le permite levantar una muralla a la influencia rusa en Europa, eliminar para siempre el posible peligro de un acercamiento entre Berlín y Moscú, y golpear a uno de los eslabones claves de los BRICS, una de las principales plataformas de la influencia global china.

Para reforzar su presencia en Asia, el Pentágono se plantea “reducir su poder en algunas regiones, en particular Europa, donde cuenta con aliados que pueden ocupar sus puestos de combate”.

Es decir, Washington necesita, más bien cabria decir exige, que los países bajo su dominio, principalmente las potencias europeas, asuman un papel de primera línea en las guerras abiertas en el este europeo, el norte de Africa o el Oriente Medio.

Es desde esta nueva estrategia militar norteamericana global que el papel de España para Washington se ha redimensionado, obligándonos a asumir el alto coste que ello supone.

El peligro de ser demasiado importantes para EEUUEn la última cumbre de la OTAN celebrada el pasado año en Newport se oficializó la nueva y vital importancia de España dentro de la estrategia militar norteamericana.

«Según la OTAN, “España y Portugal serán fundamentales como plataformas de lanzamiento y coordinación de estas acciones armadas”»

Allí EEUU impuso que la OTAN debía pasar a “desarrollar una capacidad de intervención armada a nivel global”.

Es decir, todos los países bajo órbita norteamericana debían prepararse para intervenir en primera línea en Ucrania, Libia, Siria… o cualquier otro lugar del mundo que los intereses de Washington exigieran. A través de “fuerzas de acción rápida” bajo mando de la OTAN preparadas para invadir un territorio.

Y, según la declaración de la OTAN, “España y Portugal serán fundamentales como plataformas de lanzamiento y coordinación de estas acciones armadas”.

Por eso la OTAN ha emplazado en territorio español centros de operaciones aéreas, marítimas y terrestres “de Alta Disponibilidad”, desde donde desplegar y coordinar combatientes por todo el planeta.

Para “ensayar el nuevo papel de España” la OTAN va a desarrollar en nuestro suelo las mayores maniobras militares desde el final de la Guerra Fría. Diseñadas para desplegar rápidamente tropas a cualquier lugar del mundo.

La privilegiada situación de la península ibérica, punto de encuentro entre el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo y principal frontera entre Europa y África, ha convertido su territorio en uno de los principales activos geoestratégicos de la OTAN.

El secretario de la US Navy, Ray MMabus, confirmaba que la posición de las bases de Rota o Morón es “vital en términos de defensa en general, para cubrir tanto el Mediterráneo como el Sur de Europa, Oriente Próximo y el Norte de África”.

¿Qué significa esto para España?La base de Rota se ha convertido en sede del escudo antimisiles, proyecto emblema de la era Bush. Lo que además permitirá aumentar la capacidad de despliegue de la flota norteamericana en todo el Mediterráneo.

Por mandato norteamericano Morón de la Frontera, a sólo 56 kilómetros de Sevilla, se va a convertir, según palabras del Pentágono, en “la base de África” de EEUU. Pasará a ser la principal base del Mando de los EEUU para África (USAFRICOM). Se ampliará el despliegue de la Fuerza Especial de Respuesta de Crisis del Cuerpo de Marines a 3.500 efectivos y 40 aeronaves.

Todo un despliegue que busca convertir nuestro suelo en la principal plataforma de las intervenciones norteamericanas en el Norte de África, pero también en Oriente Medio o la frontera rusa.

Aviones españoles participan en las operaciones militares de la OTAN en Ucrania o en la instalación de misiles Patriot en Turquía que apuntan a Siria.

Y además España encabezará con 4.000 soldados la nueva fuerza de despliegue rápido de la OTAN diseñada para intervenir contra Rusia en el este europeo. Justo en el momento en que Washington refuerza su escalada militar en la zona.

Hemos vuelto a Irak, con 300 soldados españoles para instruir, cumpliendo un mandato norteamericano, al ejército iraquí.

Las bases de Bétera o Torrejón han sido “elevadas de categoría” por la OTAN, para que actúen como centros coordinadores de sus ofensivas militares.

A lo que asistimos es a un salto sin precedentes en la utilización militar de España por parte de EEUU. Ejecutado, a pesar de la crucial importancia que tiene para nuestro futuro, con un sospechoso silencio político y mediático.

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