«La prima de riesgo ofrecida a los inversores por los bonos españoles a diez años respecto a sus homólogos alemanes ha subido hasta los 284,5 puntos básicos, rozando los máximos históricos de 284,7 del viernes 24 de junio, mientras que el diferencial de la renta italiana con el bund ha cerrado en 244 puntos para marcar máximos de la era euro.»
Michael Riddell, gestor de renta fija de M&am;G Investments cree que "a Italia y España les espera una bajada de rating".Apunta que la subida de la rentabilidad de la deuda soberana conlleva un alza de los costes de financiación para los bancos del país en un momento en el que más necesitados están de dinero, "una situación que conducirá a la rebaja de la calificación de crédito". Asimismo,señala que se ha puesto en evidencia que el "cortafuegos" que separaba a Grecia, Irlanda y Portugal del resto de los países de la Eurozona "era una ilusión", como demuestra que los CDS y la prima de riesgo de Italia se hayan disparado este viernes. (EL ECONOMISTA) EL PAÍS.- Después de la tormenta provocada por la insólita decisión de Moody’s de rebajar la deuda lusa al nivel de bono basura, el Banco Central Europeo (BCE) cumplió ayer el programa previsto y subió el tipo de interés del dinero en Europa en un cuarto de punto, hasta el 1,5%. Jean-Claude Trichet, presidente del BCE, criticó (con razón) el papel procíclico de las agencias de calificación, pero ha de saber que el encarecimiento del coste del dinero tampoco es una medida libre de controversia. Subir dicho coste indica que el BCE atiende prioritariamente a la situación de Francia, Alemania y países afines, allí donde el crecimiento podría causar más inflación. La recuperación de los países periféricos (los intervenidos Grecia, Portugal e Irlanda más España e Italia) importa menos. EL MUNDO.- Al mismo tiempo que daba un sopapo a las agencias y tendía la mano a Portugal, el polifacético Trichet giraba otra vuelta de tuerca el garrote sobre las economías europeas periféricas, con una subida de los tipos de interés de 25 puntos básicos, hasta el 1,5%. La medida beneficia a Alemania, que, según el Instituto IFO, puede terminar 2011 con un crecimiento superior al 3%. El motor de la economía europea funciona a muchas más revoluciones de lo esperado y corre el peligro de recalentarse. Pero para las economías rezagadas, como la española, la nueva subida de tipos, que se suma a la de abril, supondrá un mayor aumento de las letras de las hipotecas y mayores dificultades de financiarse para las empresas. Crisis. El Economista La prima de riesgo en España supera los 284 puntos y la de Italia marca máximos Los mercados han castigado hoy con fuerza a España e Italia. La prima de riesgo ofrecida a los inversores por los bonos españoles a diez años respecto a sus homólogos alemanes ha subido hasta los 284,5 puntos básicos, rozando los máximos históricos de 284,7 del viernes 24 de junio, mientras que el diferencial de la renta italiana con el bund ha cerrado en 244 puntos para marcar máximos de la era euro. Michael Riddell, gestor de renta fija de M&G Investments cree que "a Italia y España les espera una bajada de rating".Apunta que la subida de la rentabilidad de la deuda soberana conlleva un alza de los costes de financiación para los bancos del país en un momento en el que más necesitados están de dinero, "una situación que conducirá a la rebaja de la calificación de crédito". Asimismo,señala que se ha puesto en evidencia que el "cortafuegos" que separaba a Grecia, Irlanda y Portugal del resto de los países de la Eurozona "era una ilusión", como demuestra que los CDS y la prima de riesgo de Italia se hayan disparado este viernes y hayan alcanzado máximos, así como el nuevo desplome en la bolsa de la entidad italiana Unicredito. Además, las entidades tienen que aumentar más y más capital en este escenario para protegerse del coste de una posible futura reestructuración de deuda soberana, pero este capital bancario será cada vez más caro justo en el momento en que más lo necesitan. En el caso de Italia, añade además que, a diferencia de otros países, sólo la mitad de su deuda soberana está en manos de acreedores nacionales y los inversores internacionales se están poniendo claramente nerviosos. Así, señala que puede que sea un país "demasiado grande caer", pero no "demasiado grande para ser rescatado". Se disparan las rentabilidades de los bonos En concreto, el spread de la deuda española respecto al bund sube más del 7% respecto al cierre de ayer y alcanza los 284,52 puntos básicos, con un rendimiento del 5,653%. Por su parte, el diferencial de la deuda italiana escalaba hasta los 244,1 puntos básicos, con un rendimiento del 5,257%, después de haber llegado a superar momentaneamente los 247 puntos básicos, estableciendo un nuevo máximo desde la introducción del euro, ante la incertidumbre que pesa sobre la banca y las cuentas públicas del país transalpino. La subida del riesgo país de Italia y España no sólo se ha producido por el aumento de la rentabilidad de sus bonos a diez años, sino también por la caída del rendimiento del ‘papel’ alemán, 14 puntos básicos, hasta el 2,826%. Los inversores acuden al bund como refugio ante las dudas y turbulencias que sacuden los países periféricos de la zona euro, lo que provoca una aumento de la demanda y de su precio, lo que a su vez se traduce en un descenso de la rentabilidad. EL ECONOMISTA. 8-7-2011 Editorial. El País El BCE y los periféricos Después de la tormenta provocada por la insólita decisión de Moody’s de rebajar la deuda lusa al nivel de bono basura, el Banco Central Europeo (BCE) cumplió ayer el programa previsto y subió el tipo de interés del dinero en Europa en un cuarto de punto, hasta el 1,5%. Jean-Claude Trichet, presidente del BCE, criticó (con razón) el papel procíclico de las agencias de calificación, pero ha de saber que el encarecimiento del coste del dinero tampoco es una medida libre de controversia. Subir dicho coste indica que el BCE atiende prioritariamente a la situación de Francia, Alemania y países afines, allí donde el crecimiento podría causar más inflación. La recuperación de los países periféricos (los intervenidos Grecia, Portugal e Irlanda más España e Italia) importa menos. Los hechos son que una subida de tipos de interés enfría el crecimiento, que la tasa de inflación en la eurozona está por encima del 2% fijado como objetivo (concretamente en el 2,7% en junio) y que la economía mundial (Europa y España con ella) está entrando en un periodo de ralentización. Es la recaída anunciada y tendrá consecuencias dañinas para la riqueza y el empleo en España. Este no parecía el mejor momento para subir los tipos, por más que los mercados ya lo hubieran descontado. El cálculo de Trichet es otro. No niega la ralentización de la economía, pero la esgrime como excusa. Puesto que la inflación está disparada (aunque parece muy probable que caiga una vez que se desinflen los precios energéticos), súbase el coste del dinero y sugiérase que no habrá nuevas subidas en los próximos meses puesto que el enfriamiento económico que viene bastará para reducir la inflación. El argumento no carece de ingenio, pero olvida que las economías europeas (todas, no solo Francia, Alemania y su área) tienen que disponer de oportunidades de crecimiento. Si no tienen esas opciones, no podrán resistir a las periódicas convulsiones de los mercados de deuda. Cada punto básico que crece el diferencial drena dinero para la economía real. Si además se encarecen (poco o mucho) los créditos, se añade una carga más a las economías que todavía no están en fase de crecimiento. Para soslayar esta contradicción, el BCE suele escudarse en su mandato estatutario antiinflacionista y en la suposición de que las economías con menos inflación ofrecen fundamentos más sanos para el crecimiento. Puede ser. Pero ya es hora de que la cruzada contra la inflación no se encomiende solamente a una política monetaria homogénea en una zona económica heterogénea; hay otras formas eficaces de garantizar la transparencia en la formación de precios nacionales. Trichet podría haberse ahorrado la subida de ayer; es decir, no haberse comprometido al sugerirla con antelación. Al menos reaccionó con presteza ante el caso de Moody’s y Portugal. Anunció que aceptará la deuda lusa como colateral, lo cual no deja de ser una reprimenda pública a la agencia. Una decisión adecuada. EL PAÍS. 8-7-2011 Economía. El Mundo Trichet desafía a las agencias de calificación Rosalía Sánchez Jean-Claude Trichet contraatacó ayer los envites de las agencias de calificación afirmando que «un grupito, una pequeña estructura tipo oligopolio, probablemente no sea lo más deseable a nivel de las finanzas globales». Si se hubiese quedado ahí, la lectura habría sido que el presidente del Banco Central Europeo (BCE), al que le quedan ya pocos meses en el cargo, muestra en sus últimas ruedas de prensa menos pelos en la lengua. Pero inmediatamente después, pasó a los hechos. Trichet anunció que el BCE suspende los requisitos mínimos de calificación para la presentación colateral de los bancos portugueses en operaciones de crédito, es decir, que la banca portuguesa podrá seguir financiándose del BCE sin presentar como sello de calidad las calificaciones de las agencias. Sencillamente, el banco emisor prescinde de ellas como referencia y abre una brecha en el negocio de este tipo de empresas. Apenas había terminado de hacer el anuncio, las Bolsas se animaron con jugosas subidas y, aparentemente, celebraron una especie de rebelión del sistema financiero contra las odiosas agencias de calificación. Pero, al mismo tiempo, comenzaban a circular por los mercados consignas de colocar «toda la basura» en el BCE, cuyas consecuencias pueden resultar peligrosísimas. Al mismo tiempo que daba un sopapo a las agencias y tendía la mano a Portugal, el polifacético Trichet giraba otra vuelta de tuerca el garrote sobre las economías europeas periféricas, con una subida de los tipos de interés de 25 puntos básicos, hasta el 1,5%. La medida beneficia a Alemania, que, según el Instituto IFO, puede terminar 2011 con un crecimiento superior al 3%. El motor de la economía europea funciona a muchas más revoluciones de lo esperado y corre el peligro de recalentarse. Pero para las economías rezagadas, como la española, la nueva subida de tipos, que se suma a la de abril, supondrá un mayor aumento de las letras de las hipotecas y mayores dificultades de financiarse para las empresas. Muchos analistas previenen, además, que de cara a los próximos test de estrés, se incrementará sin duda la necesidad de liquidez de los bancos. A todos estos agentes económicos está poniendo el BCE aún más alto el listón de la recuperación. A quienes advierten sobre este efecto perverso de la subida de los tipos de interés, Trichet respondió ayer que «todos los países del euro se beneficiarán del mantenimiento de la estabilidad de los precios y de la confianza en nuestra moneda común», reconoció. Pero unos minutos antes, él mismo había admitido que «el BCE ha detectado algunos signos de desaceleración en el crecimiento global» con efecto a finales de este año o principios de 2012, argumento que, de no ser por la inflación alemana, habría sido suficiente para aplazar cualquier endurecimiento monetario. Son muchos los analistas que piensan que el BCE está cayendo en su propia trampa, la de la previsibilidad. Resultaría contraproducente que, una vez anunciada una subida de tipos, no fuese llevada a cabo. Y si Trichet ya dio dos toques de aviso, mencionando la contraseña con la que previene a los mercados, esto ese, «vigilancia extrema», ya no le quedaba más remedio que cumplir con el guión. Al menos esta vez, Trichet ha enfriado las expectativas de una nueva subida de tipos después de las vacaciones de verano, porque solamente advirtió que seguirá «muy de cerca» la evolución de los precios. Esta expresión del código de los mercados monetarios significa que, mínimo hasta octubre, podemos contar con tipos al 1,5% . EL MUNDO. 8-7-2011