La política española vuelve a sufrir una sacudida, que ahora amenaza la estabilidad, o incluso la continuidad del gobierno. ¿Pero quién tiene la capacidad para generar esta inestabilidad en la que es la cuarta economía de la UE? ¿Y qué pretenden con ello?
Desde algunos sectores de la izquierda se apunta hacia “la ultraderecha instalada en el CNI”, que buscaría acabar con el gobierno de coalición de izquierdas. Existen sectores reaccionarios en los aparatos de Estado, pero nunca “van por libre”, y los servicios de inteligencia han estado, desde su misma fundación en pleno franquismo, más vinculados a la CIA que a la ultraderecha española.
Otros siguen la pista dada por el ministro Bolaños, al afirmar que el espionaje con Pegasus a miembros del gobierno es un “ataque externo”… señalando hacia Marruecos. ¿De verdad es creíble pensar que un país como Marruecos puede intervenir de esta forma en una potencia media como España?
Como se puede deducir de los informes de Amnistía Internacional y Forbbiden Stories, quien de verdad cabalga Pegasus es EEUU. Washington sí tiene capacidad para sacudir el tablero español. Y los potenciales efectos que puede generar -y que de hecho ya está provocando- la crisis “Pegasus” van precisamente en la dirección que conviene a los grandes centros de poder internacionales, con EEUU a la cabeza, y a la gran banca española. En dos cuestiones claves.
En primer lugar, la actual crisis política profundiza la debilidad del gobierno, y de España como país, en unos momentos decisivos. Se va a celebrar en pocas semanas una cumbre de la OTAN en Madrid, en la que EEUU nos exigirá mayores contribuciones a su despliegue militar global. Se está ejecutando el reparto de los fondos europeos, que buscan monopolizar el capital extranjero y el Ibex-35. Y las eléctricas han desatado una furiosa ofensiva contra el intento de topar el gas.
Justo cuando los centros de poder exigen más recortes se desata una crisis que deja a un país debilitado y al gobierno cuestionado
Justo cuando los grandes centros de poder internacionales y nacionales exigen más recortes y nos imponen un auténtico atraco monopolista a través de la inflación, se desata una crisis que deja a un país debilitado y a un gobierno cuestionado… Rebajando las defensas que se puedan levantar ante el avance de estos agresivos planes.
En segundo lugar, el escándalo Pegasus está provocando, así lo plantea un analista como Enric Juliana, que “se vuelva a hablar en España de un posible gobierno de concertación entre los dos grandes partidos”.
La fragmentación política dinamitó un dominio absoluto del bipartidismo, donde PP y PSOE podían, por ejemplo, cambiar la Constitución en pocos días, acatando una orden de Merkel, para imponer que se pagara antes la deuda a los bancos extranjeros que la pensión a los jubilados españoles.
Y se tradujo en un aumento de la influencia de la mayoría contra los recortes, en la sociedad, en el parlamento, e incluso en el gobierno.
Ahora, los defensores de los recortes claman para que “frente a la inestabilidad” se fortalezca la colaboración entre el PP y el PSOE. Proponiendo incluso que ambos se intercambien abstenciones para permitirles gobernar en solitario. Que el PP pueda gobernar con una abstención del PSOE -en Andalucía, o en el conjunto de España-, o que el PSOE gobierne sin necesidad de un gobierno de coalición gracias a la abstención del PP.
Un camino que coincide con el golpe que defenestró a Pablo Casado de la dirección del PP y colocó en ella a Alberto Núñez Feijóo. El hasta ahora presidente de la Xunta -sin cerrar la puerta a acuerdos con Vox, como ha sucedido en Castilla y León- está mejor preparado que Casado para alcanzar acuerdos con el PSOE.
No es previsible una caída inmediata del gobierno. Pero sí se está avanzando en crear las condiciones para un nuevo modelo de gobierno donde PSOE o PP puedan gobernar “sin tantas hipotecas”, ejecutando los “ajustes necesarios” con menos concesiones a la mayoría contra los recortes y “blindando” más todavía los intereses de la banca, los monopolios y el capital extranjero.
Los defensores de los recortes claman para que “frente a la inestabilidad”… se fortalezca la colaboración entre el PP y el PSOE
España, en el punto de mira
Conviene recordar que, antes de que el FMI o la Comisión Europea nos impusiera draconianos planes de recortes en 2010, nos degradaron llamándonos PIGS -cerdos en inglés-. Entonces supimos que el saqueo siempre va a acompañado de la degradación.
Ahora, el escándalo Pegasus es un nuevo ejemplo de cómo degradar a España.
Muchos países han sufrido el espionaje a través de Pegasus, pero solo se ha puesto el foco sobre España. Todos saben que el presidente francés, Macron, y el primer ministro británico, Boris Johnson, fueron espiados con Pegasus, pero solo se ha convertido en un escándalo internacional en el caso de España.
El espionaje masivo a personalidades del independentismo catalán fue desvelado por una revista norteamericana, The New Yorker, y un organismo canadiense, Cotizan Lab, financiado entre otros por la Fundación Ford. Los autores del informe acusaron directamente al Estado español de espionaje ilegal, y respaldaron públicamente a Puigdemont. Inmediatamente, los principales medios globales dieron publicidad al escándalo.
El espionaje masivo a personalidades del independentismo catalán fue desvelado por una revista norteamericana, The New Yorker, y un organismo canadiense, Cotizan Lab, financiado entre otros por la Fundación Ford.
Y el parlamento europeo investigara a España por el uso de Pegasus, colocándonos al nivel de Hungría o Polonia como “democracias defectuosas”. Hay quien incluso pretende que Puigdemont forme parte de ella.
Y se ha proporcionado oxígeno político a unas élites del procés en abierto retroceso, que ahora se esfuerzan por presentar a España como “un Estado autoritario”.
Cuando España es degradada desde los grandes centros de poder internacionales, señalándonos como PIGS o “democracias defectuosas”, debemos echarnos mano a la cartera. Si nos degradan es porque preparan el terreno para un nuevo salto en el saqueo.
Más control, más recortes
Vivimos un momento decisivo, y todos los hechos apuntan en la misma dirección: vivimos una ofensiva de los centros poder internacionales y nacionales para aumentar varios grados el saqueo sobre el país y sobre la población.
Detrás de la inflación disparada hay un auténtico atraco monopolista, servido por las eléctricas y petroleras, que nos imponen abusivos precios de la luz y los combustibles.
Para poder avanzar en el saqueo, buscan rebajar nuestras defensas y aumentar su control. Para ello sacuden el país con una nueva crisis política
Se nos pretende imponer una rebaja estructural de salarios, como denuncian prestigiosos economistas como Santiago Niño-Becerra.
Se habla incluso de volver a subir las pensiones menos que el IPC, lo que significa reducirlas, o de recortes en sanidad y educación bajo el pretexto de “ordenar un gasto público desbocado”.
Y para poder avanzar en el saqueo, buscan rebajar nuestras defensas y aumentar su control. Para ello sacuden el país con una nueva crisis política, y buscan reforzar su control bajo acuerdos de gobierno entre el PSOE y el PP que limiten la influencia política de la mayoría que rechaza los recortes.
A ello se añade una cumbre de la OTAN, que se celebrará en Madrid, donde se reforzará nuestra subordinación a EEUU.
Esto es lo que hay en juego detrás de una crisis política que ha vuelto a sacudir el país.