Los Premios de la Música Independiente, al igual que los Premios Max, muestran la fuerza de las alternativas independientes.
Mientras la SGAE suspende la celebración de los Premios de la Música en plena transformación interna, la Unión Fonográfica Independiente, que aglutina a más de 60 sellos, aborda la cuarta edición de sus premios. Tal y como hemos reflejado en estas páginas, las alternativas culturales que se han ido gestando en los últimos 20 años, en este caso discográficas y musicales, conforman ya un tejido social, cultural y económico independiente que busca crecer y desarrollarse. Los cambios sociales y la respuesta de las clases populares a la política de saqueo que sufrimos, han servido para multiplicar las propuestas y la energía de una sociedad que rebosa vida, creatividad y fuerza de resistencia. El aumento de la asfixia y la sangría monopolista ha acelerado y radicalizado el surgimiento de alternativas, al mismo tiempo que el proceso iniciado por el 15-M las ha catalizado en torno a la respuesta, e impulsado con un norte. Otro modelo de gestión La determinación con la que la UFI y la red musical creada en torno a la música independiente, avanzan en la construcción de un modelo de gestión de la música al margen de las grandes multinacionales discográficas, no solo expresa la rebelión frente al monopolio. También representa el grado de organización que las pequeñas y medianas empresas del sector están alcanzando. Y organización es fuerza. Cuando en el 2009 se celebró la primera edición de los Premios de la Música, la UFI fue contraportada de Foros21, como un proyecto que arrancaba y al que había que alentar. Cuatro años después se conceden premios en 32 categorías, seleccionando 150 finalistas de entre más de 900 candidaturas.La UFI está formada por productoras independientes que no superan el 5% de cuota del mercado. Los estatutos no permiten asociarse a sellos multinacionales o tener participación de grandes grupos mediáticos. Las empresas más grandes pagan una cuota mayor, pero cada empresa, independientemente de su tamaño, tiene un voto.La UFI se creó en el 2003 con el objetivo de hacer frente a las cuatro grandes discográficas, Sony BMG fusión de Sony de capital japonés y BMG división del grupo Bertelsman, EMI inglés, Universal y Warner. Solo Sony BMG y Universal por sí mismas controlan prácticamente la mitad del mercado.Además la UFI es miembro de la junta directiva de IMPALA, que es la asociación europea de los sellos independientes, que agrupa a más de 2500 sellos.Las claves de su desarrollo han girado en torno a la independencia económica, su desarrollo como organización profesional y el uso de Internet. En la red los sellos independientes pueden permitirse competir casi de igual a igual. Mientras que las grandes discográficas monopolizan la distribución, la promoción de los discos en la red es gratuita, así que se han lanzado a desarrollar el comercio digital. A la industria musical no le interesa ser subvencionada, como ocurría hasta ahora con el cine, ni depender de “mecenas”, como ocurrirá a partir de ahora con la Ley de Mecenazgo. Por eso el desarrollo del mercado digital legal en España es fundamental. En estos momentos es prácticamente inexistente, y aún así los resultados son asombrosos.«Ha sido la fuerza organizada de las discográficas lo que ha permitido avanzar»AtreverseNo se trata de enfrentar dos mundos que son aliados, la SGAE y la UFI, por si pudieran confundir las primeras líneas de este artículo. Representan dos ámbitos diferentes parte de un mismo sector social con iguales intereses, sí, pero la independencia y la transformación del modelo de gestión nos deja ejemplos cada vez más contundentes de los que hay que aprender.Este año el artista más nominado es Nacho Vegas, el músico asturiano que se encuentra implicado en el desarrollo de la Fundación Robo y la discográfica Marxophone. Dejaremos, de momento, su valoración artística, y la de los más destacados finalistas, para el jurado y el voto popular que decide los premios a través de voto online. Pero la voluntad de la industria independiente por subrayar una trayectoria es evidente. Nacho Vegas ha sido nominado en siete categorías, sin incluir su discográfica que también es finalista. No es el único, ni mucho menos, son muchas las iniciativas. Pero para muestra un botón. A finales de Octubre del 2010, Nacho Vegas, junto a Refree y Fernando Alfaro, fundaban la discográfica Marxophone, “algo entre Parlophone – mítica discográfica británica – y la revolución”. Como reza su manifiesto fundacional, “no era un problema con los sellos discográficos en general ni con las personas que se encargan de ellos, todas maravillosas, sino con la idea de sello en sí misma. Con su concepto […]Autoeditarnos. Sonaba bien. Tomar decisiones. No esperar. Que las canciones fueran nuestras y de nadie más. No entrar en aburridas espirales sin salida, no esperar a unos royalties que en realidad nunca han existido ni existirán, sino tomar las riendas de nuestra propia obra”.Más que un sello se presentan como una cooperativa y son un ejemplo más de como la iniciativa independiente no solo goza de buena salud, sino que se atreve a pelear por su música, generando además, tejido social y empresarial. Más lejos y más rápidoUn paso más allá, en la investigación del modelo lo da la Fundación Robo, con la que Nacho Vegas y muchos otros artistas como Julieta Venegas colaboran. Una iniciativa que busca experimentar con las relaciones en torno a la música y la producción colectiva. Al igual que en Asalto, la sección literaria, prima la obra colectiva, y aunque se conocen los nombres de los artistas, no se explicita de quién es cada obra. Pero lo que realmente ha permitido y permitirá avanzar más lejos y más rápido ha sido la fuerza organizada de las discográficas, independientemente de la radicalidad, o la línea, desde la que aborden la producción musical. También en la música, las pymes crean el 80% de puestos de trabajo y producen el 80% de la música, aunque solo ocupan un 15% del mercado. Por eso una amplia unidad es clave. Vender las obras de nuestros creadores…Carlos Sánchez Almeida, abogado que representa a las pymes en la denuncia contra la Ley Sinde-Wert, en una entrevista para Foros21:“En esto los gobiernos están haciendo un papel muy triste, porque en lugar de apostar por la industria de futuro, que es Internet, un tejido de pequeña y mediana empresa, de emprendedores, que saben y son expertos en posicionamiento, y que podrían vender perfectamente las obras de nuestros creadores, se está destruyendo el tejido industrial en favor de algo ajeno a nosotros. Están representando los intereses de la industria de entretenimiento norteamericana. Se llenan la boca con la defensa de la cultura española, pero es falso. Lo único que les interesa es seguir intermediando en el cobro de royalties de estas entidades”.