El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha denunciado que hay en marcha un «golpe de Estado blando» por parte de la oposición, que tiene como objetivo desestabilizar al Gobierno, y ha llamado al pueblo ecuatoriano a defender el proceso democrático del país.
En las últimas semanas, azuzado por la oposición, un clima de tensión se ha adueñado de las calles de las capitales ecuatorianas. Las marchas convocadas por el partido conservador CREO, han desfilado por las cercanías de la Asamblea Nacional y de la sede del Gobierno. El presidente ha denunciado que cuenta con informes de inteligencia que alertan de planes para asaltar la sede del Ejecutivo y bloquear los principales aeropuertos del país. No sería la primera vez. Rafael Correa tuvo que derrotar un golpe de Estado en 2010, iniciado como una revuelta policial
En el origen de las revueltas, la Ley Orgánica para la Redistribución de la Riqueza -una ley que impone un impuesto a la herencia y a las plusvalías de las clases más acaudaladas (el 2% de la población) que Correa ha intentado aprobar en el Parlamento, y que ha desatado una feroz campaña de oposición. Jaime Nebot – alcalde de Guayaquil, la segunda ciudad del país- ha encabezado varias protestas para exigir que se archiven definitivamente estas reformas. E incluso cuando el gobierno ha paralizado temporalmente las leyes sobre herencia y plusvalía, a la espera de conseguir mayor consenso social, la oposición ha aumentado el grado de sus ataques.
El director del Centro Andino de Estudios Estratégicos, Mario Ramos, avala la denuncia de Correa. «Es un golpe blando o suave porque no se utiliza la fuerza bruta para tomar el poder, sino que se utilizan operaciones sofisticadas, que dan un matiz de cierta ‘legitimidad’ para combatir a gobiernos que no se alinean a los intereses de EEUU».
El presidente ecuatoriano ha ligado estas tramas desestabilizadoras con las que se han venido perpetrando en los últimos años contra otros gobiernos latinoamericanos, como los de Venezuela o Brasil. «En Ecuador se está aplicando lo mismo que en Venezuela, esta misma estrategia se la hicieron a Hugo Chávez y se le continúan haciendo a Nicolás Maduro». Correa ha afirmado que este modelo de golpe blando está basado en cinco pasos:
«El primero de estos pasos, está constituido por la etapa de «ablandamiento», en la cual los medios de comunicación tratan de generar un malestar colectivo de que todo marcha mal y generar una opinión negativa de la sociedad contra el gobierno, funcionando la prensa como «ilegítimos partidos políticos de oposición».
«El segundo paso consiste en deslegitimar al gobierno a través de estos mismos medios. Son miles de editoriales, falsas investigaciones, cadenas de rumores que se lanzan a través de las redes sociales».
«El tercer paso -que ha sido aplicado los últimos días en su país- es el llamado calentamiento de las calles a través de movilizaciones permanentes. Así sean 4 ó 5 personas, todos los días los periódicos van a reseñar esto y dar la impresión al Ecuador y al mundo que tenemos un país dividido».
«El cuarto de estos pasos está basado en la combinación de todas los acciones anteriores. Esto es un manual de un politólogo norteamericano y es copia de los que se están aplicando en Venezuela y Argentina».
Finalmente, Correa ha indicado que la última de estas etapas, es la fractura institucional. «Esta estrategia supone que sobre las bases de las acciones callejeras, toma de instituciones, pronunciamientos militares, se obliga a la renuncia del Presidente».
El presidente ecuatoriano ha llamado a su pueblo a detener esta estrategia desestabilizadora diseñada en los despachos de Washington y ejecutada por los gorilas (golpistas) de turno.»Estas son las maniobras con las que nos enfrentamos día a día y por eso debemos estar listos para salir también a las calles a defender nuestra Revolución y a impedir que los mismos de siempre nos devuelvan al pasado».