El proceso de reconciliación y unidad de los palestinos todavía deberá sortear obstáculos y adversidades. Pero constituye la mejor de las noticias para la causa palestina y los pueblos lo debemos celebrar.
Tras una década de enfrentamientos, acusaciones y desconfianza, el moviento islamista Hamás -que gobierna la franja de Gaza- y la Autoridad Nacional Palestina de Mahmid Abás se han estrechado la mano en El Cairo. Ambas facciones palestinas han acordado reconciliarse, formar un gobierno de unidad y prepararse para convocar elecciones legislativas y presidenciales. Se crean mejores condiciones para que la lucha del pueblo palestino pueda avanzar en sus justas reivindicaciones.
El camino de la reconciliación palestina ha sido largo y lleno de reveses desde que en 2007 las dos facciones -el movimiento islamista Hamás (mayoritario en Gaza) y el partido nacionalista Al Fatah (mayoritario en Cisjordania) se enfrentaran en un conflicto en el que murieron casi 400 milicianos de ambos bandos. Entonces Hamás expulsó de Gaza a a las fuerzas leales a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y creó un Comité Administrativo que lleva funcionando como un gobierno de facto en la Franja. Los gazatíes han soportado en esta década hasta tres brutales campañas militares israelíes, con miles de muertos y la total devastación de los nucleos urbanos. Desde entonces el millón y medio de habitantes de Gaza vive una profunda crisis humanitaria, sin luz eléctrica y sin agua potable, sin apenas medicinas en los hospitales, y con un implacable embargo israelí en el que también ha colaborado Egipto -por tierra, mar y aire- que afecta a los artículos de primera necesidad.
En 2011, bajo los auspicios del gobierno egipcio, hubieron reuniones de acercamiento e incluso acuerdos de reconciliación, pero las profundas discrepancias acerca de asuntos como el traspaso de la autoridad en Gaza hicieron que quedara en papel mojado. No fué hasta tres años más tarde, en abril de 2014, cuando Hamas, Al Fatah y la OLP firmaron el Acuerdo de Shati, en la casa del hoy jefe de Hamas, Ismail Haniye, en Gaza. Se acordó entonces formar un gobierno de consenso compuesto por tecnócratas, liderado por Rami Hamdala, y que gobernase tanto Gaza como Cisjordania.
La reconciliación pudo haber avanzado rápidamente entonces. Pero el Estado de Israel decidió intervenir, desencadenando una brutal ofensiva militar en junio de aquel año. Durante 50 días, las bombas sionistas arrasaron Gaza, dejando desolación y muerte y a las facciones palestinas enfrentadas acerca de la reconstrucción.
Sin embargo, ahora parece haber una verdadera voluntad de acuerdo entre Hamás y Al Fatah. La voluntad mediadora de Egipto parece más seria, y el cambio de línea de Hamás -que ha renunciado al extremismo y ha moderado su ideario- parecen ayudar. «Egipto y la delegación de Fatah en El Cairo han debido presionar a Hamas para que respondiese de inmediato a la exigencia de Abas de disolver el Comité Administrativo, y realmente parece que lo han conseguido», dice alal Oukal, analista político y académico gazatí.
Efectivamente, Hamás ha anunciado que disolverá el gobierno de facto de Gaza, y ha invitado «l gobierno de consenso encabezado por (el primer ministro) Rami Hamdala a venir a la Franja para llevar a cabo su misión y su deber de inmediato». El comunicado señala que Hamas ha aceptado convocar elecciones generales, presidenciales y legislativas, en los territorios palestinos, es decir, en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este. Se trataría de las primeras elecciones palestinas en más de diez años: las últimas presidenciales fueron en 2005 y las últimas legislativas, en 2006.
Además, se han celebrado emocionantes actos de reconciliación entre las familias de los casi 400 milicianos -de uno y otro bando- que murieron en los enfrentamientos de 2007. Durante la ceremonia de reconciliación celebrado en Gaza, al que asistieron 6.000 palestinos, el representante de las familias declaró: “todas las familias están deseosas de reconciliarse y avanzar y expresaron su disposición a perdonar a pesar de haber perdido a sus amados hijos para poner fin a la división interna y vivir una vida mejor”.
El proceso de reconciliación y unidad de los palestinos todavía deberá sortear obstáculos y adversidades. Entre ellas las maniobras de Tel Aviv y Washington por frenarlo o frustrarlo. El presidente palestino Mahmud Abás tiene previsto reunirse en Nueva York con Donald Trump después de intervenir en la Asamblea General de Naciones Unidas. Pero en su última gira por Oriente Medio el mandatario norteamericano ha dado muestras de que su gobierno reestablecerá al más alto nivel las ya profundas y estructurales relaciones entre EEUU y su gendarme israelí, y mucho más ahora que la Washington planea rearticular su sistema de alianzas en Oriente Medio forjando una ‘OTAN sunnita-sionista’ contra el aumento de la influencia de Irán y de Moscú en la zona. En ese diseño no parece que encaje bien una Palestina reconciliada y unida por la causa de su liberación.
En todo caso, se trata del inicio de un proceso de unidad y reunificación que constituye la mejor de las noticias para la causa palestina, y que los pueblos debemos celebrar.