La exposición Imaginando Otros Futuros que estará compuesto por una selección de galerías internacionales que han participado durante estos años y representan diferentes etapas en su desarrollo.
La coincidencia por primera vez en la Feria de algunas de las más prestigiosas galerías del mundo, hará de ARCOmadrid una cita única del calendario internacional A ello se suma su apuesta por los nuevos talentos del arte contemporáneo, con 98 propuestas dedicadas a uno o dos artistas, consolidando la Feria como un referente para el descubrimiento y la investigación de nuevos artistas
En total participan 221 galerías de 27 países: 167 pertenecen al Programa General; 18, a Solo Projects, y 18, a Opening. A ellas, como novedad, se suman una treintena de grandes nombres del galerismo internacional que conformarán el programa conmemorativo Imaginando Otros Futuros Una edición también única por su estrategia de renovar e impulsar la Feria como principal plataforma del mercado del arte. Para ello, y entre otras acciones, incorpora por primera vez a su tradicional programa, una selección de jóvenes coleccionistas, que han sido invitados junto a los 250 de 33 países que conforman el programa de Coleccionistas De las galerías presentes, 47 son hispanoamericanas. Y no es casual: ARCO le da, desde hace unos años, una importancia especial a la región. Por eso este año el Solo Projects está dedicado a América Latina. Se expone, por ejemplo, la obra de Alberto Greco en la galería Del Infinito, por ejemplo; la de Luis Pazos que trajo Document Art; o la de Carlos Guinzburg en la galería Henrique Faría. «ARCOmadrid ha sobrepasado los límites de una feria de arte«
En esta ocasión, cada galería contribuye a la construcción de este amplio recorrido con la presentación de dos artistas, en muchos casos de diferentes generaciones, cuyas obras dialogan en este contexto particular creado especialmente para conmemorar ARCOmadrid. Diálogos entre artistas que pongan de manifiesto lo acontecido en estas tres décadas y media de la Feria con otros que señalen la manera en que imaginan sus propios futuros.
A lo largo de sus tres décadas y media de trayectoria, ARCOmadrid ha sobrepasado los límites de una feria de arte, donde se compran y venden obras, convirtiéndose en el catalizador anual de la visibilidad de la creación contemporánea. La atención a la plástica actual la ocupa en la península Ibérica ARCOmadrid, que desde su primera edición, inaugurada el 10 de febrero de 1982 en el Palacio de Exposiciones del Paseo de la Castellana, ha venido acumulado una especial atención mediática y un gran éxito de público. Piezas claves en la creación de ARCO en los años 80 fueron personajes de la talla de Adrian Piera, entonces presidente de IFEMA y de la Cámara de Comercio e Industria de Madrid, gran impulsor de la Feria, así como Juana de Aizpuru, que trasladó bajo su dirección el sentir de las galerías, y Rosina GómezBaeza, que años después tomó el relevo en la dirección de ARCOmadrid, construyendo un gran proyecto cultural de dimensión internacional. Así, con un sector volcado en la que sería pronto una de las grandes ferias internacionales de arte contemporáneo, ARCOmadrid se convirtió en sus primeros años en el color del pop, los cuchillos de la transvanguardia, y los reflejos metálicos del minimal. Un gran festival de la cultura actual, que pasó a ser una cita ineludible a la que había que acudir aunque no se supiera de arte. Su creciente reconocimiento atrajo a galeristas de todo el mundo, quienes a pesar de la debilidad del mercado eran recibidos por el Madrid de la movida. Fueron años de crecimiento, de esfuerzo por conseguir la internacionalización y de resaltar el carácter cultural de una feria que trabajaba por ser comercial. Unas pautas impulsadas desde 1987 por Rosina Gomez-Baeza, que apostó por la internacionalización y la aportación cultural de la feria, recabando las primeras visitas a España de profesionales de renombre del arte contemporáneo; por ejemplarizar y promover el coleccionismo a través de la Fundación ARCO, y por la implicación de la ciudad como centro cultural de atracción y de acogida a los visitantes internacionales de la Feria.
La crisis económica que irrumpió en el año 1992 truncó esta inercia. Es entonces, cuando en 1994 la feria introduce el programa de País Invitado con la presencia de galerías y coleccionistas de algunos de los focos más importantes del arte contemporáneo internacional. Bélgica dio inicio a un programa que se ha consolidado hasta nuestros días, seguido de Estados Unidos, Alemania y Latinoamérica, que protagonizó en 1997 una gran edición que confirmó la vocación iberoamericana de ARCOmadrid, con su mirada al otro lado del Atlántico. En un momento euro céntrico, y cuando EEUU marcaba las pautas estéticas, una pequeña feria europea selecciona el mejor arte desde Argentina a México para presentarlo al público.
Es cuando se inicia también el proyecto del FORO, que convierte ARCOmadrid en una inusitada universidad de invierno, donde estudiantes de toda España recibían créditos universitarios por acudir a las charlas. El desarrollo económico, la creación de nuevos museos, el despegue de las colecciones institucionales y la visibilidad de una generación de coleccionistas que llevaban 20 años visitando la feria, impulsaron la visibilidad y el prestigio de la Feria durante los años 2002 a 2007. Todo un entorno que contribuyó a dinamizar las ventas y con ellas, la llegada de galerías de todo el mundo, que pese a la gran competencia ferial encontraron en Madrid coleccionistas y compradores tanto privados como institucionales. En este periodo, la Feria también reclamó la atención de grandes mecenas en los ciclos «Majors Collectors at ARCO”, compartiendo sus vivencias y experiencias en torno al arte.
En 2008, una crisis prolongada en el tiempo dibujó el contexto para rediseñar un nuevo concepto de Feria. Haciendo de la diferencia la calidad, la feria se orientada al descubrimiento de artistas, y se genera el encuentro entre creadores, comisarios, críticos, directores de museos y coleccionistas para fomentar el intercambio de ideas y proyectos. El apoyo de galerías, coleccionistas e instituciones a lo largo de estos últimos años ha contribuido a generar un cambio en la percepción de la creación contemporánea, que permite hoy la celebración del 35 Aniversario de ARCOmadrid.