El Frente Polisario ha pedido a todas las empresas extranjeras que se retiren de inmediato del Sáhara Occidental, porque su presencia en la región es una flagrante violación de la legalidad internacional, a través de un comunicado emitido por la agencia oficial Sahara Press Service (SPS), en el que denuncia el continuo saqueo y explotación irracional de los recursos marítimos y del suelo saharaui. También ha expresado su satisfacción por la reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) por cancelar el acuerdo de comercio y pesca entre Marruecos y la Unión Europea.
La sentencia deja claro que la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y Marruecos son dos territorios distintos y separados, así como la condición jurídica del Frente Polisario como único y legítimo representante del pueblo saharaui, que tiene la plena representatividad y competencia para representar a este último en cualquier acuerdo internacional.
El majzén -o clase dominante marroquí- lleva a cabo una constante ‘política de hechos consumados’ -su plan de explotación y expropiación de los recursos naturales del territorio saharaui que ocupa por la fuerza desde finales de 1975- tanto en lo económico y demográfico como en lo político y militar. Lo que ha intensificado recientemente desde el reconocimiento, por el administración estadounidense -con Trump como presidente y no revertido por Biden-, del territorio saharaui como parte de Marruecos.
En el seno de la UE hay dos tendencias. Una es consecuente con la resolución de la ONU que ha declarado al Sáhara Occidental como un territorio pendiente de descolonización. Por ello, hace un mes el Tribunal de Justicia de la Unión Europea sentenció que los acuerdos de comercio y pesca de la UE con Marruecos son ilegales, porque no cuentan con el beneplácito del Frente Polisario y entonces -como concluye el informe ‘Empresas europeas y vulneración del Derecho Internacional en el Sáhara Occidental’, presentado recientemente en la Eurocámara- “las empresas europeas se convierten en cómplices al explotar los recursos del Sáhara Occidental ocupado de forma ilegal, y beneficiarse de negocios ilícitamente ejecutados por Marruecos”.
Las empresas europeas se convierten en cómplices necesarios de la ocupación ilegal del Sáhara Occidental por Marruecos
La otra tendencia, encabezada por la burguesía monopolista francesa, apoya al reino alauí para seguir con sus enormes beneficios económicos y políticos, participando en el expolio de las riquezas saharauis que van desde los fosfatos, el gas, el hierro, el cobre y el uranio hasta la pesca y la agricultura, y recientemente las energías eólica y solar. Hay una gran empresa francesa, Azura -que tiene explotaciones agrícolas en territorio saharaui- pero la mayoría de los oligopolios europeos se esconden tras filiales marroquíes para poder negar sus negocios, condenados por el citado tribunal europeo.
Y no debemos olvidar que la sombra de la superpotencia es extremadamente alargada. Estados Unidos financia ya una iniciativa -mapas incluyendo el Sáhara Occidental como parte de Marruecos- para inversiones estadounidenses por ejemplo en el puerto de Dajla (antigua Villa Cisneros) que demuestra la firme decisión de mantener el apoyo a la ocupación marroquí.
Asimismo, su fiel aliado, Israel -con el que Marruecos estableció relaciones diplomáticas inmediatamente después de que Estados Unidos reconoció que el territorio saharaui era marroquí. Por ello, la empresa israelí Ratio Petroleum ha firmado un acuerdo con el Ministerio de Energía marroquí para explorar de forma exclusiva las también ocupadas aguas del Sáhara Occidental.
Mari Puri dice:
Habría que boicotear a esas empresas radicalmente.