Cientos de cadáveres en una fosa común junto al hospital Nasser, en la Franja de Gaza

Gaza: el horror sin fondo de las fosas comunes

Cada trozo de tierra que se retira descubre un nuevo pedazo de horror, un nuevo crimen de guerra. Desde el inicio de la actual ofensiva han aparecido unas 130 fosas comunes en la Franja de Gaza, cada una con cientos de cadáveres, a menudo maniatados y con signos de tortura por parte de las tropas israelíes.

Todo genocidio tiene rasgos comunes, y uno de ellos es las fosas comunes. En la interminable lista de crímenes de guerra de Israel en Gaza no podía faltar. Ya son más de 600 los cadáveres -con signos de tortura, mutilación y ejecución- los que han sido recuperados de una fosa común en el recinto del Hospital Nasser, en la ciudad de Jan Yunis, al sur de la Franja, de la que el Ejército israelí se retiró recientemente tras una amplia operación militar. Se suman a los de otra fosa, con 400 cuerpos, en las ruinas del Hospital Al-Shifa, en la ciudad de Gaza, y a los cientos de cadáveres del centenar de fosas descubiertas en toda la Franja.

Cada trozo de tierra que se retira descubre un nuevo pedazo de horror, un nuevo crimen de guerra. Muchos de los cuerpos desenterrados de la fosa común del Hospital Nasser pertenecen al personal médico, a pacientes adultos e incluso a menores de edad. Muchos de ellos muestran signos de tortura, otros de ejecución y en algunos, incluso, aparecen evidencias de haber sido enterrados vivos.

“Algunas de las personas [desenterradas] estaban atadas. Algunas tenían material sanitario, como cánulas, en sus manos. Otros fueron torturados. Algunos de los cuerpos estaban extremadamente mutilados, lo que significa que esos cuerpos, algunos de sus órganos, fueron tomados por las fuerzas de ocupación israelíes”, dice sobre el terreno el periodista gazatí Akram al-Satarri.

En el Hospital Al-Shifa otra enorme fosa común contabiliza más de 400 cuerpos con idénticas evidencias de crímenes de guerra. Ambos centros sanitarios han sido asediados y asaltados por las tropas israelíes, y atacados de forma repetida en los seis meses y medio de guerra. En ambos casos el pretexto ha sido el mismo: según el gobierno de Netanyahu, el complejo ocultaba en su subsuelo una base de operaciones de Hamás… de la que nunca se han aportado pruebas, incluso después de haber ocupado el hospital y haber registrado todos sus rincones.

El pasado 15 de febrero, buscando la hipotética base subterránea de Hamás, el Ejército de Israel desató una de las redadas más violentas en contra de un edificio civil desde el recrudecimiento del conflicto. Vídeos publicados en redes sociales muestran a las fuerzas israelíes ingresando a la fuerza en el Nasser, abriéndose paso con explosiones y el uso de armas de fuego, lo que dio como resultado múltiples víctimas mortales, incluidos pacientes y médicos.

Mientras este horror sobresale entre los demás, continúan los bombardeos. En 200 días de genocidio, Israel ha asesinado a más de 34.100 personas, hiriendo a más de 77.000, más del 70% de ellas mujeres y niños. Dos millones de gazatíes -el 90% de la población- se han visto desplazados de sus hogares y viven una situación límite, sometidos a una hambruna absoluta y a la falta de agua que puede provocar una inminente catástrofe humanitaria.

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130 fosas comunes

Según la ONG Euro-Med Human Rights Monitor, desde el inicio de la actual ofensiva han aparecido unas 130 fosas comunes en la Franja, especialmente en el norte y en el centro bajo el control militar israelí. Muchas de ellas están en los recintos de los hospitales, pero hay otras en barrios residenciales, estadios deportivos, carreteras, mezquitas, escuelas…

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