«El problema irlandés logrará contenerse», explica Guillaume Fonkenell, jefe de inversión de Pharo, uno de los mayores fondos europeos. «Lo que nos preocupa es el efecto contagio… si el mercado pierde la confianza en España, sobrarían las apuestas. España es demasiado grande para ser objeto de un rescate».
Algunos de los rincipales hedge funds, sin embargo, ya llevan tiempo barajando esa situación. En un informe enviado a sus clientes, la mayor gestora de hedge fund del mundo, Bridgewater, advertía en febrero de que España era la principal preocupación de la eurozona. “El Gobierno español incrementó su déficit presupuestario, financiado con un alto endeudamiento, pero, cuanto mayor es la deuda, más se acerca el final de esta estrategia”. A lo que añadió: “Creemos que el crédito soberano de España entraña muchos más riesgos de lo que se piensa”. (FINANCIAL TIMES) BREAKING VIEWS.- La crisis puede llegar cuando Lisboa vuelva al mercado en 2011, ya que necesita recaudar 20.000 millones de euros. Pero podría llegar antes. Depende mucho de lo que pasará en Irlanda y sus secuelas. Portugal podría ganar margen para respirar si Irlanda es rescatado -el mercado teme que amaine-, y si el Gobierno puede consolidar la unidad política en torno a sus planes de presupuesto. Si hay una "luna de miel irlandesa" Portugal debería aprovechar la oportunidad para pedir prestado tanto como pueda. DIARIO DEL PUEBLO.- La búsqueda de ventajas y el respeto mutuos marcan la diferencia entre la actuación de China en África y la de los antiguos colonialistas y especuladores occidentales de hoy. Recientemente, el presidente de la Comisión de la Unión Africana (AUC), Jean Ping, mencionó en su nuevo libro “África brillará con más fuerza que mil llamas,” que África está en peligro “de ser colonizada de nuevo” por Occidente en el período pos-Guerra Fría, y que muchos países africanos temen que sus antiguos explotadores estén volviendo por sus fueros. Inglaterra. Financial Times España, ¿demasiado grande para un rescate? Sam Jones Mientras los políticos europeos estudian cómo abordar la situación de Irlanda, las gestoras de hedge fund comienzan ya a pensar en cómo una crisis periférica en la isla podría, de contagiar a Portugal y España, convertirse en una crisis sistémica para la eurozona en su conjunto. “El problema irlandés logrará contenerse”, explica Guillaume Fonkenell, jefe de inversión de Pharo, uno de los mayores fondos europeos. “Lo que nos preocupa es el efecto contagio… si el mercado pierde la confianza en España, sobrarían las apuestas. España es demasiado grande para ser objeto de un rescate”. Algunos de los principales hedge funds, sin embargo, ya llevan tiempo barajando esa situación. En un informe enviado a sus clientes, la mayor gestora de hedge fund del mundo, Bridgewater, advertía en febrero de que España era la principal preocupación de la eurozona. “El Gobierno español incrementó su déficit presupuestario, financiado con un alto endeudamiento, pero, cuanto mayor es la deuda, más se acerca el final de esta estrategia”. A lo que añadió: “Creemos que el crédito soberano de España entraña muchos más riesgos de lo que se piensa. En nuestra opinión, es muy probable que España no pueda vender la deuda que necesita para financiar sus déficit”. Bridgewater calculó entonces que el coste de protección de impago de los bonos españoles a cinco años alcanzaría los 650 puntos básicos. Actualmente se sitúa en 257 puntos. Un informe reciente de los analistas de Credit Suisse advertía de que 650 puntos sería el momento en el que España entraría en una verdadera crisis. En opinión de Fonkenell, “éste sería un punto de no retorno”. Los hedge funds ya han empezado a protegerse contra los bonos españoles, dando por hecho que la crisis de España llegará en el primer trimestre de 2011. No obstante, pocos gestores están operando con total convicción. El Ejecutivo español, aun habiendo admitido que el déficit de 2009 del 11,1% del PIB era de los mayores de la eurozona, afirma que los mercados financieros no saben apreciar la solidez de las finanzas públicas en comparación con el resto de Europa. Mientras pocos gestores dudan de lo que pasará (la mayor crisis que jamás haya sufrido la eurozona), otra cosa es cómo se desarrollarán los acontecimientos. La postura obvia de la mayoría de los hedge funds, incluyendo los de EEUU, es apostar al alza contra el euro. Muchos fondos han subido sus apuestas contra la moneda en las últimas semanas. Mientras se espera que los temores sobre Irlanda, Portugal y España recaigan sobre la divisa, algunos gestores están dispuestos a vender acciones en corto y sufrir la resaca que pueda producirse si se materializa el rescate de Irlanda en los próximos días, porque creen que la divisa caerá inexorablemente antes de que termine el año. En opinión de un gestor, el euro debería caer por lo menos otro 5% antes de fin de mes. Pero apostar contra el euro es casi tan difícil como lidiar con el crédito soberano, sin desdeñar en ningún momento las complicaciones que la QE2 de la Fed ha causado en los mercados extranjeros. La tercera opción que han estudiado las gestoras de hedge fund es la compleja relación entre los bancos de la eurozona y las economías periféricas de la región. Algunas gestoras creen que la política del BCE ha contribuido a agraver la crisis de deuda de la eurozona. Los analistas de Citigroup creen que el efecto de las operaciones de liquidez del BCE para ayudar a mitigar la tensión del sistema bancario de la eurozona, ha llevado a los bancos a acumular deuda pública de la eurozona. Los bancos de los países periféricos han aumentado de forma sustancial sus inversiones en bonos de sus respectivos gobiernos en el último año, un 88% en Portugal, un 20% en Grecia e Irlanda, un 13% en España, y un 20% en Italia, según el informe de octubre de Citigroup. La desesperación de los bancos que quieren vender y la retirada de los inversores a largo plazo dispuestos a comprar es lo que hace los mercados de bonos tan volátiles. La cuestión ahora es hasta qué punto afectará la crisis una vez más al sistema bancario. FINANCIAL TIMES. 18-11-2010 R. Unido. Breaking Views Lisboa está en el borde pero no es Irlanda Neil Unmack / Fiona Marhag Portugal no es Irlanda. Su sistema bancario es más saludable y su déficit es mucho menor. Pero los mercados no le dan mucho crédito a esto. La rentabilidad del bono portugués a 10 años ha subido 1,3 puntos porcentuales desde mediados de octubre, hasta 6,8%. Esto sigue siendo 1,7 puntos porcentuales menos que Irlanda, aunque está demasiado cerca para su tranquilidad. La preocupación en octubre era que el Gobierno fallara en la aprobación de su presupuesto austero, diseñado para reducir su déficit del 7,3% del PIB a 4,6% en 2011. Los temores retrocedieron cuando el principal partido de oposición al menos no la bloqueó. Pero los mercados están aún preocupados de que la zona euro haga que los tenedores de bonos sufran pérdidas en rescates futuros. Portugal alega que puede capear la tormenta. No tendrá que volver a los mercados de deuda hasta el próximo año. Tomando en cuenta los tipos marginales actuales, Lisboa calcula que el coste medio de los préstamos se elevaría desde un 3,6% hasta el 4,9% en los próximos tres años. La intervención del fondo de rescate sería ahora prematura. Se trataría de una dolorosa pérdida de la soberanía, mientras que los beneficios, en términos de menores pagos de intereses, no parecen convincentes. Se estima que los préstamos a tres años del fondo de rescate costarían cerca del 4,5%, mientras que la rentabilidad de la deuda portuguesa corriente a tres años es del 5%. El peligro es que los costes por interés sigan subiendo, mientras se estanca el crecimiento impulsando la deuda a niveles insostenibles. Portugal tuvo que pagar ayer 4,8 puntos porcentuales por los fondos de solo un año en una subasta de deuda, 1,5 puntos porcentuales más frente a la anterior. Los crecientes costes de la deuda soberana también tienen repercusiones en el sector privado, perjudicando aún más el crecimiento que sufrirá el próximo año con los recortes presupuestarios que se produzcan. La crisis puede llegar cuando Lisboa vuelva al mercado en 2011, ya que necesita recaudar 20.000 millones de euros. Pero podría llegar antes. Depende mucho de lo que pasará en Irlanda y sus secuelas. Portugal podría ganar margen para respirar si Irlanda es rescatado -el mercado teme que amaine-, y si el Gobierno puede consolidar la unidad política en torno a sus planes de presupuesto. Si hay una "luna de miel irlandesa" Portugal debería aprovechar la oportunidad para pedir prestado tanto como pueda. BREAKING VIEWS. 18-11-2010 China. Diario del Pueblo China no ejerce el neocolonialismo Zhang Hongwei La búsqueda de ventajas y el respeto mutuos marcan la diferencia entre la actuación de China en África y la de los antiguos colonialistas y especuladores occidentales de hoy. Recientemente, el presidente de la Comisión de la Unión Africana (AUC), Jean Ping, mencionó en su nuevo libro “África brillará con más fuerza que mil llamas,” que África está en peligro “de ser colonizada de nuevo” por Occidente en el período pos-Guerra Fría, y que muchos países africanos temen que sus antiguos explotadores estén volviendo por sus fueros. Esto nos recuerda una palabra muy popular en los medios informativos occidentales: neocolonialismo, vocablo que con especial fruición asocian a China. Los chinos y la mayor parte de los africanos nunca aceptarán que China es neocolonialista. Piensan que tal noción es absurda. ¿Por qué entonces algunos medios occidentales se muestran tan impacientes por colgarle el sambenito de neocolonislista a China? Hay dos razones. Por un lado, Occidente, al menos hasta ahora, sigue dominando el conglomerado de la información mundial. Por otra parte, parece que las refutaciones y aclaraciones de China no han sido lo bastante elocuentes. La situación se ha agravado al punto de que la misma afecta ya la imagen del país y su reputación. Al acusar a China de neocolonialista, los occidentales suelen decir que China “saquea los recursos de África” e “indunda a África con sus mercancías”, y que las empresas chinas evaden su responsabilidad social en el continente. Sin embargo, no sólo se trata de una afirmación aviesa. Es además falsa. Lo cierto es que las prácticas de China en África divergen por completo de las establecidas allí por los colonialistas occidentales. Por décadas, el desarrollo de las relaciones sino-africanas en todos los órdenes se ha basado firmemente en la igualdad, las ventajas mutuas y la reciprocidad. China nunca ha arrebatado a África ni una pulgada de tierra, ni ha adquirido nunca recurso africano alguno por la fuerza. Esta es una diferencia total en comparación con los siglos del colonialismo occidental, que de la manera más desembozada saqueó a todo el continente. Pongamos la energía y los recursos como ejemplo. Cada barril de crudo que China adquiere en los países africanos se tasa según acuerdos mutuos y acorde al precio de mercado internacional. La cooperación en el sector de energía con Angola y Sudán ha permitido que ambos países arrasados por la guerra desarrollen una perspectiva totalmente distinta, especialmente en las mejoras significativas de sus respectivas infraestructuras. Por otro lado, incluso hoy es posible comprobar que los precios de los más lucrativos recursos minerales de África los siguen decidiendo las corporaciones multinacionales occidentales, lo que deja un exiguo margen de beneficio a los países africanos en la explotación de sus propios recursos. De ahí que estos países acojan de buen grado la implicación de China, con la cual insisten en cooperar. Algunos medios informativos occidentales disfrutan sustituyendo la verdad por la mendacidad, citando una parte del todo y propalando a los cuatro vientos su doble rasero. Un comportamiento de una empresa individual no puede representar la política de un gobierno hacia Africa y ningún país puede garantizar que todas sus empresas se desempeñen a pedir de boca en esa zona geográfica. Si lograra desplazar a China, que es hoy uno de los socios más importantes de África, Occidente disfrutaría de mejores posibilidades de controlar a África. De eso están concientes quienes saben aquilatar los hechos en su justa dimensión, ya sea en China, en África y hasta en los propios países occidentales. No es menos cierto que la cooperación sino-africana dista de ser perfecta, pero creo firmemente que siempre y cuando China y los países africanos puedan consolidar y mejorar constantemente sus intercambios, obtengan mayores y mejores resultados de la misma y garanticen ventajas para ambas partes, esta cooperación continuará recorriendo un camino más sólido y más amplio. DIARIO DEL PUEBLO. 18-11-2010