En nombre de que «el Estado no tiene dinero para pagar los servicios públicos», el gobierno Rajoy está lanzando la ofensiva más agresiva que hemos conocido nunca contra los intereses del 90% de la población. Por primera vez, las líneas rojas en terrenos tan sensibles como la sanidad y la educación están siendo ampliamente rebasadas con las nuevas medidas del copago farmacéutico, la exclusión de la Seguridad Social de amplios colectivos ciudadanos (y no solo los inmigrantes sin papeles), la subida de las tasas universitarias o la reducción de las becas. Rajoy dice que todas estas medidas son necesarias porque no hay dinero, pero oculta que todos los recortes en sanidad (7.300 millones de euros) no serán suficientes para cubrir los 8.800 millones de ayudas públicas que se van a entregar a quien se quede con la quebrada Catalunya Caixa, previsiblemente el Santander de Botín. En efecto, no hay dinero para la sanidad o la educación, pero es porque se lo están entregando a los banqueros.
A los de aquí y a los de fuera. El pasado viernes, la agencia norteamericana Standard & Poor´s volvía a rebajar la calificación de la deuda pública española hasta dejarla a sólo dos peldaños del bono basura.
En sólo cuatro meses, los intereses que España ha de pagar por su deuda han subido un 30%. Y eso significa que este año tendremos que pagar al menos 9.000 millones de euros extras en intereses. «Como gritamos en la manifestación: “No es crisis, es intervención. No son reformas, es saqueo”»
Prácticamente todo lo que el gobierno prevé recaudar con los recortes en sanidad y educación acabarán en manos de los bancos españoles, franceses, alemanes o británicos y de los grandes fondos de inversión norteamericanos propietarios, directos o indirectos, de la mayoría de la deuda pública española. Esta es la dimensión del auténtico saqueo que estamos sufriendo. Las viudas, que difícilmente superan los 500 euros de pensión mensual, a partir de ahora tendrán que pagar sus medicamentos, para que un puñado de grandes magnates de las finanzas nacionales e internacionales puedan llevarse todo ese dinero. El IVA que viene de WashingtonEste mismo fin de semana, la prensa nacional informaba cómo la subida del IVA anunciada para 2013, fue decidida en la Asamblea del Fondo Monetario Internacional celebrada hace unos días en Washington, tras las reuniones que la directora gerente del FMI y el comisario de Asuntos Económicos de la UE tuvieron con el ministro de Guindos. Al que, a su regreso a España, le falto tiempo para anunciarla.
Ni todo el paquete de recortes, reformas y subida de otros impuestos les parece suficiente. Están empeñados en un saqueo sistemático del país y apuntan en todas direcciones y contra todos los sectores sociales que formamos parte del 90% de la población.
Ayer fueron la subida del IRPF y la reforma laboral que abarata el despido y permite empezar una rebaja masiva y a gran escala del salario de los trabajadores.
Hoy son los recortes en sanidad y educación, que al tiempo que maltrata a la inmensa mayoría de los ciudadanos, esta abriendo las puertas de par en par –como acaba de anunciar la Generalitat valenciana– al negocio de la sanidad privada, en manos predominantemente de las grandes aseguradoras y fondos de inversión extranjeros.
Mañana será la nueva subida del IVA que no sólo afectará a las clases populares, y sobre todo a los más débiles y con menos recursos, sino que al traer aparejada la rebaja de las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social abre el peligroso camino de la privatización de las pensiones, el siguiente punto inscrito con mayúsculas en la agenda del FMI, cuando concluya la reforma del sistema financiero.
En todo, las afirmaciones del gobierno se basan en una gran mentira que esconde un gran atraco. No hay que creerles ni una palabra de lo que dicen. En España sí hay dinero, mucho dinero. Sólo que nos lo están quitando a nosotros para que bancos y monopolios españoles no se hundan ante la inmensidad de las deudas que han contraído con el exterior, y para que el capital extranjero, sus bancos y multinacionales, se forren a costa de todos nosotros.
Como, muy inteligentemente, decían las pancartas con que nuestros camaradas de Barcelona acudieron a la manifestación del día 29 contra los recortes en sanidad y educación: “No es crisis, es intervención. No son reformas, es saqueo”. Es mentira, sí hay dinero. Pero se lo están entregando a los bancos nacionales y extranjeros.