En una España aún sumida en el recuerdo de la Guerra Civil, aislada internacionalmente y en convulsión política y económica permanente, un grupo de artistas rompió la total atonía del mundo creativo español: «El Paso», pintores y escultores de muy diferenciada personalidad pero con total unidad entorno al papel social del arte.
¿Qué consecuencias tubo en aquel momento la formación del Gruo El Paso? Desde luego muchísimas, incluso para sorpresa del mismo grupo en el año 57, nunca pudimos imaginar que podrían venir unos cambios tan radicales y tan inmediatos con la creación del grupo. El Paso tuvo la función de ir más haya de la defensa de una estética, fue también la creación de una acción para cambiar estructuras y plataformas de difusión del arte contemporáneo. En aquellos momentos no había galerías, no había una crítica formada, no había coleccionismo. De hecho, en aquel momento se creó el Museo de Arte Contemporáneo en uno de los patios de la Biblioteca Nacional, pero realmente sin fondos. Empezamos a exponer con la colaboración de galerías de fuera y también con la colaboración de arquitectos, de músicos… la respuesta de cierto grupo, siempre minoritario, fue muy importante, dimos conferencias de arte en las universidades y editábamos un boletín informativo de arte contemporáneo en el mundo. Nosotros pensábamos que nos iba a tocar la travesía del desierto por un largo tiempo sin embargo fue muy rápida la llamada de atención del mundo sobre un arte nuevo y la nueva personalidad del arte español. Un año después del nacimiento de El Paso, en el 58, convencimos al comisario de las bienales de arte de Venecia y de Sao Paolo para que llevase a la bienal ese arte joven donde el grupo el Paso era importantísimo. Fue una sorpresa para el mundo, que no se esperaban un grupo con esa personalidad, actualidad y puntualidad de su arte. A partir de ese momento recibimos la visita de museos de todo el mundo, de coleccionistas, de críticos. ¿No encontraron resistencia? Totalmente, he dicho apoyo minoritario… recibimos críticas y ataques feroces, de hecho una de las exposiciones del Grupo El Paso, que se hizo en el Ateneo de Murcia, sufrió tal ataque que salió en la prensa; tuvieron que poner policía para conservar la integridad de las obras. Pero esto nos confirmaba que estábamos en la línea correcta, era lo que había que esperar porque rompíamos con las directrices estéticas imperantes en España, totalmente superadas en el mundo. Y estas fueron las consecuencias de mucho de lo que ha ocurrido despues. Si visitamos ahora una exposición del El Paso veremos una pintura que sin duda forma ya parte del acerbo cultural de todos, pero no podemos olvidar que en aquellos momentos fue muy rompedora, pero ahora asimilada por todos. Como con Van Gogh que no vendió nunca ninguna obra y sin embargo hoy decoran cualquier habitación por muy conservadora y burguesa que sea. Así ha ocurrido también con el arte del Grupo El Paso. Pero esas obras han conservado una actualidad que han perdido otras creaciones de la época, como por ejemplo “El cochecito” en el cine más crítico- que han quedado como una ilustración de aquellos tristes años de miseria. El arte que hicimos en aquella época mantiene una actualidad porque tuvo una mirada hacia el futuro. Pero claro, posteriores generaciones tuvieron que matar al padre, y surgieron movimientos que querían buscar alternativas a esa pintura expresionista negra y dura del Grupo El Paso. Nacieron movimientos con cercanías al arte pop, o a la abstracción norteamericana, buscando una nueva identidad. Contestando a la pregunta más concretamente, creo que las consecuencias fueron fundamentales y lo que hoy en día se esta haciendo tiene sus raíces en el arte de mi generación En aquella época se vivía una crisis marcada por la falta de museos, coleccionistas, crítica, las limitaciones de los estilos y la emigración de los artistas, ¿qué es lo que cree que caracteriza hoy en día la situación del arte en España? De todos modos tengo que decir que la penuria de la situación en la que estaba el país en aquellos años fue en parte por la Guerra Civil, pero también un mal endémico en España, anterior a nuestra guerra. Artistas como Juan Gris, González, Picasso… tuvieron que salir del país para proyectarse como artistas porque España se había quedado desfasada de su tiempo. Actualmente estamos en una confusión inmensa. Las Escuelas de Bellas Artes colocan en la calle, cada año, a cientos de posibles artistas. Nacen sin formación pero quieren ser conocidos inmediatamente. Hoy los tiempos son mucho más cortos y se trabajan desde otros parámetros. Lo que se quiere y se busca es el éxito inmediato soluciones originales. Llevo tantos años en el arte que he visto otras crisis pero la situación actual me parece muy significativa, lo que no quiere decir que no se esté haciendo obra importante. Dentro de esta confusión hay artistas importantes, pero necesitamos tiempo, la proyección en ese futuro que cribe la paja del grano; y quedaran pocos granos pero importantes.