“España, a precio de saldo para el capital extranjero”. Este es un reciente titular de un periódico nada sospechoso de izquierdismo, como ABC. El artículo pone el foco en “el apetito de fondos internacionales sobre empresas como Talgo, Telefónica y Naturgy”. Y remarca que somos un país “sin suficiente músculo de inversores internos para hacer frente al que llega de fuera”.
Silenciosamente, sin que se convierta en un escándalo nacional, el capital extranjero copa cada vez más resortes de la economía española. Esto nos hace más dependientes…y multiplica el grado de saqueo que sufrimos.
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El gobierno español acaba de vetar la OPA por la que la húngara Ganz Mavag pretendía hacerse con el 100% del capital de Talgo, uno de los históricos gigantes industriales españoles. Se han esgrimido razones de “seguridad nacional” para impedir la compra. En plena guerra de Ucrania, una empresa estratégica no podía quedar en manos de un monopolio húngaro con especiales conexiones con el gigante ruso Transmashholding.
¿Significa esto que Talgo va a mantenerse como empresa española? No necesariamente. El veto a la “opción húngara” aviva la “vía alemana”. Ahora puede relanzarse la fusión de Talgo con Skoda, empresa checa subsidiaria del gigante germano Volkswagen. La fusión sería en realidad una absorción donde el bastón de mando del grupo resultante estaría en Berlín.
Esta es solo una de las operaciones por las cuales el control sobre monopolios y grandes empresas españoles puede pasar a manos foráneas.
El fondo canadiense Brookfield ha lanzado una OPA para adquirir Grifols, la histórica farmacéutica catalana, miembro del Ibex-35. Su fulgurante expansión internacional, en conexión con el gran capital norteamericano, puede acabar con la empresa entregada a los fondos extranjeros.
Dos fondos norteamericanos, SVP y Attestor, controlan ya el 71% de Celsa, una de las principales siderúrgicas españolas.
Y bajo el mando de BlackRock asistimos a una operación para controlar Naturgy, la primera gasista y la tercera eléctrica española. El dominio de la empresa, hasta ahora en manos de La Caixa, está amenazado por la ofensiva del gran capital norteamericano, que con BlackRock, CVC o IFM, dominan más de la mitad del capital.
Mientras que Ercros, la mayor industria química española, también ha pasado a manos foráneas.
No se trata de casos puntuales. Forman parte de un movimiento de conjunto. A través del cual aumenta el control del capital extranjero, principalmente el norteamericano, sobre las arterias económicas del país.
Se nos impone un salto en el control extranjero sobre la economía nacional
En los primeros tres meses de este año hasta 15 empresas españolas punteras y con amplias cuotas de mercado han pasado a estar bajo el control de una matriz extranjera. Desde la pandemia suman ya 250. Casi mil en la última década.
A día de hoy hay 10 OPAS, por valor de 23.000 millones de euros, lanzadas por fondos e inversores extranjeros para hacerse con el control de grandes empresas españolas.
Aprovechan la caída de la cotización, con un precio de las acciones por debajo del valor de la empresa, para hacer su agosto a precio de saldo.
Traspasando el umbral crítico
En 2008 el 38% de las acciones del Ibex-35 estaban en manos del capital extranjero. Con la pandemia se superó la cota del 50%. Ya ahora el registro está en el 58,35%.
Se ha superado la cota crítica. Más de la mitad del sancta santorum del capitalismo español está en manos foráneas. A la cabeza están grandes fondos y bancos norteamericanos como BlackRock, Vanguard, Fidelity o JP Morgan.
Lo mismo ha pasado con la propiedad de la deuda pública española. La proporción de ella en manos del capital extranjero ha pasado del 38% en 2009 al 74% en la actualidad. Supone un mayor atraco exterior y un mecanismo de control político.
Se nos ha impuesto un salto cualitativo en el control económico del capital extranjero sobre la economía nacional, y en su capacidad de saqueo y expolio.
El capital de fondos extranjeros se ha multiplicado por 11, y puede superar a los de capital español.
A partir de 2013 la burguesía norteamericana controla sectores que tenía vetados, como sanidad o vivienda. Fondos norteamericanos imponen el atraco de la vivienda o la privatización de la sanidad.
Si somos más dependientes será mayor el saqueo que suframos
Los principales medios de comunicación están bajo dominio foráneo. Y grandes fondos extranjeros imponen su control sobre el campo español.
Las ganancias del capital extranjero se han duplicado de 2009 a 2023. Sus beneficios en los últimos 14 años casi alcanzan los 2 billones.
Bajo la dirección del capital extranjero, se ha impuesto una mayor monopolización. Incrementando el expolio de bancos y monopolios. Mayor en los sectores más vinculados al hegemonismo, como banca y eléctricas.
Y, como hemos comprobado, la tendencia es que este dominio exterior aumente. Detrás de la OPA del BBVA sobre el Sabadell están fondos de EEUU.
Se exhibe que España crece a un ritmo mayor que la media europea, pero se esconde que se profundizan los factores de dependencia que, como sucedió en 2010, nos conducen al desastre.