No lo decimos nosotros, lo dicen ellos. El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, confiesa que «el precio de los combustibles en España es superior al de la UE porque el margen de beneficios de las petroleras es superior al de la media de la UE». Y la Comisión Nacional de la Competencia lo ha confirmado, afirmando que «las petroleras dominantes han aprovechado la caída del precio de los carburantes para ampliar sus márgenes de beneficios». Cada vez que pones gasolina a tu coche, moto o camión, estás siendo atracado por Repsol, Cepsa o British Petroleum.
El “efecto cohetes y plumas” explica el precio de la gasolina en España. Es decir, que mientras la gasolina sube deprisa como un cohete cuando aumenta la cotización internacional, baja lenta como una pluma cuando desciende. Es uno de los mecanismos que utilizan las grandes petroleras para aumentar sus ganancias.
En el último año la cotización internacional para la gasolina y el gasóleo ha bajado un 0,8% y un 1,9%. Sin embargo, el precio que todos pagamos por los carburantes subió en ese mismo periodo un 0,5%, mientras que en otros países de la UE -como Reino Unido, Italia o Portugal- bajaba hasta un 5,5%. «Cada vez que pones gasolina a tu coche, moto o camión, estás siendo atracado por Repsol, Cepsa o British Petroleum»
La explicación es muy sencilla. Según la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC), el margen bruto de explotación -es decir, lo que las grandes petroleras ganan por cada litro de combustible- se ha disparado, aumentando en el último año un 25% para la gasolina y un 11% para el gasóleo.
El precio de la gasolina en España antes de impuestos es el cuarto más caro de la UE. Y, como denuncia la CNMC, esto es fruto de un acuerdo monopolista. Sólo tres petroleras -Repsol, Cepsa y British Petroleum- controlan el 85% del mercado. Este abrumador dominio monopolista les permite inflar artificialmente los precios para incrementar sus beneficios atracando a la población.
Está demostrado que en los tramos donde hay más presencia de “operadores independientes” -gasolineras no controladas por los tres gigantes- los precios son menores. Directamente, son los grandes monopolios los que se ponen de acuerdo para subir los precios.
¿Cómo podemos acabar con este sangrante atraco?
En 2.009, la CNMC impuso a las tres petroleras dominantes una multa de 7,9 millones por pactar los precios. ¿Qué significa eso cuando cosecharon el año pasado beneficios superiores a los 3.000 millones de euros en España?
El gobierno anunció que la Ley de Hidrocarburos aprobada el pasado año aumentaría la competencia y reduciría los precios. Pero todavía estamos esperando a que se aplique.
Estas son medidas puramente “cosméticas”, mientras desde el Estado se protege el robo practicado por las grandes petroleras.
Lo que hace falta es cortar de raíz este atraco monopolista. Investigando hasta el final los abusos monopolistas. Imponiendo a las grandes petroleras multas multimillonarias, y llevando a los tribunales a sus altos directivos, para que paguen penalmente por sus delitos. Y debe aprobarse una ley que fije los precios de los servicios básicos -luz, agua, carburantes…-, protegiendo los intereses de la mayoría y evitando el robo de los grandes monopolios.