Gabriel Boric, el candidato de la izquierda de Apruebo Dignidad -confluencia del Frente Amplio y el Partido Comunista- ha ganado las elecciones con el 55,87% de los votos, derrotando por ocho puntos de ventaja al candidato de la ultraderecha, Jose Antonio Kast (44,13%), que había ganado la primera vuelta.
Se trata de una victoria de enorme trascendencia para el país y para el continente. Para Chile, la llegada de un gobierno de izquierdas a La Moneda significa la culminación de tres años de intensísimas luchas populares, que lograron golpear y derribar al derechista gobierno de Piñera y mandar al cementerio a la Constitución pinochetista de 1980; así como erosionar y dejar obsoleto al viejo modelo bipartista sucesor de la dictadura, instrumento sobre el que se apoya la draconiana tiranía del capital monopolista sobre las clases populares chilenas. Para América Latina, la victoria electoral de Boric se suma a la larga lista de reveses que están sufriendo los proyectos e intereses del hegemonismo norteamericano a manos de una lucha de los pueblos que no para de avanzar.
Dos opciones antagónicas se disputaban la presidencia de Chile en la segunda vuelta de las elecciones. Kast, candidato de una ultraderecha tan pinochetista como emuladora de Trump y Bolsonaro, y Boric, representante de Apruebo Dignidad -suma del Frente Amplio y el Partido Comunista- una izquierda que recoge gran parte de la fuerza de las grandes movilizaciones que han sacudido el país en los últimos años.
Para dejar aún más claro a quién representaba, el candidato pinochetista había realizado recientemente una gira por EEUU, reuniéndose con el ala más derechista del partido republicano -Marco Rubio, congresista aliado del expresidente Donald Trump y enemigo acérrimo de los gobiernos progresistas latinoamericanos-, pero también con importantes directivos de grandes corporaciones norteamericanas con intereses en Chile: Pepsico, UnitedHealth Group o los representantes de las pensiones privadas, las AFP.
Tras los resultados de la primera vuelta de las elecciones chilenas -en los que el ultraderechista Kast, por un estrecho margen de un 2% de los votos, logró imponerse con un 27,91 %- se habían encendido todas las alarmas entre la izquierda y los movimientos sociales chilenos. ¿Sería posible que en un país que había protagonizado gigantescas luchas populares desde 2019 contra el modelo ultra-neoliberal heredado de la dictadura, un candidato declaradamente pinochetista, pro-oligárquico y pronorteamericano como Kast llegase a la presidencia?
Finalmente, una enorme movilización electoral -un 55% del censo nacional ha participado, lo que supone un hito histórico desde que en 2021 el voto dejó de ser obligatorio- ha conjurado el peligro que suponía instalar a un «Bolsonaro» en el palacio de La Moneda.
Boric ha obtenido 4,6 millones de votos, más que duplicando (156%) los 1,8 millones conseguidos en la primera vuelta. Ha pasado del 25,83% al 55,87% de los votos, convirtiéndose no sólo en el primer candidato chileno que logra revertir la tendencia de la primera vuelta, sino en presidente más joven -35 años- y más votado de la historia de Chile. Gana además en la gran mayoría de las circunscripciones electorales del país.
La contundente victoria electoral de Boric -que ya ha sido reconocida por Kast y por Piñera- acompañará el proceso del plebiscito ratificatorio de la Nueva Constitución que sustituye a la derogada Carta Magna escrita por Pinochet y que debería hacerse durante el primer semestre del próximo año. Todo, a una década de las grandes protestas estudiantiles de 2011 donde Boric, entonces dirigente de la Universidad de Chile, fue uno de los liderazgos más destacados.
Celebraciones multitudinarias
Noche de borrachera, de alegría, de júbilo, para la mayoría social chilena y para los progresistas de medio mundo. Con banderas chilenas y mapuches, al grito de “¡Ganó el pueblo!” y “Ni un paso al fascismo”, en prácticamente todas las ciudades de Chile, grandes multitudes han salido a celebrar la victoria de Gabriel Boric y Apruebo Dignidad. La celebración ha sido especialmente multitudinaria en el centro de Santiago, y muy concretamente en la Plaza de la Dignidad, así rebautizada tras ser el escenario de grandes movilizaciones tras el estallido social de octubre de 2019.
Allí, ante cientos de miles de personas y como si fuera una estrella de rock, Gabriel Boric se subió al escenario para dedicar unas primeras palabras a los chilenos. Comenzó saludando a la multitud en mapudungun, la lengua mapuche, y agradeciendo a los chilenos que “honraron su compromiso con la democracia”.
“Tengo 35 años y sé y tengo claro que la historia no empieza con nosotros. Siento que nuestro proyecto es heredero de una larga trayectoria histórica, la de quienes desde diferentes posiciones han buscado incasablemente la justicias, la ampliación de la democracia y la defensa de los derechos humanos (…) Porque estamos en un nuevo ciclo histórico. Seré el presidente de todos los chilenos y chilenas”.
Después se refirió al movimiento de donde surgió: “¿Cuántos de ustedes marcharon el 2006, el 2011, el 2012? Somos de una generación que emerge a la vida pública demandando que la educación sea un derecho y no un bien de consumo”. También habló de terminar con las pensiones privadas, las AFP (lo que lo hace volver a su programa original). “No queremos que sigan haciendo negocios con nuestras pensiones”, dijo ante un gran aplauso.
Boric advirtió que “los tiempos que vienen no serán fáciles” y que habrá que hacer frente a las consecuencias de la peor pandemia del último siglo, pero también del Estallido Social. Pero señaló enérgico: “Nunca, por ningún motivo debemos tener a un presidente que le declare la guerra a su propio pueblo”, dijo, aludiendo a una frase de Piñera, en medio de los disturbios de Santiago de 2019, afirmando estar “en guerra” con los manifestantes. Luego repitió el cántico que surgió entre el público: “Justicia, verdad, no a la impunidad”.
La victoria de un Frente Amplio de Unidad
Apruebo Dignidad es un frente amplio de unidad que no pertenece al establishment político chileno. Se trata de una coalición que se formó en 2021 suma de las listas de Frente Amplio y Chile Digno, y en la que confluyen el Partido Comunista y los ecologistas de la Federación Regionalista Verde Social junto a los Comunes, Convergencia Social y Revolución Democrática, además de otras fuerzas progresistas como la Izquierda Cristiana de Chile, Acción Humanista, el Movimiento Unir, la Izquierda Libertaria y Fuerza Común.
El programa de Apruebo Dignidad aboga por un nuevo modelo de desarrollo, centrado en las energías renovables, los impuestos a las grandes fortunas y el fomento a la ciencia y tecnología; además de fortalecer los derechos de la mujer y las minorías sexuales, la salud (incluyendo la mental), el medio ambiente y la cultura.
Carlos dice:
Una gran noticia para todos los demócratas del mundo y mucho que aprender. Pinochet debe de estar revolviendose en la tumba. Si ya toda latinoamerica es colorada, Lula que vuelve, Honduras, ahora Chile, Bolivia, etc, etc, etc. Todos los gobiernos de Frente Amplio, como éste, Dignidad, con comunistas, cristianos, verdes.. Vais bien, por buen camino los de Recortes Cero, verdes, comuneros, municipalistas, etc. Lo que hace falta es que no vuelva la CIA a dar otro golpe de Estado, pero no, los yankees ya no tienen fuerza. Un saludo a todos y viva el Frente Amplio