El “factor Cataluña” planea sobre el 10-N. La publicación de la sentencia del juicio al procés irrumpirá en plena precampaña, influyendo en las elecciones.
Frente a los intentos, que los habrá, por utilizar esta coincidencia para generar mayor división y enfrentamiento, en Cataluña y en el conjunto de España, es el momento de defender con más fuerza la unidad.
La sentencia del juicio a los dirigentes soberanistas encarcelados se deberá hacer pública antes del 16 de octubre. Ese día se cumplen los dos años de prisión preventiva -el máximo legal permitido- para Jordi Sánchez y Jordi Cuixart. Prorrogarla podría ser incluso utilizado para anular la causa.
El 18 de noviembre, Quim Torra debe personarse para responder del cargo de desobediencia por no haber retirado las pancartas en apoyo a los presos durante la campaña del 28-A.
En medio de este explosivo calendario judicial, se celebrarán las generales del 10 de noviembre.
Todos coinciden en que, en estas condiciones, Cataluña puede convertirse en el “factor X” de las generales.
¿Cómo afrontamos este nuevo envite?
Las élites del procés están, en los hechos, en retroceso. Se demostró en la pasada diada, con un notable descenso de participación. Se confirma en su incapacidad de gobernar, que previsiblemente dará lugar a una nueva prórroga, y ya irían tres, de un presupuesto que data de 2017.
Y aparece con claridad en la división en el mundo independentista, por la negativa de cada vez más sectores a aceptar el “enfrentamiento con España” defendido por Puigdemont.
Junqueras ha conducido a ERC a una posición “pragmática”, aceptando que durante bastante tiempo no será posible volver a la unilateralidad. La vieja estructura de Convergencia se parapeta para impedir que el PDeCAT sea engullido por Puigdemont. Con Artur Mas afirmando que “el futuro del PDeCAT no se decide en Waterloo”. Y 200 representantes del soberanismo, entre ellos ex dirigentes de CiU, se han reunido para impulsar un nuevo partido que abogue por un “catalanismo moderado”, o como mucho por un “independentismo tranquilo”.
Pero las élites del procés conservan su “toxicidad”. Ya han anunciado que solo aceptarán una sentencia absolutoria, y que no acatarán una condena, aunque fuera más leve de lo esperado. Aprovechando la coyuntura para generar más división y enfrentamiento.
Frente a estos intentos está una mayoría de la sociedad catalana. Un reciente sondeo publicado por Demoscopia lo confirma. El apoyo a la independencia se reduce al 32%. Un 79% de los catalanes -entre ellos mas del 60% de los votantes de JxCat, ERC y la CUP- afirman que “el procés se encuentra en mal momento”. Y un 70% considera que “lo más urgente ahora es propiciar el entendimiento entre los catalanes”.
Van a intentar aprovechar el momento para generar mayor división, entre los catalanes y de Cataluña con el resto de España. Pero existe una amplia base de masas, en primer lugar en Cataluña, que apuesta por la unidad y rechaza la imposición antidemocrática y unilateral de la ruptura a la mayoría social.
Es el momento para que esa mayoría se movilice, para defender la unidad que necesitamos para luchar por nuestros intereses comunes, especialmente en un momento donde, bajo la bandera de una nueva recesión, anuncian más recortes, en Barcelona y en Madrid.