Editorial

Escándalo de Torrejón: ¡es el capitalismo, amigos!

El escándalo del hospital de Torrejón revela la crudeza de someter la vida y la salud a los intereses monopolistas

Un nuevo escándalo acaba de saltar en la Sanidad. En este caso en el Hospital de Torrejón de Ardoz (Madrid), un hospital público de gestión privada. Gestionado por Ribera Salud, controlada por el grupo francés ‘Vivalto Santé’ dueño del 75% de las acciones y antes por el fondo norteamericano Centene Corp.

Según el diario El País, el Consejo del grupo aprobó la necesidad de lograr “rápidas ganancias en el Hospital de Torrejón y otros hospitales del grupo en España, en Vigo, Murcia y la Comunidad Valenciana.

En los audios publicados por El País se puede escuchar la reunión en el Hospital de Torrejón del Consejero Delegado de la empresa gestora Ribera Salud, Pablo Gallart, con una veintena de altos mandos de la empresa para pedirles “desandar el camino para reducir las listas de espera” y ordenando aumentar las listas de espera, a costa de realizar menos intervenciones; rechazar pacientes o procesos “menos rentables” y alargar la estancia hospitalaria de los casos “más rentables”, con el objetivo de llegar a conseguir unos beneficios de 4 o 5 millones de euros.

Además, empleados del Hospital de Torrejón han denunciado que también recibieron la orden de reutilizar material sanitario de un solo uso hasta diez veces.

Las crítica y denuncias al modelo de gestión que representa Ribera Salud, inventora del modelo de ‘gestión privada de hospitales públicos’ en la Comunidad Valenciana, hacer negocio a costa de la vida y la salud de los pacientes, no es nueva, se ha denunciado muchas veces en Valencia, Vigo o Madrid. Pero las estrategias de los grandes fondos que gestionan sanidad pública y privada no se habían hecho tan explícitos y descarnados como en los audios publicados por El País.

La búsqueda capitalista de la máxima ganancia a costa de sacrificar la salud y hasta la vida de la gente aparece con toda su crudeza. El desprecio por la vida y la salud de los pacientes ha quedado expuesto a los ojos de todos. El escándalo del hospital de Torrejón revela la descarnada realidad de someter la vida y la salud a los intereses monopolistas, y es un serio aviso de lo que quieren para la sanidad pública.

En Madrid, Ribera Salud gestiona tres hospitales más. Pero el modelo privatizador del PP de Madrid es sólo la punta de lanza de un problema estructural en toda España, en diferentes comunidades autónomas y gobernadas por diferentes fuerzas políticas.

Frente a dejar en manos de los intereses monopolistas la sanidad hay que defender la salud pública, el Sistema Nacional de Salud. Pero eso exige acabar con la debilidad crónica agudizada desde 2008 por los recortes y las consecuencias de la pandemia de 2020 concentrada en las listas de espera que representan el punto más vulnerable del sistema público, junto con la Atención Primaria.

La espera media para ver al médico de cabecera en España roza los nueve días.

Más de 4 millones de personas esperan una primera consulta con el especialista, con una demora media de casi 100 días.

Más de 830.000 pacientes están pendientes de una intervención quirúrgica, con una demora media de casi 120 días.

Faltan profesionales, sobre todo especialistas, y recursos (la financiación está por debajo de la media europea) que reduzcan drásticamente las listas de espera, y eviten las derivaciones de pacientes a la sanidad privada, contribuyendo con dinero público al negocio del gran capital a costa de nuestra salud salud. Las derivaciones de pacientes representan en Cataluña el 20% del presupuesto de Sanidad, y el 15% en Madrid.

La exigencia más importante a los poderes públicos es impedir que nos pongan en manos de quienes nos clasifiquen como pacientes “rentables” o “no rentables” en función de los beneficios para su cuenta de resultados. Es el capitalismo, amigos.

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