«No nos pidieron autorización o aprobación», dijo sin encogerse de hombros el vicepresidente de EEUU, Dick Cheney en la cadena de televisión CBS. Y añadió que Israel no ha informado a EEUU de «lo que planean hacer» o «cuándo planean hacerlo».
La administración saliente trataba así –con dudoso resultado- de mostrarse desvinculada de la cruenta ofensiva israelí contra Gaza, que en su noveno día se ha cobrado ya más de 500 víctimas mortales y más de 2500 heridos. Como quien no tiene nada que ver, Cheney oinó sobre la ofensiva utilizando un lenguaje aséptico y limpio que conoce bien -donde las víctimas son daños colaterales, los bombardeos son campañas aéreas y la Franja superpoblada de Gaza son sólo sitios-. "Creo que probablemente decidieron que para perseguir a esa organización terrorista (Hamas) no era suficiente una campaña aérea y tenían que lanzar una operación sobre el terreno si querían eliminar los sitios desde los que se han lanzado los misiles contra Israel”, dijo. Pero a continuación, el republicano apoyó la actuación de Tel Aviv: “[Israel ha dicho que] no querían tener que actuar (…) pero si el lanzamiento de misiles no cesaba sentían que no tenían otra opción más que la de pasar a la acción". Los apoyos explícitos de la Casa Blanca al ejecutivo Olmert, a través de su portavoz, Gordon Jhondroe, han sido contínuos antes y durante el ataque. Varios funcionarios del Pentágono entrevistados por la cadena CNN desmintieron a Cheney afirmando que el Departamento de Defensa sí fue informado de antemano sobre el comienzo de la invasión terrestre. Pero sea verídica o no la afirmación de Cheney, lo cierto es que los vínculos y conexiones entre los centros de decisión norteamericanos y el Estado de Israel son tan abundantes y tupidos que la cuestión de si hubo o no una llamada formal de Olmert a la Casa Blanca es totalmente irrelevante. Cheney, halcón donde los haya, fue y uno de los máximos artífices de la Guerra de Irak, también se refirió a la situación de este país, y aseguró que EEUU está cercano a conseguir sus objetivos. "Estamos a punto de conseguir la mayoría de nuestros objetivos. Hemos visto una reducción significativa en los niveles de violencia”. Sin inmutarse, puso como ejemplos de avancesla captura y ejecución de Sadam Hussein, la nueva Constitución de Irak y el acuerdo marco alcanzado recientemente para la retirada de las tropas norteamericanas en el 2011. Después, añadió que a EEUU le preocupaba seriamente las penalidades del pueblo palestino. "En cierta forma ellos también son víctimas de Hamás", afirmó. Pero la preocupación por la vida y la salud del pueblo palestino no impidió que EEUU haya bloqueado una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU -a instancias de los países árabes- instando a Israel a un alto el fuego inmediato. Cheney condicionó la detención de la carnicería contra los habitantes palestinos a la derrota o capitulación de Hamás, dejando así claro el apoyo incondicional a su gendarme en Oriente Medio. "Hamas tiene que dejar de lanzar misiles contra Israel y no creo que vaya a haber un alto el fuego viable hasta que estén preparados para hacer eso". Al fin y al cabo, es de buen señor proteger a sus vasallos.