Puede sobrevivir un sector que ha pasado en un año de vender a 2,60 euros por kilo a vender a 1,77 euros? Un precio que se sitúa ya por debajo de los costes de producción, perdiendo casi un euro por kilo en apenas un año. El secretario de Organización de COAG, Eduardo López, ha denunciado que la crisis del olivar se debe, además de otros factores, a las prácticas de «oligopolio y especulación de tres grandes grupos de comercialización que controlan el 80% de la producción de aceite»
Las organizaciones agrarias, COAG y ASAJA, están denunciando cómo un uñado de oligopolios del sector, entre los que se encuentran en primer lugar Carrefour, Eroski y Mercadona, son los que provocan la caída de los precios en origen. Una bajada de precios brutal (casi un euro por kilo en un año), por debajo de los costes de producción. Como denunciaba Luís Carlos Valero, portavoz de ASAJA Jaén, “En casi el 50% de las superficies olivareras de la provincia de Jaén se está recogiendo a pérdidas”.Unas pérdidas para el sector de más de 800 millones de euros que ponen en peligro a muchas de las 1.800 pequeñas y medianas empresas del sector. Y, por lo tanto, también cientos de miles de puestos de trabajo. Un aspecto que en época de crisis, con el paro desbocado hacia los 4 millones, es aún mucho más importante, ya que del sector olivarero depende el 30) del empleo agrario andaluz del que viven más de 300 municipios andaluces.Sin embargo, esta imposición de bajos precios en origen no se corresponde con una bajada proporcional de precios al consumidor. Lo ha denunciado la organización de consumidores, FACUA, en un estudio de 20 marcas que sólo han bajado una media de 13 céntimos por litro, frente a la bajada de casi un euro en origen.Las organizaciones agrarias denuncian además cómo estos grupos ganan cuota de mercado comprando aceite barato que luego mezclan con otras grasas.Para hacer frente a la situación, los productores de aceite y las cooperativas piden una regulación del mercado que garantice un precio mínimo de 2,20 euros por litro, y que les permita almacenar producto y recibir ayudas si el precio en origen baja dos semanas seguidas por debajo de los costes de producción. Igualmente proponen concentrar la oferta para hacer frente a los grandes grupos de la distribución.Las cuotas de Bruselas o los precios monopolistas son las auténticas plagas del campo español; y hace falta una política más agresiva para combatirlas.