¿Cómo tomáis la decisión de romer con la discográfica y presentar la demanda? Nosotros estábamos tan contentos por haber grabado el disco, después de unos meses ganamos el MTV. Las cosas se prometían muy felices. Nos dicen que trabajemos en una reedición del disco, en unos proyectos para sacarle más partido al disco; nos querían preparar un DVD con imágenes, un videoclip nuevo… todo esto cinco meses después de salir “Aguantando el Tirón”. Nosotros llevábamos tiempo diciendo que hiciéramos esto o aquello hasta que nos dieron el okey. Nos pusimos a trabajar en la reedición con todo lujo de detalles, sobre todo para nuestros fans; con una portada nueva, con un DVD exclusivo de imágenes, colaboraciones con Rosendo, con Violadores del Verso… en fin, un cúmulo de trabajo en el que estuvimos trabajando tres meses. Y cuando ya lo teníamos hecho nos lo hicieron retirar y nos dicen que no les gusta. Después, dolidos porque tocaban hasta lo personal, el trabajo de uno, decidimos plantarles cara. Porque si alguien no le gusta lo que hacemos que nos lo diga y lo cambiamos, pero que no nos metan mano. Luego empezamos a tirar de contratos antiguos, de contratos de ahora… Parece increíble que exista esa especie de esclavitud en la que una discográfica es dueña del arte durante 70 años, ¿no? Sí, sí. Decidimos separarnos de ellos y ponerles una demanda. Buscamos un abogado y dimos con Mónica Servil, que está hasta el moño de contratos abusivos y es una de las pocas personas que ha llegado a estos palos… hablamos de cláusulas que luego no existe la ley en el Código Civil, u otras cosas engañosas o abusivas, impagos de la propia compañía, el trabajo que nos hicieron hacer… luego hay que tener valor para tirar adelante. Y hasta la vista del juicio. Que luego un juez nos quiere dar o quitar la razón… nosotros haremos lo que diga la ley. Hemos puesto una demanda de 120 folios y creemos que tenemos razón. Si nosotros perdemos, perderá La Excepción, nos tocará pagar lo que paguemos y punto pelota. Pero si ganamos no sólo va a ganar La Excepción, también muchísimos artistas y mucha parte del gremio. Otro detalle: ya comenzaban a exigirnos el famoso 10% de los conciertos. Cuando ya se llevan el 90% de los royalties de los discos. Pues como no tienen coches demasiado caros, ni casas demasiado lujosas, ahora cualquier artista que firma con ellos tiene que aceptar lo del 10% de todos los conciertos, pero a cambio de nada; ni una pequeña cuña en la radio, ni una pequeña promoción en salas, nada. Que buscan sacarte dinero de donde sea… Sí. Pero es que hay cosas que ni las hemos cobrado. Además de miles y miles de descargas telefónicas de las que nosotros no hemos visto ni un duro, y alguien tiene que tener ese dinero. Estamos hablando de millones en cinco o seis años, ¡con tres discos! Según datos de la Independent Music Companies Association – IMCA -, el 80% de toda la música que se produce sale de las productoras independientes, pero las grandes compañías controlan el 95% del mercado. Claro. Además es que es la pescadilla que se muerde la cola. Porque al mismo tiempo estamos en contra de la piratería. De la misma forma que el sello es nuestro, somos independientes, y no hemos sacado el disco a la venta. Se les está acabando el chollo. No me extraña que haya mucha productora independiente en Europa; es que aquí nos enteramos los últimos. Aquí mandan uno o dos como mucho, y fuera. Hasta donde han llegado las cosas que esta gente es intocable y nadie quiere tocarlos. Nosotros creemos en el compromiso, por eso hemos puesto el disco gratuito, porque a esta gente les quedan los días contados. Con todo esto de la propiedad, vosotros sois músicos de la tradición del “currela”, como Rosendo o Loquillo, con una concepción de la música basada en ganarse la vida con el curro diario, el concierto… ¡Es que nosotros venimos de un barrio muy currela!, ¿sabes, hermano?, es lo que hay. Es normal que nos salga así. Hoy por hoy la única fuente de ingresos de cualquier artista en España son los conciertos. De las ventas no se vive, de salir en las galas de televisión va a vivir el que cobre, porque de 20 que haga va a cobrar dos o tres… no se tampoco cómo está eso, pero bueno, los únicos ingresos son los bolos. Lo bueno es que al producirnos nosotros hemos podido hacer todo lo que hemos querido, y no nos hemos cortado de nada. No se puede pedir más. Si lo tenemos que dar gratuito… se pone el número de cuenta y “¡chicos! La bendición es vuestra. Aquí está nuestro camino. ¿Vosotros queréis seguir colaborando, queréis que sigamos sacando discos? Se acepta una colaboración, una ayudica… ¡como lo queráis llamar! Ahí está el número de cuenta” Hay quien te echa veinte pavos, pero vamos, que no es el caso, ¿sabes? como si te echas un euro o te lo descargas gratis. ¡Tú, descárgatelo, que para eso está! Y así es como te reclama el público, sacando cosas nuevas. Todo el mundo destaca vuestro directo. ¿No crees que pasa como en el teatro, que aunque toques cientos de veces nunca es igual porque el momento es exclusivo, no se repite y así lo entiende la gente? ¡Hombre, en directo es mucho mejor! Y en directo luego hay muchas musas a la hora de rappear. Y luego también nosotros podemos cambiar las bases… es distinto. ¿A qué te refieres con que en directo hay muchas musas? A que en el estudio es más difícil pillarlas. En el disco es una putada, porque muchas de las voces tuvimos que volver a grabarlas porque estaban muy saturadas, y al escucharlas fue una putada porque había unas musas increíbles. En directo las pillas cada dos por tres ¿sabes? Nosotros sentimos el rap así, de directo. De hecho este disco va “a machete” para el directo. El rap es el directo. Tienes que demostrar por qué te ganas la vida simplemente con palabrería. El por qué estás triste, el por qué te pones con chulería, por qué si la vida te trata de una forma, tú sigues para adelante, el dar ejemplo sin quererlo. Raimundo amador, Rosendo o Loquillo, dicen con su música “aquí vivimos así y hacemos música así”, música anglosajona que han convertido en algo muy nuestro. ¿No crees que vosotros habéis hecho lo mismo? Sí, sí, por supuesto. Me estás hablando de chavales que han crecido en lo que es “typical spanish”, hermano; barrios obreros con un 60% mínimo de población gitana ¿sabes?, o 60% de parados… y el que tiene para unas lentejas, bien, y el que no pues se come un cacho de chóped, hermano. De la misma manera que hemos estado escuchando a Public Enemy, hemos estado mamando a Los Calis o a Camarón, o a Ray Heredia. Es muy nuestro. Además después hay “chascarrillos”, como en “Santo Devoto” que digo “pánico de estar en España porque es lo típico, son los Public Enemy con Los Chichos”. Basta mezclar algo de lo que uno tiene para que se hagan comparaciones o etiquetas, pero a veces incluso te las crees, porque has crecido con ellas y las has mamado. Yo y mi socio siempre nos hemos creído Chuck D. y Flavor Flav, que son los miembros de Public Enemy. Y al mismo tiempo hemos sentido la admiración para escuchar a gente como Camarón o El Cigala. Somos lo que somos. No somos chicos negros de un barrio, ¿sabes? somos un chaval gitano y un chaval minusválido del sur de Madrid… es que no hay más. Representamos el sur de Madrid “a machete”. Habéis cambiado también esa subversión que se hace del hip hop español, la imagen del “matón”. En vuestras canciones trabajáis mucho con el respeto a los principios populares, de respeto a las raíces… Eso es la gente que no para de mirar al otro lado del charco. Pero no solo con la música, sino con todo. Como es el culo… la cara bonita del mundo, los yanquis, lo espectacular, pues se mira para allá. Pero aquí no tenemos ese ejemplo de matón. A lo mejor a veces sí una actitud un poco “recelosilla” por cómo nos tratan los medios. Pero bueno, ya se van limando las cosas. O un poco medio cabreados por como están las cosas… el rap tiene que tener esa actitud. Digamos que somos el rock del siglo XXI. Si puede tener algunos chavales que imiten esos palos, pero el rap que manda hoy por hoy, los cabezas de festivales, los grupos punteros que venden… no hablamos de eso. En un momento dado sí te puede soltar alguna chulería, un vacile, algo cabreado, alguna palabrota, que tampoco está mal. Porque en el hip hop vale todo, para eso hacemos hip hop, sino haríamos flamenco u otro tipo de música; para decir las cosas como son. Nosotros tenemos muchas canciones que hablan de otras cosas pero con la misma contundencia. Tenemos “Perfil Blanco Payo” que tampoco es una canción muy comercial pero que dice verdades como puños; cómo tratan los organismos del Estado al pueblo, a los que les están pagando, manteniendo con los impuestos su trabajo. Eso es demagogia. La gente que mira a los yanquis. La gente que conoce de verdad el hip hop español va a saber que el hip hop no es así. Nosotros nos vemos con Violadores del Verso y nos tratamos como hermanos, con SFDK lo mismo, con Tote… ¿qué haya habido algún roce? Pues sí, pero aquí como mucho un puñetazo y dos empujones, o un huevazo en un bar… pero no ¡un tiro! Y esa es la actitud de “el matón”, tiros, tiros y tiros. Hombre, ahora que hay más sudamericanos, llevan más las pintas, mucho rollo “chicano”. Pero el hip hop español es a la antigua usanza: verdadero, real y contundente