«Alan, secretaria de Estado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia a cargo de los asuntos de los países francoparlantes, dijo que los soldados norteamericanos no están ayudando en la lucha contra las secuelas del terremoto en Haití, sino que están «ocupando» al país insular. Pidió a las Naciones Unidas asignar claramente las tareas de socorro e investigar y esclarecer inmediatamente el papel que desempeña Estados Unidos en el país caribeño»
El semanario “Time” untualizó en un artículo titulado “La entrada de tropas estadounidenses en Haití: Una invasión bondadosa”: “La Administración Obama actuó con mucha rapidez en su ayuda a Haití, sea por cualquier motivo, Haití ya se ha convertido en el 51º estado de los Estados Unidos; y aún cuando no lo sea, es por lo menos su patio trasero. Washington moviliza recursos de todo el país para prestar ayuda urgente a los damnificados haitianos.” Un sitio web de la derecha norteamericana denomina la acción de Estados Unidos en Haití como “preludio de la incorporación estadounidense de Haití como su 51º estado”; señala que el terremoto en Haití ha ofrecido a la Administración Obama una oportunidad para hacer algunas cosas que en tiempos normales son imposibles de hacer. THE WALL STREET JOURNAL.- Muchos inversionistas creen que los países más fuertes de la zona euro ayudarían a Grecia (u otro país en problemas) si una crisis realmente requiriera ese tipo de asistencia. Funcionarios del BCE, en particular su economista jefe, Jürgen Stark, han cuestionado esta idea, al decir que Grecia no debería esperar ninguna clase de rescate. China. Diario del Pueblo ¿Incorporará EEUU Haití a territorio nacional como su 51 Estado? Hasta el día 18, las fuerzas armadas estadounidenses ya habían enviado a Haití más de 11.000 efectivos, 33 aviones especiales de socorro y el portaaviones “USS Carl Vinson” así como numerosos buques de guerra. Pero las Naciones Unidas sólo tienen desplegados 7.000 militares a cargo del mantenimiento de la paz y 2.100 efectivos policiales. Un medio de comunicación estadounidense hizo al respecto el siguiente comentario: “Sea por cualquier motivo, Haití ya se ha convertido en el 51º estado de los Estados Unidos y, aún cuando no lo sea, es por lo menos su patio trasero.” Alan, secretaria de Estado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia a cargo de los asuntos de los países francoparlantes, dijo que los soldados norteamericanos no están ayudando en la lucha contra las secuelas del terremoto en Haití, sino que están “ocupando” al país insular. Pidió a las Naciones Unidas asignar claramente las tareas de socorro e investigar y esclarecer inmediatamente el papel que desempeña Estados Unidos en el país caribeño. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, manifestó: Las informaciones que he leído señalan que 3.000 soldados norteamericanos han llegado a Haití. Los marines están armados hasta los dientes, pareciendo ir a una guerra. ¡Dios mío! Allí no faltan armas. Médicos, medicamentos, aceite combustible y hospitales de campaña: Estas son las cosas que las tropas norteamericanas debían haber llevado allí. Ellos están ocupando a Haití a hurtadillas. Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, expresó que lo sucedido en Haití le preocupa mucho, porque alguien está aprovechándose de una tragedia para dejar estacionar allí tropas norteamericanas. Hasta algunos medios de comunicación estadounidenses comentaron desfavorablemente sobre el papel desempeñado por su país en Haití. El semanario “Time” puntualizó en un artículo titulado “La entrada de tropas estadounidenses en Haití: Una invasión bondadosa”: “La Administración Obama actuó con mucha rapidez en su ayuda a Haití, sea por cualquier motivo, Haití ya se ha convertido en el 51º estado de los Estados Unidos; y aún cuando no lo sea, es por lo menos su patio trasero. Washington moviliza recursos de todo el país para prestar ayuda urgente a los damnificados haitianos.” Un sitio web de la derecha norteamericana denomina la acción de Estados Unidos en Haití como “preludio de la incorporación estadounidense de Haití como su 51º estado”; señala que el terremoto en Haití ha ofrecido a la Administración Obama una oportunidad para hacer algunas cosas que en tiempos normales son imposibles de hacer. El artículo cita declaraciones del vicepresidente Joe Biden en el sentido de que Estados Unidos no cesará en sus esfuerzos por ayudar a Haití y que se trata de un trabajo a largo plazo. “Iremos a la reconstrucción y persistiremos,” acotó. Frente a estas dudas, la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton dijo en su visita a Haití que su país no tiene intención de reemplazar la posición del gobierno haitiano ni de las Naciones Unidas en la lucha contra las secuelas del terremoto. “Nuestra tarea es la de prestarles apoyo, en lugar de reemplazarlos,” manifestó. Philip Claury, portavoz del Departamento de Estado norteamericano, dijo: “Nosotros no estamos ocupando a Haití.” El secretario de Defensa de los Estados Unidos, Gates, apuntó el día 18 que el envío de tropas a Haití sirve para “proteger a los inocentes haitianos y extranjeros… para prevenir que los elementos infractores provoquen problemas”. La tarea principal de los Estados Unidos en Haití reside en distribuir recursos de apoyo y ayudar a las Naciones Unidas a mantener el orden local, dijo, no desempeñará el papel de policía de seguridad y, sin embargo, no bien “se produzca alguna que otra emergencia”, las tropas estadounidenses “tienen derecho a defenderse y también pueden defender a otros”. Kenneth Merten, embajador estadounidense en Haití, dijo que las tropas norteamericanas son “fuerzas de reserva” para la seguridad local y que la primera opción sigue siendo la policía haitiana y las tropas de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz. A criterio del diario japonés “Mainichi Shimbun”, Obama espera que la acción de ayuda a Haití pueda mostrar la presencia de Estados Unidos en América del Sur y mejorar así sus relaciones con los países sudamericanos que se empeoraron durante el mandato de Bush. Entre tanto, el diario japonés “Yomiuri Shimbun” sostuvo que Estados Unidos intenta, a través de esta “diplomacia de ayuda”, mostrar no sólo su fuerza militar y económica, sino, más importante aún, generalizar sus valores de la democracia. DIARIO DEL PUEBLO. 21-1-2010 EEUU. The Wall Street Journal La crisis de Grecia amenaza, pero no derriba al euro Neil Shah Hay una agitada batalla en los mercados financieros sobre qué significan los problemas fiscales de Grecia para la unión monetaria europea y para el propio euro. De un lado: los precios se disparan para los seguros contra la cesación de pagos ligados a Grecia, que tiene el mayor déficit presupuestario de los 16 países que comparten el euro como moneda. Los inversionistas compran estos seguros, que pagan bien en caso de cesación de pagos, como un tipo de seguro contra la deuda soberana. Y algunos temen que una crisis de deuda en Grecia podría poner en peligro la posición del país dentro del club de la moneda europea. Por otro lado, está el euro mismo, que mayormente ha soportado bien los problemas de Grecia (y las dificultades en otros países de la zona euro como Irlanda y Portugal). El euro, que ya lleva una década en circulación, perdió cerca de 5% de su valor contra el dólar durante las últimas semanas. El martes, se cotizaba a US$1,4277 en Nueva York frente a un máximo de US$1,51 a principios de diciembre. ¿Quién tiene la razón? Algunos inversionistas creen que el euro podría caer a hasta US$1,35 durante los próximos meses, un declive de alrededor de 11% frente a los altos valores de diciembre. Aunque es una caída considerable, no se vería como calamitosa, en especial al tener en cuenta el nivel de temor en los mercados financieros sobre la situación financiera de Grecia. Los defensores del euro creen que la posición de la moneda como un refugio para los que ven al dólar con pesimismo le dará una fortaleza sostenida incluso mientras los países de la zona euro buscan solucionan sus problemas fiscales tras la crisis financiera. Ese estado de ánimo optimista no se ha podido apreciar muy a menudo durante la última semana, ya que el euro perdió terreno frente casi todas las monedas, incluidos el dólar, el yen y la libra esterlina. En el mercado de seguros contra cesación de pagos, el costo de asegurar contra la cesación de pagos de la deuda griega tocó un récord la semana pasada antes de acomodarse modestamente. El lunes, costaba alrededor de US$313.000 anuales asegurar US$10 millones de deuda griega contra la cesación de pagos por cinco años, comparado con US$331.000 el viernes, según CMA DataVision. En septiembre, el mismo seguro costaba US$147.000. Los temores sobre Grecia han preocupado a los mercados durante varios meses. En octubre, el nuevo gobierno socialista de Grecia sorprendió a los inversionistas al decir que el déficit fiscal para 2009 —ahora estimado en casi 13% de su PIB— era mucho mayor que lo pronosticado anteriormente. La semana pasada, la agencia de estadísticas de Europa planteó dudas sobre los datos de años anteriores, lo que desató la especulación sobre que los déficits de Grecia podrían ser aún mayores. Los economistas también tienen dudas sobre si Grecia es capaz de realizar los drásticos recortes de gastos necesarios para que su economía sea más competitiva a largo plazo. En un informe la semana pasada, la firma de calificación de crédito Moody’s Investors Service advirtió que las economías de Grecia y Portugal, otro miembro de la zona euro, podrían enfrentar una "muerte lenta" a medida que lidian con baja competitividad y gastan más de su riqueza para pagar deuda. Hasta ahora, los mercados financieros no reaccionaron de forma positiva a los planes de reforma de Grecia. El índice principal de la Bolsa de Atenas ha caído 4,8% este año, frente a un alza de 2% para el índice paneuropeo Dow Jones Stoxx 600. A pesar de los problemas, muchos inversionistas y analistas deses timan especulaciones sobre una división de la zona euro. El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, calificó estos rumores de "absurdos" la semana pasada. De todos modos, el BCE hace poco estudió la posibilidad de que un país intente retirarse de la moneda común. Además, muchos inversionistas creen que los países más fuertes de la zona euro ayudarían a Grecia (u otro país en problemas) si una crisis realmente requiriera ese tipo de asistencia. Funcionarios del BCE, en particular su economista jefe, Jürgen Stark, han cuestionado esta idea, al decir que Grecia no debería esperar ninguna clase de rescate. THE WALL STREET JOURNAL. 21-1-2010