«La prima de riesgo, medida por el diferencial del bono español con el alemán, supera sus recientes máximos y marca su nivel más alto desde mayo de 1996 en 2,85 puntos porcentuales. El Ibex 35, después de un intento de rebote matinal, agrava la caída de ayer (la mayor del año) con otro 1,31% hasta 9.812 puntos, su cierre más bajo desde enero.»
Detrás de esta nueva oleada de esimismo hay varios factores. Por un lado, la consabida crisis griega. Y luego están los problemas propios de España, como el nuevo retraso del folleto de la OPV de Bankia, que, como es sabido, es la clave de bóveda para la reestructuración del sistema financiero; ahora se espera para el martes. O la reducción del techo de gasto público en un 3,8%, por debajo de lo esperado. Nuevos elementos que incrementan los temores a que nuestro país tenga que ser rescatado, una posibilidad que ya se plantea abiertamente en los mercados internacionales. EL PAÍS.- La incertidumbre y el miedo se apoderan de los mercados. Las Bolsas, los bonos de los países periféricos europeos, el euro y el petróleo cayeron ayer con fuerza como consecuencia de un cóctel de malas noticias que se resumen en una: la solidez de la recuperación económica mundial está en peligro. Varios datos de coyuntura respaldan que en el segundo trimestre se está produciendo un frenazo en el crecimiento mundial y algunos empiezan a temer que no se trate solo de una pausa temporal. El contagio de la crisis griega es evidente en el resto de los países periféricos. La prima de riesgo de España, Portugal e Irlanda volvió a dispararse ayer. La rentabilidad extra exigida a los bonos españoles a 10 años frente a los alemanes, considerados los más seguros, ascendió a 276 puntos básicos (2,76 puntos porcentuales), cerca de los máximos del año que marcó hace una semana. El Ibex 35 cayó un 2,77%, lastrado sobre todo por los grandes bancos. EL MUNDO.- Ante el temor de que la crisis de deuda acabe contagiando a España, el mercado ha empezado a calcular cuáles serían las consecuencias para los bancos europeos de la llegada de la epidemia helena a este país. Una vez que se han descontado las nefastas consecuencias que tendría el default griego para entidades financieras y aseguradoras de bonos estadounidenses, Citigroup cuantificó ayer en 74.000 millones de euros el coste adicional que tendría para los bancos europeos que España tuviera que acudir a un rescate. El peso de la economía española en la Eurozona hace que las pérdidas que tendrían que asumir los bancos de Alemania, Francia, Italia y Reino Unido si cae este país sean muy superiores a los 24.000 millones de euros que se volatilizarán si la epidemia de deuda no sale de los ya infectados Grecia, Irlanda y Portugal. Crisis. El Confidencial Un paso más hacia el abismo: la prima de riesgo rompe máximos y la bolsa vuelve a hundirse E. Segovia España ha dado este viernes un nuevo paso hacia el abismo al que se encamina nuestro país si nadie lo remedia. La prima de riesgo, medida por el diferencial del bono español con el alemán, supera sus recientes máximos y marca su nivel más alto desde mayo de 1996 en 2,85 puntos porcentuales. El Ibex 35, después de un intento de rebote matinal, agrava la caída de ayer (la mayor del año) con otro 1,31% hasta 9.812 puntos, su cierre más bajo desde enero. Detrás de esta nueva oleada de pesimismo hay varios factores. Por un lado, la consabida crisis griega, que sigue sin resolverse y en la que parece que la oposición conservadora de ese país no va a votar a favor del nuevo plan de ajuste. La novedad de hoy es que Italia se ha sumado a la fiesta, con una rebaja de la perspectiva de sus bancos por parte de Moody’s. Esta noticia ha provocado fuertes desplomes en bolsa de Unicredito, Intesa o BNL, que han llegado al 10% aunque al cierre se han moderado hasta el entorno del 5%. La situación de Italia se asemeja mucho a la de España, según los analistas: graves problemas de déficit y deuda pública, incapacidad de su economía para recuperar el crecimiento y una fuerte crisis política con un Gobierno en descomposición en ambos países. Y luego están los problemas propios de España, como el nuevo retraso del folleto de la OPV de Bankia, que, como es sabido, es la clave de bóveda para la reestructuración del sistema financiero; ahora se espera para el martes. O la reducción del techo de gasto público en un 3,8%, por debajo de lo esperado. Nuevos elementos que incrementan los temores a que nuestro país tenga que ser rescatado, una posibilidad que ya se plantea abiertamente en los mercados internacionales. El CDS (contrato contra riesgo de impago), la otra forma de medir la prima de riesgo de España, también se dispara hoy hasta 309 puntos básicos, su nivel más alto desde el 12 de enero, en plena crisis portuguesa. En cuanto al bono español, su rentabilidad alcanza el 5,66%. Dentro del Ibex, esta vez no han sido los bancos los peor parados, sino las constructoras (-4,21% para Ferrovial, -3,73% para OHL y -3,28% para Sacyr). Pero el sector financiero tampoco ha escapado a las caídas tras la debacle del jueves: Bankinter ha perdido el 3,17%, Popular el 2,04%, Sabadell el 1,76%, Santander el 1,42% y BBVA -que hoy es el que menos ha perdido después de ser el peor la víspera- se ha dejado el 1,07%. En todo caso, la sesión de hoy deja dos claras conclusiones a juicio de los analistas: que la crisis griega se ha convertido en una crisis bancaria en toda regla y que la confianza en España está bajo mínimos. EL CONFIDENCIAL. 24-6-2011 Economía. El País Alarma en los mercados por las dudas sobre la recuperación Sandro Pozzi / Miguel Jiménez La incertidumbre y el miedo se apoderan de los mercados. Las Bolsas, los bonos de los países periféricos europeos, el euro y el petróleo cayeron ayer con fuerza como consecuencia de un cóctel de malas noticias que se resumen en una: la solidez de la recuperación económica mundial está en peligro. Varios datos de coyuntura respaldan que en el segundo trimestre se está produciendo un frenazo en el crecimiento mundial y algunos empiezan a temer que no se trate solo de una pausa temporal. Entre los obstáculos con los que se encuentra la salida de la crisis está, sin duda, la crisis de la deuda soberana europea, en la que la solución para Grecia no termina de estar clara. En EE UU, las negociaciones para elevar el techo de la deuda están rotas. A eso se ha unido en los últimos meses la espiral al alza en el precio del petróleo -por las revueltas en el norte de África- y de otras materias primas. Precisamente ante el temor a que los altos precios del crudo impidan consolidar la recuperación económica, la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que representa a los principales países importadores de petróleo, saltó al plató. En una acción coordinada, decidió por sorpresa acudir a las reservas estratégicas de petróleo y liberar 60 millones de barriles de crudo en un mes, la mitad de los cuales corre a cargo de Estados Unidos. Es la tercera vez desde su creación que la AIE adopta una decisión de este tipo. El precio de los futuros sobre el barril de crudo brent cayó un 6%, hasta 107 dólares. Eso se debió al efecto inmediato del anuncio, pero en el mercado también pesa el temor al frenazo económico. España, uno de los 28 miembros de la AIE, "respalda y suscribe la decisión adoptada", según comunicó ayer el Ministerio de Industria. La participación española, que será aprobada hoy por el Consejo de Ministros, comportará la aportación de 76.000 barriles de crudo al día (el 3,8% del total de la AIE), con un total de 2,28 millones de barriles en un mes. Las reservas a liberar representa 2,3 días de las ventas anuales. Las reservas en España están en 113,7 días por lo que, tras la reducción, quedarán muy por encima de los 92 días obligatorios que establece la actual legislación. La medida, anunciada por el director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Nobuo Tanaka, es la respuesta a la negativa de los países exportadores a aumentar sus cuotas de producción pese a las interrupciones de suministro de petróleo procedente de Libia. "El incremento estacional en la demanda de refino esperado para este verano acentuará los efectos del menor suministro. Una mayor tensión en el mercado del crudo amenaza con minar la frágil recuperación económica global", señala la agencia. Que la recuperación es frágil lo vienen a atestiguar numerosos indicadores de los últimos días. En EE UU, al alza en las peticiones semanales de ayuda por desempleo se le sumó la caída en las ventas de viviendas nuevas, lo que vino a confirmar que el sector inmobiliario en EE UU vive una segunda recesión. Como dijo la Reserva Federal, la contracción en ese sector continúa y lastrará el crecimiento. El banco central de EE UU admitió el miércoles que la recuperación económica avanza "más lenta de lo esperado" y rebajó medio punto la previsión de crecimiento para este año, al 2,8%. El paro, entretanto, está en el 9,1% y no se espera que baje del 8% antes de 2013. El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, confía en que ese frenazo sea "temporal" y en ese punto hizo referencia al alza de la energía por las revueltas y a la disrupción provocada por el terremoto en Japón. Pero cuando se le preguntó que explicara cuáles son entonces los factores permanentes que lastran el crecimiento en EE UU, el presidente de la Reserva Federal admitió que no es capaz de identificarlos. EE UU no crece, el valor de la vivienda sigue cayendo tras cinco años de corrección, no se crean empleos al ritmo deseable y el déficit va camino de marcar otro récord. En Europa, las cosas no pintan mejor. Los índices manufactureros apuntan a un brusco frenazo en el crecimiento europeo en el segundo trimestre, lo que viene a complicar aún más un panorama dominado por la crisis fiscal y la falta de salida al laberinto griego. La presión coordinada de los Gobiernos de la zona euro sobre sus banqueros para que asuman una parte del segundo rescate griego alimenta los temores a que finalmente las agencias de calificación declaren la suspensión de pagos (default) de Grecia, con efectos desconocidos. Los valores bancarios estuvieron entre los más castigados ayer por los inversores en toda Europa. Las caídas se producen tras las presiones de los Gobiernos a los bancos y después de que Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo, admitiera la noche del miércoles "a título personal" -como si el presidente del BCE pudiera hablar a título personal- que se ha encendido la luz "roja" de alarma para la estabilidad financiera europea a raíz de la crisis griega. La falta de apoyo por parte de la oposición y de la ciudadanía a los nuevos ajustes exigidos al Gobierno griego complican la solución del rompecabezas, en la que ayer y hoy trabajan los líderes europeos en la cumbre de Bruselas. El contagio de la crisis griega es evidente en el resto de los países periféricos. La prima de riesgo de España, Portugal, Irlanda (y, en menor medida, la de Italia) volvió a dispararse ayer. La rentabilidad extra exigida a los bonos españoles a 10 años frente a los alemanes, considerados los más seguros, ascendió a 276 puntos básicos (2,76 puntos porcentuales), cerca de los máximos del año que marcó hace una semana. El Ibex 35 cayó un 2,77%, lastrado sobre todo por los grandes bancos. El Euro Stoxx 50, que agrupa a los principales valores de la zona euro, cedió un 2,3%. También el euro se vio debilitado por las nuevas incertidumbres sobre el rescate griego y cedió terreno frente a prácticamente todas las grandes divisas. Por si no bastara con las malas noticias de Occidente, la producción industrial en China, el país que se supone es el motor que tira de la economía mundial, registró su ritmo más lento de expansión en 11 meses. Y lo que más preocupa no es la desaceleración, si no que esté ligeramente por encima del nivel que indica si la economía crece. El frenazo chino es consecuencia del endurecimiento de la política monetaria y de la ralentización de la demanda global. EL PAÍS. 24-6-2011 Economía. El Mundo ‘Tormenta perfecta’ sobre la banca europea María Vega La crisis helena, el riesgo de una quita sobre la deuda soberana y los nuevos requisitos de los test de estrés hunden su cotización. El escepticismo sobre la capacidad de la Unión Europea (UE) para encontrar una fórmula que evite la quiebra de Grecia provocó ayer el desplome de todas las Bolsas de la zona euro y especialmente, de la española. El Ibex 35 vivió una tensa jornada, en un día semifestivo en España, y lideró las caídas con un descenso del 2,77%, el mayor desde el pasado 23 de noviembre, cuando el inminente rescate a Irlanda lastraba los mercados europeos con fuerza. El pánico también disparó la prima de riesgo de los países periféricos. En el caso de España, el diferencial del bono a 10 años frente al alemán (utilizado como referencia en Europa) escaló posiciones hasta los 284 puntos por el órdago lanzado en Bruselas por la oposición griega, que se niega a respaldar el plan de austeridad que exige la UE para seguir ayudando a Grecia. Este miedo impulsó al alza el coste de los seguros contra impago de deuda (CDS). A media sesión, el coste de asegurar bonos españoles a 5 años de España subía 15 puntos básicos, hasta 298, un avance importante, pero lejano a los 138 puntos básicos que subieron los CDS a cinco años de deuda griega, hasta 2.025 puntos. Las voces que afirman que un posible default griego puede acabar contagiando a España van tomando cada vez más fuerza, lo que ha colocado de nuevo a la banca española en el punto de mira. Pese a que el sector financiero español no es uno de los mayores tenedores de deuda helena, sí es acreedor del Reino de España, algo que preocupa mucho a los mercados, como lo demuestra que los dos grandes bancos nacionales -BBVA y Santander- fueron ayer, junto con el italiano Unicredito, los más castigados de todo el Eurostoxx 50. Precisamente este jueves, la Autoridad Bancaria Europea (EBA, en sus siglas en inglés) avanzó que estudia incluir en los test de estrés, a los que se someterán el próximo mes 91 entidades financieras europeas, la obligación de anotar en los libros contables de los bancos la exposición que tienen a la deuda soberana. Esta práctica ya se lleva a cabo con el resto de préstamos con el fin de tener bajo control los riesgos crediticios a los que están sometidas las entidades ante una eventual quiebra o bancarrota de sus acreedores. La banca española, junto con la italiana, fue la más penalizada en Europa por este anuncio del regulador bancario. Ante el temor de que la crisis de deuda acabe contagiando a España, el mercado ha empezado a calcular cuáles serían las consecuencias para los bancos europeos de la llegada de la epidemia helena a este país. Una vez que se han descontado las nefastas consecuencias que tendría el default griego para entidades financieras y aseguradoras de bonos estadounidenses, Citigroup cuantificó ayer en 74.000 millones de euros el coste adicional que tendría para los bancos europeos que España tuviera que acudir a un rescate. El peso de la economía española en la Eurozona hace que las pérdidas que tendrían que asumir los bancos de Alemania, Francia, Italia y Reino Unido si cae este país sean muy superiores a los 24.000 millones de euros que se volatilizarán si la epidemia de deuda no sale de los ya infectados Grecia, Irlanda y Portugal. La implicación del sector financiero en los rescates no convence a los inversores. De los 10 valores que más cayeron ayer en el Eurostoxx 50, ocho fueron bancos (BBVA, Unicredito, Santander, Intesa San Paolo, ING, BNP Paribas, Credit Agricole y Societè Gènerale, por este orden). Algunos analistas achacaron ese comportamiento del mercado al llamamiento hecho por algunos países europeos a sus bancos para que participen en el auxilio a Grecia. No obstante, las palabras pronunciadas en la noche del miércoles por el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude-Trichet, que reconoció que la crisis de deuda es una «amenaza» real para la banca, también influyeron en este castigo al sector financiero. En España, la banca mediana no se libró de las caídas y Bankinter (-3,47%), Banco Popular (-2,84%) y Sabadell (-2,53%) también fueron víctimas del pánico. No obstante, la situación más dramática la vivió BBVA, que cerró como el peor valor del Ibex 35 con una caída del 5,46%, golpeado también por su decisión de ampliar capital en 2.000 millones de euros para convertir de forma anticipada una emisión de bonos convertibles en acciones, que realizó en 2009. Al otro lado del Atlántico, Wall Street también se tiñó de rojo por el contagio de Europa y por el efecto Bernanke. El presidente de la Reserva Federal (FED) revisó este miércoles a la baja las previsiones de crecimiento de la economía de EEUU, una decisión que ganó ayer adeptos, tras la decisión de la AIE (Agencia Internacional de Energía) de liberar reservas de crudo para impulsar la recuperación económica. EL MUNDO. 24-6-2011