«Y sin garantizar que esos duros ajustes y sacrificios -que ahora se reclaman a los griegos- vayan a tener un éxito asegurado, porque la fuerza de esos hachazos acabará por imponer la recesión. y si no hay crecimiento las crisis de Grecia y de otros estados europeos -España incluida- no tendrá la más mínima solución.»
Esta vez los ersas son los mercados y Grecia se bate a brazo partido en el paso de las Termópilas. Algo de heroico y de catastrófico se está jugando en la partida que la Unión Europea y el FMI está jugando contra Grecia para doblegar al gobierno heleno e imponerle el enésimo ajuste de su dolido déficit con la amenaza de “no hay plan B de rescate”. Y el temor a la quiebra del Estado griego que acarrearía perdidas de ingentes sumas de dinero a los bancos europeos tenedores de esas deudas, por lo que las presiones y amenazas que desde Washington o Bruselas se hacen sobre Atenas no son tanto para salvar a Grecia como para salvar sus bancos del riesgo de quiebra, o puede que ambas cosas. (LA REPÚBLICA) EL PAÍS.- Las economías que menos crecen y más desempleo han generado sufren también los ajustes presupuestarios más severos. Se están imponiendo reducciones adicionales en la demanda agregada que dificultan seriamente la recuperación del empleo. También de la solvencia privada y de la pública. El saneamiento de las finanzas públicas es imprescindible, pero su concentración en poco tiempo y en un contexto de manifiesta debilidad de las economías no favorece precisamente el objetivo perseguido. La elevación de las primas de riesgo es general en las economías consideradas periféricas, que son las que menos crecen. EL MUNDO.- Los temores a que España se contagie de la epidemia de deuda periférica amenazan cada vez más con convertirse en una realidad, al tiempo que la enfermedad empieza a propagarse por Italia, el quinto país señalado por los mercados como posible insolvente por detrás de España y de los ya rescatados Portugal, Irlanda y Grecia. A pesar de que Bruselas trató de calmar el jueves los ánimos comprometiéndose a rescatar de nuevo a Atenas, las Bolsas ignoraron el mensaje y desde primeras horas del viernes comenzaron a castigar a los llamados países periféricos. Milán y sobre todo, Madrid fueron las plazas europeas más penalizadas por esta sensación de pánico, que a última hora de la tarde acabó lastrando al resto de las Bolsas del Viejo Continente, que despidieron la semana en negativo. Opinión. La República Grecia regresa a las Termópilas Pablo Sebastián Puede que tal y como se están poniendo las cosas en la eurozona de la Unión Europea, la pregunta correcta no sea la de si hay o no un “plan B” para evitar la quiebra griega, sino si hay o no un “plan B” para el euro, aquí incluidas las veladas amenazas que en su día se hicieron, de Berlín a París y viceversa, Alemania y Francia para poner punto final a la moneda de la UE. Desde luego, lo que no puede ser es que los mercados suplanten la soberanía nacional de los gobiernos europeos imponiendo por las bravas su ley, y sin garantizar que esos duros ajustes y sacrificios -que ahora se reclaman a los griegos- vayan a tener un éxito asegurado, porque la fuerza de esos hachazos acabará por imponer la recesión. y si no hay crecimiento las crisis de Grecia y de otros estados europeos –España incluida- no tendrá la más mínima solución. Esta vez los persas son los mercados y Grecia se bate a brazo partido en el paso de las Termópilas donde sus 300 espartanos hicieron Historia frente al mas poderoso de los ejércitos de su tiempo. Algo de heroico y de catastrófico se está jugando en la partida que la Unión Europea y el FMI está jugando contra Grecia para doblegar al gobierno heleno e imponerle el enésimo ajuste de su dolido déficit con la amenaza de “no hay plan B de rescate”. Y el temor a la quiebra del Estado griego que acarrearía perdidas de ingentes sumas de dinero a los bancos europeos tenedores de esas deudas, por lo que las presiones y amenazas que desde Washington o Bruselas se hacen sobre Atenas no son tanto para salvar a Grecia como para salvar sus bancos del riesgo de quiebra, o puede que ambas cosas. La nueva batalla de las Termopilas, con el pueblo griego en las calles y anunciando huelgas generales sin cuartel, tiene dos caras como esta falsa moneda del euro que nació en tiempos de euforia y de las vacas gordas sin tener una política económica y fiscal homologada entre los países de la eurozona, que ahora sufren en sus economías el temblor y descalabro financiero que nació en Wall Street en agosto de 2007 y que ha proyectado su destructivo efecto dominó sobre las economías de todo el mundo. Y, ahora, o Grecia se aprieta hasta la asfixia el cinturón, o se niega a hacer mas ajustes por las bravas denunciando la intromisión en su soberanía nacional de la UE, el BCE y el FMI, desde donde los oráculos del dinero, publico y privado, lanzan sus augurios y advertencias sin cesar. Con el agravante que Grecia se ha convertido en la ficha tambaleante del dominó europeo que seguirá por Irlanda y puede que por Portugal, camino de España y veremos si también de Italia y Bélgica. Ayer la prima de riesgo de España se subió hasta los 284 puntos, la Bolsa cayó en picado, y en el gobierno, los bancos y cajas (la salida a Bolsa de Bankia está en el alero) sonaron las alarmas. Y todos están a la espera de que el Parlamento de Atenas apruebe nuevas y mas dolorosas medidas de ajuste fiscal, subida de impuestos y recortes sociales lo que todavía está por ver. En España, mientras tanto, los grandes y los medianos partidos políticos están inmersos en la discusión de si lo que viene de Grecia son galgos o podencos. Y mientras sigue la discusión el gobierno de Zapatero, asustado y confundido, ha pagado a precio de oro al PNV y CiU la prima de su riesgo para evitar su particular de hundimiento camino de las elecciones generales, mientras el PP sestea, deja el país a su aire y Rajoy se nos constipa para no ir a la cumbre europea conservadora no vaya a ser que Merkel le repita lo que le ha dicho a los conservadores griegos: que arrimen el hombro al gobierno de la nación. Vamos a ver que ocurre en las próximas horas y días, pero el panorama no es halagador. Ni democráticamente bueno ni saludable, cuando vemos como los mercados, el FMI, la UE y el BCE quieren poner de rodillas al gobierno griego por encima incluso de su pueblo y su soberanía nacional. Es verdad, que la quiebra de los helenos sería para ese país una catástrofe nacional, pero lo que está ocurriendo es otra catástrofe que afecta incluso a su dignidad nacional. Y si las cosas siguen así en la UE pronto no se hablara tanto del futuro de Grecia como del futuro del euro. Ya lo verán. LA REPÚBLICA. 25-6-2011 Editorial. El País Economías vulnerables La condición de que sea el apoyo de todos los grupos políticos del Parlamento griego el que abra la posibilidad de ayudas financieras adicionales a ese país no ha despejado precisamente el horizonte de la crisis soberana de la eurozona. Las tensiones sociales en Grecia de ningún modo favorecen ese acuerdo nacional que la UE reclama y renuevan la vulnerabilidad de las economías consideradas periféricas. Los ajustes en las finanzas públicas griegas son de todo punto necesarios, como lo es una mayor supervisión de las autoridades europeas y del FMI del cumplimiento de las obligaciones comprometidas. La experiencia avala ese celo supervisor, aun cuando transmita la impresión de excesiva cesión de soberanía. Fue el Gobierno del partido conservador, que ahora pone los obstáculos más importantes al acuerdo, el que incurrió en las anomalías contables que precipitaron la crisis de la deuda pública en la eurozona, con un número creciente de economías afectadas. La terquedad de esa formación política es ilustrativa de un tipo de actitudes que convendría alejar del panorama europeo cuanto antes. La ausencia de la más mínima solidaridad por parte de la derecha griega se añade a las torpezas y mala gestión de esta crisis por las autoridades comunitarias y los Gobiernos de las principales economías. A los mercados de bonos les empieza a inquietar, casi tanto como las probabilidades de quita en el principal o de aplazamiento de vencimientos de la deuda pública, la confusión en que está sumido el propio Gobierno de la eurozona. Es ahora en el sistema bancario italiano donde, tras los anuncios que hicieron ayer las agencias de calificación de riesgos, se abre un nuevo frente de la crisis financiera europea. La permeabilidad entre finanzas públicas y sistemas bancarios es elevada en la eurozona. Incluso en economías con poca deuda pública en términos relativos, como es el caso español, la debilidad del crecimiento económico se convierte en el factor que puede minar la solvencia de los operadores bancarios. Las economías que menos crecen y más desempleo han generado sufren también los ajustes presupuestarios más severos. Se están imponiendo reducciones adicionales en la demanda agregada que dificultan seriamente la recuperación del empleo. También de la solvencia privada y de la pública. El saneamiento de las finanzas públicas es imprescindible, pero su concentración en poco tiempo y en un contexto de manifiesta debilidad de las economías no favorece precisamente el objetivo perseguido. La elevación de las primas de riesgo es general en las economías consideradas periféricas, que son las que menos crecen. Poco importa que en algunas de ellas, como la española, se hicieran hace un año ajustes significativos y ahora igualmente se reduzca ese techo de gasto público no financiero que incorporarán los próximos Presupuestos Generales del Estado. Los mercados saben que sin crecimiento no se pueden pagar las deudas. Y en economías en las que la política fiscal y la sobrerregulación bancaria erosionan aún más esas probabilidades de expansión, las deudas tendrán que aplazarse sin remedio. Lo que fundamentalmente cotizan los mercados con ese diferencial máximo que sufre la deuda pública española es la dificultad para superar el anémico crecimiento. El drama griego debería ser igualmente aleccionador para los dos principales partidos políticos españoles. A pesar de las notables diferencias entre ambas economías, el deterioro de la eurozona puede complicar aún más la recuperación de España. La ausencia de acuerdos mínimos que afiancen la solvencia de las Administraciones públicas cotiza mal y empobrece a las empresas y a los ciudadanos españoles. EL PAÍS. 25-6-2011 Economía. El Mundo El coste de la deuda española sube a máximos ante el contagio italiano María Vega Los temores a que España se contagie de la epidemia de deuda periférica amenazan cada vez más con convertirse en una realidad, al tiempo que la enfermedad empieza a propagarse por Italia, el quinto país señalado por los mercados como posible insolvente por detrás de España y de los ya rescatados Portugal, Irlanda y Grecia. A pesar de que Bruselas trató de calmar el jueves los ánimos comprometiéndose a rescatar de nuevo a Atenas, las Bolsas ignoraron el mensaje y desde primeras horas del viernes comenzaron a castigar a los llamados países periféricos. Milán y sobre todo, Madrid fueron las plazas europeas más penalizadas por esta sensación de pánico, que a última hora de la tarde acabó lastrando al resto de las Bolsas del Viejo Continente, que despidieron la semana en negativo. Tras dos días de fuertes caídas, el Ibex 35 cerró ayer en 9.812 puntos, con lo que entró en pérdidas anuales, ya que el selectivo español arrancó 2011 en los 9.888 puntos, según datos de Invertia. Acompañando al desplome bursátil, la prima de riesgo país -que mide la diferencia entre lo que paga un Estado por colocar su deuda frente a Alemania, la economía considerada como más solvente del euro,- se disparó en el caso español y cerró en los 287,7 puntos. De este modo, el coste de emitir deuda entró ayer en zona de máximo riesgo si se tiene en cuenta que una vez pasada la barrera de los 300 puntos las posibilidades de tener que solicitar auxilio a los fondos de la Unión Europea para hacer frente a los pagos de deuda comienzan a consolidarse, según los expertos. La rentabilidad que España tiene que pagar por emitir bonos a 10 años alcanzó ayer un máximo histórico al situarse en el 5,68%. Si ese coste continúa incrementándose hasta llegar al 6%, de nuevo los expertos consideran que España podría verse abocada al rescate. También Italia empieza a pasarlo mal y el diferencial de su deuda frente a la germana cerró en 214 puntos, con lo que se consolida por encima de la barrera psicológica de los 200 puntos en la que ha entrado esta semana. Precisamente la banca del país transalpino fue el detonante de que el pánico se apoderase ayer, por segundo día consecutivo, de las Bolsas europeas. Todo ocurrió por el castigo de los inversores a un informe difundido por la agencia de calificación crediticia Moody’s que esta semana ha puesto en vigilancia para un posible recorte de nota el rating de 16 bancos italianos que considera vulnerables. El listado bancario de la agencia estadounidense convirtió ayer a las entidades financieras italianas en los peores valores de todo el Eurostoxx 50. Unicredito lideró las caídas con un descenso del 5,54%, seguido por Intesa San Paolo (-4,26%). Sin embargo, la mayoría de las entidades llegó a perder casi un 8%, de manera que se tuvo que suspender su cotización. El Gobierno italiano anunció que el próximo jueves detallará sus medidas de austeridad para hacer frente a la situación. Los temores sobre la banca también salpicaron a España y su sector financiero sufrió un duro castigo bursátil por segundo día consecutivo. No obstante, si el jueves fueron los grandes bancos -BBVA y Santander- los más penalizados por los mercados, ayer las caídas afectaron con mayor intensidad a la banca mediana: Criteria (-3,34%), Bankinter (-3,17%), Banco Popular (-2,04%) y Banco Sabadell (-1,76%). Por su parte, la entidad que preside Emilio Botín se dejó ayer un 1,42%, hasta 7,71 euros, y su mayor rival en España un 1,07%, hasta 7,48 euros. Estas caídas colocaron al Ibex 35 en el suelo de los 9.800. Una vez situado en esta barrera psicológica es de esperar que rebote al alza si la crisis de deuda no continúa propagándose, según explicó a este diario el director de renta variable de Atlas Capital, Ignacio Cantos. El mes de julio podría ser determinante para los mercados financieros, que dudan de la capacidad de la Unión Europea para resolver la crisis griega a pesar de que los jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros lograron ayer un acuerdo para poner en marcha un segundo paquete de ayuda para el país heleno, aunque todavía no se han puesto sobre la mesa las cantidades que se aportarán. En ese nuevo rescate, se pretende implicar de forma voluntaria a la banca, algo que no convence ni a los mercados, ni a las agencias de rating, que están incrementando su presión sobre el sector financiero europeo por el peso de la deuda soberana en sus balances. En este contexto de tensión, el euro perdió de nuevo posiciones frente al dólar, hasta fijar su cambio en 1,41 unidades. EL MUNDO. 25-6-2011