Mientras Zaatero declara que lo peor de la crisis ya ha pasado, las consecuencias de destrucción de capital siguen mermando el tejido productivo de nuestro país. Hoy quisiera detenerme en la localidad murciana de Yecla, productora de calzado y muebles por excelencia, donde a pesar de la fortaleza de una producción de calidad reconocida en todo el mundo, Granfort ha anunciado que presentará un expediente de regulación de empleo para sus 280 trabajadores. Se trata de la mayor empresa de fabricación de sofás de toda España, que pretende plantear el ERE temporal frente a la bajada de ventas de muebles tapizados. El expediente afectará a toda la plantilla en períodos rotatorios de unos 120 días a lo largo de catorce meses En estos periodos, los trabajadores a los que de forma rotatoria les afecte irán al paro cobrando el subsidio por desempleo. No es el primer recorte de personal que la empresa realiza, durante estos últimos meses, Granfort ha prescindido de 80 trabajadores, y ahora anuncia el expediente de regulación. Se trata de una circunstancia generalizada en todo el sector concentrado en Yecla, en donde la mayoría de empresas dedicadas al mueble han presentados recortes de plantilla en el mejor de los casos, ya que muchas de ellas han tenido que echar el cerrojo en negocios productivos de arraigo que históricamente han conformado la industria y economía yeclana. Según declaraba hace unos mese el delegado de Diana Capital, Francisco Gómez Zubeldia, la firma dueña del 33% de la empresa yeclana, se trata de adecuar los costes al nuevo escenario económico general y la menor demanda de muebles por la caída del consumo. Ya en Noviembre del pasado año, valoraban que lo peor estaba por llegar. En este momento las previsiones de la empresa se cumplen, y tras diversas medidas de recortes llega el momento de plantearse un ERE. Las negociaciones ya están en marcha. El pasado lunes se reunieron en asamblea la multitudinaria plantilla durante una hora y media, los objetivos de los trabajadores son claros, asegurar sus puestos de trabajo por encima de cualquier otra reclamación. Las reclamaciones recogidas por los sindicatos son las de negociar compensaciones en los periodos de inactividad, y esta misma mañana se reúnen con la dirección de la empresa esperando dar una resolución a la situación en la que se encuentran. Por lo tanto, el miedo al paro y la inestabilidad de la empresa son los principales temores para los trabajadores, que ven cada día empresas vecinas echar el cerrojo. Mientras hace unos meses la feria del mueble tenía el objetivo de abrir nuevos mercados en países del Golfo Pérsico, con muebles de calidad y diseño, la industria del mueble se tambalea. Persistir en la apertura de mercados y un plan que se dedique a cuidar nuestro tejido industrial y a dar una salida a la crisis que se centre en sectores productivos clave en cada región debe ser una prioridad. No es aceptable que el Gobierno la regale de nuestro dinero público 240.000 millones de euros, mientras el sector productivo queda olvidado y tan solo recibe migajas subsidiarias que no solucionan el problema de la creación de riqueza y empleo. Empresas viables y rentables históricas y de las que depende el sustento de cientos de familias deben ser la prioridad para enfocar un plan que se centre en el ahorro y redistribución, que potencie la reinversión en tejido productivo y la creación de riqueza y empleo.