Ante la gravedad de los acontecimientos en el Sáhara Occidental, entrevistamos a Abdulah Arabi, representante del Frente Polisario y de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) en España.
El Frente Polisario considera roto el alto el fuego con Marruecos y declara el estado de guerra, en respuesta a una acción militar del Ejercito Marroquí, que disolvió a tiros una protesta de civiles saharauis que mantenían bloqueado el paso de Guerguerat. ¿Cuál es la situación ahora mismo en el Sáhara, tanto en los campamentos de la zona libre como en las poblaciones de la zona ocupada?
En las poblaciones del Sáhara ocupado por Marruecos nuestra población está sufriendo un aumento considerable de las violaciones de los derechos humanos por parte de las fuerzas represivas. Marruecos está intentando impedir que salgan a las calles a manifestarse para expresar su apoyo al Frente Polisario, y esto en total ausencia de los medios de comunicación y de los observadores internacionales.
En la zona de los campamentos de Tindouf, en territorio de Argelia, la vida es la misma, pero estamos en Estado de Guerra. Y eso significa que muchos hombres, muchos jóvenes, han sido llamados al frente donde ya se están enfrentando al Ejército marroquí, con la preocupación de sus familias.
Mohamed VI reitera su “compromiso con la paz” al mismo tiempo que amenaza con una “respuesta contundente”, enviando más tropas al frente. ¿Que táctica está usando el régimen de Marruecos?
Así es de contradictorio. Dice que apuesta por la paz mientras amenaza con utilizar la fuerza. Esta es la característica del régimen marroquí, esa doble cara. Nosotros la conocemos bien porque llevamos 29 años de espera, 29 años de paciencia, en los que el Estado marroquí no ha demostrado la más mínima voluntad de avanzar por una vía pacífica de resolución del conflicto. Lo que han hecho es aprovechar la presencia de la misión de la ONU (la Minurso) en un garante para perpetuar el status quo, la ocupación ilegal del Sáhara Occidental por parte de Marruecos, y el saqueo constante de sus recursos naturales.
Por lo tanto el rey de Marruecos puede decir lo que quiera, no tiene credibilidad alguna. Ahora mismo tiene una guerra y para que vuelva la paz deben cambiar muchas cosas, entre otras cosas demostrar voluntad de diálogo. La comunidad internacional tiene que tomar cartas en el asunto para resolver este problema. Ahora mismo el alto el fuego, que junto a cumplir con el mandato de avanzar hacia un referéndum de autodeterminación, era la razón de ser de la Minurso, está roto. Y por tanto su presencia sobre el terreno no tiene ningún sentido.
Marruecos ni siquiera acepta que haya una guerra ahora mismo en el Sáhara. Trata de actuar como si no existiéramos.
Marruecos ni siquiera acepta que haya una guerra ahora mismo en el Sáhara. Pero esta actitud negacionista de la realidad tampoco es nueva para nosotros. El régimen marroquí lleva décadas sin reconocer que está ocupando ilegalmente un territorio, ignorando las continuas resoluciones de la Asamblea General de la ONU que así lo dicen textualmente. Tardó muchos años en reconocer que la otra parte del conflicto se llama Frente Polisario, trató de actuar como si no existiéramos. Ahora que se habla tanto de negacionismo, para nosotros no es ninguna novedad.
Tras 29 años esperando un referéndum de autodeterminación, el Consejo de seguridad de la ONU ha votado a favor de prorrogar un año la misión de la ONU, pero borrando por completo la palabra «reférédum» o «autodeterminación» de la declaración. Ustedes acusan a la Minurso de haberse convertido en “custodio” del expolio por parte de Marruecos y las grandes multinacionales occidentales de los recursos naturales del Sáhara Occidental. ¿Es así?
Por desgracia, es así. Nosotros llevamos mucho tiempo advirtiendo a la ONU, al Consejo de Seguridad, que nos den garantías de que la Minurso quiere aplicar el plan de Paz por el que están sobre el terreno. Que nos den una hoja de ruta que establezca las fases a seguir hasta que el pueblo saharaui pueda ejercer su derecho a la autodeterminación. Pero esta prórroga nos viene a dar más de lo mismo, que la Minurso sigue otro año, pero para hacer el mismo trabajo: mantener el status quo. Mientras Marruecos sigue saqueando nuestros recursos naturales.
Por eso, para denunciar esto, el pueblo saharaui movilizó a sus civiles hasta el Guerguerat, que es una brecha ilegal que Marruecos ha abierto en el Muro. El Guerguerat no es una ruta internacional o regional, sino una brecha abierta por el ejército de ocupación marroquí en violación del acuerdo militar número 1, que dio origen al alto el fuego en 1991. Una brecha ilegal que se utiliza para saquear los recursos naturales del pueblo saharaui e inundar África con drogas.
Apreciamos el valor que tienen los demócratas y progresistas en Marruecos en posicionarse de parte del pueblo saharaui.
Una brecha que ha asfaltado ante la pasividad de la Minurso para saquear nuestros recursos por vía terrestre con la complicidad de países como España, Francia, Reino Unido o Portugal que esquivan las sentencias también del Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea (TSJUE) y negocian con Marruecos para apoderarse de los recursos del Sáhara Occidental. Hay países de la UE que ven con malos ojos esta violación del TSJUE, pero hay grandes empresas de la UE que se aprovechan de ese paso ilegal.
Los activistas del pueblo saharaui bloquearon pacíficamente esta carretera ilegal de Guerguerat. Y el régimen marroquí lejos de negociar, de dialogar o de buscar algún entendimiento, envió el Ejército a atacar a esos civiles. Intentando reeditar lo que ya hizo hace diez años en el campamento de Agdaym Izik en El Aaiún ocupado, con cientos de fallecidos, heridos y detenidos. Y el Frente Polisario ya advirtió a Marruecos que si nuestra población civil era objeto de cualquier intento de agresión, íbamos a responder. Así ha sucedido y por eso Marruecos, con su agresión, ha roto el alto el fuego.
Este nuevo conflicto se produce en un momento complicado para el régimen marroquí, que no solo tiene que hacer frente a una pandemia y a dificultades económicas, sino a crecientes tensiones sociales y al descontento de las clases populares. Hemos sabido que un partido político marroquí, el Partido Progresista Democrático de Marruecos, apoya a los saharauis y exige facilitar la celebración de un referéndum en el Sáhara Occidental. ¿Cómo valoran esto? ¿Creen que es posible ganarse el apoyo de una buena parte de la sociedad marroquí contraria a la tiranía del régimen de Mohamed VI?
Yo creo que cualquier partido, entidad o persona que en Marruecos apueste por el respeto a los derechos humanos, la legalidad internacional, se ha de posicionar al lado del pueblo saharaui. La Via Democrática es un partido que históricamente ha demostrado que defiende esos valores, que defiende el derecho a decidir del pueblo saharaui.
En Marruecos el problema que hay es la represión que ejerce el régimen no sólo contra los saharauis, sino contra cualquier persona que intente salirse del discurso oficial sobre el Sáhara Occidental. Hay muchos partidos que se han legalizado sobre la base de asumir en su ideario que el Sáhara Occidental es parte de Marruecos. Es difícil romper eso, aunque hoy afortunadamente con el desarrollo de internet hay más acceso a la información. El que quiere informarse tiene medios para hacerlo, y sabe que esta es una cuestión de ocupación ilegal de un país reconocido por la ONU, que no tiene nada que ver con Marruecos, y que ha sido colonia española.
Francia es el protector número uno de la invasión del Sáhara por parte de Marruecos. Llevan 45 años participando del saqueo de nuestros recursos naturales.
Hay cada vez más gente en Marruecos que no hacen caso a la absurda propaganda oficial del régimen marroquí, que acusa al Frente Polisario de ser un movimiento creado por Argelia, cuando existimos desde antes de la invasión, desde 1973, en la época en la que aún estábamos bajo dominación española. El Frente Polisario nació como un movimiento de liberación para luchar contra la presencia extranjera, primero contra la opresión colonial española y luego contra la ocupación marroquí. Como tantos otros movimientos de liberación en África, Asia o América Latina.
Nosotros entendemos que no es fácil para una organización en Marruecos pronunciarse abiertamente, y por eso apreciamos el valor que ha tenido el Partido Progresista Democrático en este momento tan complicado.
Y efectivamente el régimen marroquí enfrenta graves dificultades economicas y sociales, porque cada vez más gente se rebela. De hecho Marruecos no quiere reconocer la guerra precisamente por eso.
El Estado de Marruecos ha podido perpetrar la ocupación del Sáhara Occidental, contraria a la legalidad internacional, porque cuenta con el respaldo de importantes potencias imperialistas. Una de ellas, la más clara, es Francia. ¿Qué papel está jugando el Estado francés en esta crisis?
Así es. Francia desde el año 1975 se ha posicionado siempre al lado de Marruecos, como un aliado incondicional. Siempre con Rabat, con o sin razón. Siempre hemos denunciado que Francia en el tema del Sáhara Occidental, pierde todo su lema de «libertad, igualdad, fraternidad». Eso se lo puede vender a cualquiera menos a los saharauis.
Francia es el protector número uno de la invasión del Sáhara por parte de Marruecos. En el saqueo de nuestros recursos siempre se ha situado en el lado de Marruecos en todos y cada uno de estos 45 años. Ha impedido todo tipo de resoluciones contrarias a Marruecos en el Consejo de Seguridad de la ONU esgrimiendo la amenaza de veto. Y sus empresas, las empresas francesas, son las que están saqueando los recursos naturales del Sáhara Occidental en total complicidad con el ocupante marroquí. Por tanto su posicionamiento está en el lado de la injusticia, de la violación del derecho internacional, y del desprecio a las resoluciones de la ONU. Esta es la verdadera cara de Francia en el Sáhara por medio siglo.
El otro respaldo de Marruecos, menos evidente pero más poderoso, es el hegemonismo norteamericano. ¿Que papel está jugando Washington ahora? ¿Piensan ustedes que la elección de Joe Biden mejorará o empeorará la situación?
Bueno, con respecto a EEUU, evidentemente estamos en un momento donde acaban de salir de elecciones. Pero EEUU en sus acuerdos de libre comercio con Marruecos no ha permitido en ninguno de ellos incluir con los recursos naturales del Sáhara Occidental, eso es algo que reconocemos. Dentro de EEUU hay un lobby pro-marroquí enorme, pero también nosotros hemos trabajado dentro de las organizaciones de derechos humanos de EEUU para contrarrestar a ese lobby. Hay muchas buenas personas de EEUU que han visitado nuestros campamentos, que se han interesado por nuestra situación y han conocido nuestra realidad desde dentro. Y que han contribuído con sus informes a que las acusaciones de «terrorismo» que no tienen fundamento alguno no prosperen en EEUU, que se nos vea como un movimiento de liberación nacional.
Y en 2013, EEUU presentó una moción para que la Minurso tuviera la potestad para vigilar los derechos humanos en el Sahara Occidental. Los impulsos por quitar el referéndum de la declaración de la Minurso es una estrategia diseñada por Francia.
Sudáfrica, a la cabeza de la Unión Africana, ha enviado una carta al Consejo de Seguridad instando a celebrar un referéndum en el Sáhara. ¿Qué más apoyos les han llegado del campo internacional?
Muchos más. Nosotros tenemos el apoyo de muchos países. Sudáfrica preside la Unión Africana, y ha emitido un comunicado en nombre de la UA y otro en su propio nombre. Y también Argelia, Cuba, y muchos países europeos que han expresado su preocupación. Realmente no hay ningún país en el mundo que reconozca la soberanía de Marruecos en el Sahara Occidental. Todos esos países a lo que apelan es a la aplicación del derecho internacional, ni más ni menos. Y esta es la cuestión. No es contar cuantos países tiene cada uno de su lado, sino quién se sitúa en el respeto al derecho internacional y quién no. Solo unos pocos se muestran cómplices con Marruecos porque participan en la explotación de los recursos del Sáhara Occidental.