Era la primera candidatura que se entregaba en la noche del Kodak Theatre. La actriz Tilda Swinton era la encargada de decir el nombre que todos queríamos oír. Penélope Cruz subía al estrado mucho más nerviosa que de costumbre y visiblemente emocionada, aunque su discurso fue pronunciado con una claridad diáfana.
Los rimeros en ser citados después de su familia fueron Pedro Almodóvar, Bigas Luna y Fernando Trueba, los primeros directores que confiaron en ella. También intentó aprovechar el momento para expresar que ceremonias como esta deben simbolizar un acto de unidad, y que la expresión artística debe servir como vehículo de comunicación y de transformación.Su ciudad natal, Alcobendas también fue mencionada, y terminó, como lo hiciera el año pasado Javier Bardem, pronunciando el final del discurso en la lengua de Cervantes, dedicando su premio a todos los actores españoles, y “a toda la gente que desde mi país esta feliz por este premio y lo considera algo propio”.