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¿Cómo valora el resultado de la manifestación del sábado en Barcelona?Muy positivamente. Pese al tiempo y el baile de cifras, fue una manifestación importante de la ciudadanía. Además se consiguió algo que no es fácil, como la confluencia de diferentes colectivos, desde el Forum Social Català, a los sindicatos y partidos de izquierdas. Realmente fue una manifestación de unidad ante los recortes en la que estuvo representada la mayoría de la sociedad catalana…Es lo más positivo. Han habido debates y reticencias dentro del 15-M y del Forum Social Català ante la participación de las organizaciones tradicionales y el peso que pudieran tener en las manifestaciones. Realmente es un debate en los movimientos sociales sobre la estrategia del momento frente a los recortes, sobre todo después de la firma de acuerdos sobre la moderación salarial de los sindicatos. Esto evidentemente genera discusiones para poder mantener la unidad.Pero es un ejemplo de por dónde hay que ir…Claro, porque la situación es excepcional para todos. Estamos ante una crisis sistémica solo comparable con la crisis de los años 30. Y es una situación inédita desde el punto de vista de los movimientos sociales, porque vivimos un secuestro de la voluntad política por parte de las grandes corporaciones. En Madrid gobierna literalmente el IBEX35. Ya no es que haya una puerta giratoria entre los gobiernos y los consejos de administración, es que gobiernan directamente los consejos de administración. «Antes de presentar los recortes en el Parlamento recibieron el beneplácito en Bruselas»Esto ha generado una crisis de representación política, escenificado por el 15-M. Los movimientos sociales estamos abocados a discutir las alternativas más allá del papel que hemos jugado hasta ahora. Se cumple ahora lo que se aprobó con la reforma de la Constitución impuestas por Alemania…Esto ya pasó con los anteriores presupuestos, en los que ya se plantearon importantes recortes que antes de presentarlos en el Parlamento recibieron el beneplácito en Bruselas. Cada vez más las políticas públicas están predeterminadas por las estrictas decisiones europeas. En Grecia ya se habla de protectorado, pero aquí no estamos nada lejos. ¿Debe ser el siguiente paso la movilización conjunta en toda España?Esto es lo deseable. Lo que se constata es que todas las movilizaciones en Cataluña, Valencia, Madrid… van en las misma dirección, por lo que hay que buscar elementos unificadores en defensa de los servicios públicos. Debemos exigir un giro en las políticas que vaya más al control de los ingresos que a los recortes.