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Fondos soberanos se enchufan` al sector energético español

Los gobiernos de todas las latitudes (y sobre todo los europeos y el estadounidense) llevan años tentándolos para que participen en sus colocaciones de deuda, para que les saquen las castañas del fuego en que se había convertido sus agitados sectores financieros y para garantizar capital a largo plazo para algunas de sus grandes compañías. Y los fondos soberanos, los brazos inversores públicos de países -fundamentalmente, pero no sólo- emergentes, han sabido hacer los deberes y tomar posiciones… también en España.

«En el caso de España, las giras a China, Singapur y Medio Oriente de ministros, el presidente del Gobierno e incluso el Rey, incluyen ahora paradas en las oficinas de esos fondos», explica Javier Santiso, profesor de Economía de Esade Business School y coordinador del Informe Fondos Soberanos 2012, editado por el Icex, la consultora KPMG y la propia Esade. Esas visitas de las autoridades españolas parece que han dado sus frutos, y las inversiones de los fondos soberanos en nuestra economía no han dejado de crecer… muy singularmente en el sector energético español, en el que el dinero público de medio mundo ha tomado posiciones de calado.

«La buena noticia de estos últimos años es que los fondos soberanos de los países emergentes han puesto los ojos en España. Entre 2010 y 2011 se multiplicaron las operaciones, algunas de calado, construyendo así al alza de la inversión extranjera directa en el país», subraya Santiso. La inversión extranjera rozó en 2011 los 28.500 millones de euros, un 18% más que el ejercicio anterior. «En menos de dos años, China, Catar y Abu Dhabi han invertido 18.500 millones de euros en las principales multinacionales españolas haciéndose un hueco en su capital»… Un hueco cada vez mayor.

Repsol se alía con Singapur, China, México…La semana pasada Repsol anunciaba la venta de la autocartera que le quedaba al fondo soberano de Singapur. La petrolera colocaba así el 5% de su capital a Temasek por 1.036 millones de euros, que ampliaba sus posiciones en el accionariado de la compañía española hasta el 6,3%, convirtiéndose en el cuarto mayor accionista del grupo.

De hecho, en el capital de Repsol la presencia de grupos de titularidad pública no es nueva. La petrolera mexicana Pemex, controla el 9,5% del capital del grupo presidido por Antonio Brufau. Pemex, segundo mayor accionista por detrás de La Caixa, ha vuelto a alinearse con la cúpula de la petrolera española, pero hace dos años intentó sin éxito redoblar su influencia en Repsol aliándose con Sacyr. Una aventura que terminó en fracaso.

En paralelo, Repsol selló a finales de 2010 una de las grandes alianzas del sector petrolero mundial de los últimos años al dar entrada a la china Sinopec, también de titularidad pública, en el capital de su filial brasileña. El gigante chino suscribió una ampliación de capital de 7.100 millones (unos 5.450 millones de euros al cambio actual) para hacerse con el 40% de Repsol Brasil.

Cepsa e Iberdrola miran a Oriente MedioEl caso de Repsol no es único. En el resto de grandes energéticas nacionales la presencia en sus accionariados de capital público es la norma, y en algunas compañías el control del dinero público extranjero es total. El fondo soberano de Abu Dhabi controla el 100% del capital de la petrolera Cepsa después de lanzar en 2011 una opa y hacerse con el 53% que no controlaba (el 48,8% en manos de la francesa Total y el resto, de minoritarios), en una operación que valoraba la petrolera con sede en España en unos 7.500 millones de euros.

La presencia del fondo emiratí IPIC en el capital de Cepsa viene de largo: entró en el accionariado en 1998 y fue escalando posiciones hasta hacerse con el 47% del capital en 2009, cuando absorbió las part5icipaciones del 32,5% en manos de Santander y el 5% que controlaba Unión Fenosa. Hoy Abu Dhabi controla enteramente uno de los antiguos buques insignia del sector energético español.

El fondo Qatar Holding es desde hace un año el principal accionista de Iberdrola, con el 8,4% del capital de la eléctrica. El fondo catarí entró en la compañía española en 2011 con una participación del 6,16% por más de 2.000 millones, en una operación avalada por la propia eléctrica, en lo que muchos vieron como un intento de atrincheramiento ante el intento de ACS por tomar el control de Iberdrola. Qatar Holding siguió reforzándose en el capital hasta elevar, en febrero del año pasado, su paquete hasta el 8,4%, con lo que encabezaba la lista de accionistas.

Gas Natural Fenosa cuenta con el grupo estatal argelino Sonatrach como tercer accionista, con un 4%, por detrás de Repsol y La Caixa. Ambos grupos firmaron la paz en verano de 2011 después de un largo litigio sobre el precio del gas que la argelina suministraba. La batalla legal se saldó con la obligación de Gas Natural de pagar casi 1.900 millones, lo que abrió la puerta una alianza estratégica que implicó la entrada de Sonatrach en el capital de la española y la compra por parte de Gas Natural de un paquete del 10% en el gasoducto Medgaz.

En paralelo, después de la larga batalla que se desató hace unos años por el control de Endesa (en el que se vieron implicados Gas Natural, Acciona y la alemana E.On), el resultado fue que la italiana Enel tiene actualmente un dominio casi total del capital de la eléctrica española. El Estado italiano cuenta con una participación, entre directas e indirectas, del 31% en el accionariado de Enel.

Por otro lado, el fondo de inversión estatal de Noruega tiene invertidos en España en torno a un 3% de sus 512.900 millones de euros en activos. Norges Bank Investment Management (NBIM), que gestiona la riqueza petrolera del país, cuenta con una amplísima cartera de pequeñas participaciones en el capital de empresas cotizadas españolas. Unas posiciones entre las que figuran un 1,75% de Iberdrola, un 1,26% en Repsol, 0,91% en Gas Natural Fenosa o el 0,85% en Red Eléctrica y un 0,17% en Endesa.

Interés por España… ¿cómo puente a América?Los fondos asiáticos y árabes llevan años rondando el mercado español en busca de oportunidades… no siempre con éxito, pero desde luego con éxito creciente. «Han estado mostrando interés sobre todo en infraestructura básica y energía. Les interesan los sectores a largo plazo de los países desarrollados, que aunque ahora estén pasando una mala racha, terminarán despegando tarde o temprano», explica Pablo Pallás, responsable de Fusiones y Adquisiciones de Citi, en declaraciones a Actualidad Económica.

«No hay por qué preocuparse. Ningún fondo soberano va a entrar en el capital de alguna de esas empresas si no son bienvenidos. Dado que detrás de los inversores está el Estado no se hacen inversiones hostiles para no enturbiar relaciones institucionales», resume Pallás para tranquilizar a los (cada vez menos) que aún muestran suspicacias sobre la entrada de los fondos soberanos en el capital de empresas nacionales. «En Occidente pasaron de ser villanos a salvadores de muchos de los bancos y países de la OCDE. En cualquier caso han dejado de levantar sospechas por estar incentivados por motivos políticos más que financieros en sus estrategias de inversión», apunta Santiso, de Esade.

Los expertos ven en la toma de posiciones de fondos soberanos y grupos públicos en las empresas energéticas españolas no sólo un interés en invertir en el mercado ibérico, sino también un intento de aprovechar sus nuevas participadas para desembarcar en Latinoamérica, en la que los grupos españoles ya tienen una amplia presencia. Pocos dudas de que, por ejemplo, Iberdrola y Repsol constituyen para Qatar Holding y para Sinopec, respectivamente, una puerta de entrada a un mercado tan atractivo y con tanto potencial como Brasil.

«Las apuestas de los inversores árabes se centran en España pero más allá también está voluntad de asociarse e invertir en grupos cuyo eje estratégico son los mercados emergentes, en particular los de América Latina», se subraya el Informe Fondos Soberanos 2012. «Vía las Américas se ha construido una historia y una trayectoria que las convierte en joyas muy atractivas para los fondos soberanos de Medio Oriente, como en los casos de Santander e Iberdrola, o para los inversores chinos, como en caso de Repsol. América Latina se ha convertido para muchos en la gran baza». Una baza que están sabiendo explotar.

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