El temor del resto del mundo a que la Eurozona se estanque o incluso vuelva a una nueva recesión provocó ayer críticas en Davos a los políticos europeos y a sus electores por no estar a la altura. El presidente del fondo estadounidense Blackrock, Laurence Fink, llegó a cuestionar la madurez de la población europea para elegir a los dirigentes políticos adecuados que, a su juicio, son los que osan aplicar reformas estructurales.
Así lo dejó claro, aunque sin mencionar a Grecia ni ningún país concreto, durante su intercambio en el debate sobre las perspectivas económicas para 2015 con el vicesecretario general del Fondo Monetario Internacional, Min Zhu. Éste aplaudió la decisión del Banco Cental Europeo (BCE) de comprar deuda soberana, pero señaló que para que tenga efecto, los políticos europeos deben tomar las medidas impopulares pendientes.
«Es urgente avanzar en las reformas estructurales en Europa, pero es difícil por los procesos electorales. Los grandes retos necesitan grandes líderes políticos . En los grandes momentos o la historia escoge al líder o el líder cambia la historia», sentenció Min Zhu. «Ya, pero antes hay que educar a la población [en Europa] para que vote al líder correcto que tome las medidas correctas», respondió Fink. «Así es, pero depende también del programa que presenten», concluyó el número dos del FMI.
El propio representante del Banco Central Europeo (BCE), el consejero ejecutivo Benoit Coeuré, se unió al vapuleo a los gobernantes de la Eurozona por no tener la visión a largo de plazo de hacer sus países más competitivos para asegurar la salida estable de la crisis. «Nosotros hemos hecho lo que teníamos que hacer, es su turno ahora; el BCEno puede hacerlo todo (…) La paciencia es un riesgo que no nos podemos permitir». «Podemos hacer que el dinero para invertir sea más barato, pero los inversores tienen que querer invertir y ése es un papel de los ministros de Economía y de sus Gobiernos»,a gregó el enviado de Mario Draghi a la estación alpina.
Los intervinientes no mencionaron nombres pero el pasado jueves y también en Davos, la canciller alemana, Angela Merkel, apuntó a los socialistas François Hollande y el italiano Matteo Renzi, como los más rezagados en las reformas, además de instar al nuevo gobierno griego que salga de las urnas a «asumir su responsabilidad». En Davos sitúan las elecciones griegas como uno de los momentos clave del año junto a las británicas y españolas, por lo que pueden suponer de desestabilización de la Eurozona.
En contraste, Min Zhu resaltó que EEUU liderará la economía mundial con un crecimiento del 3,4% y el gobernador del Banco Central de Japón, Haruhiko Kuroda, afirmó que Japón lo hará en un 2%, pese a admitir problemas en la llamada Abenomics. En contraste, la previsión del FMI para la Eurozona es un crecimiento del 1,2%. No obstante, la acción del BCE, la caída del precio del petróleo y la depreciación del euro fueron señalados durante el debate como aliados de la recuperación europea si los gobiernos están a la altura. Además, si no hay medidas que acompañen, la compra de deuda del BCE beneficiará a los más ricos, a los que poseen activos financieros, pero no tendrá efecto en la economía real, según un amplio número de economistas en Davos. La directora general de Oxfam Intermón, Winnie Byanyima, insistió en otro debate en la desigualdad ya que el 1% de la población mundial posee el 48% de la riqueza.
¿Se cumplen las predicciones de Davos¿ El propio jefe de Blackrock -que maneja fondos de 4,5 billones- tiró de ironía. «Con todo lo inteligentes que somos, el pasado año no acertamos lo que luego pasó»