Era una exclusiva mundial, y un evidente éxito periodístico, al conseguir entrevistar al personaje sobre el que están concentrada la atención de buena parte del planeta.
Pero, lejos de reconocer ese mérito, y antes incluso de ver el programa, se señaló a Évole, acusándole -según la expresión de la diputada del PP, Pilar Marcos- de “blanquear a un tirano”. Ataques reproducidos por una de las fundadoras de Vox, Cristina Seguí, y amplificada por una oscura campaña en redes sociales pidiendo el boicot al programa.
Estas maniobras han fracasado: Salvados fue el programa de más audiencia de la noche del domingo. Pero suponen un intolerable ataque contra la libertad de expresión y contra la pluralidad informativa.
Se puede apoyar o criticar la entrevista -tras haberla visto-, pero no se puede dictar a un periodista a quien puede y a quien no puede entrevistar.
Se puede denunciar o respaldar unas u otras afirmaciones de Maduro en el programa, pero no se puede prohibir que la sociedad española tenga acceso a una de las versiones sobre lo que sucede en Venezuela.
Desde De Verdad digital queremos manifestar nuestro apoyo a Jordi Evole y a todo el equipo de Salvados. Lo que han hecho es periodismo, y una aportación al debate sobre la situación en Venezuela, conociendo los argumentos de todas las partes, y no solo de una de ellas.
Y nos manifestamos en contra de quienes quieren recortar la libertad de los periodistas, imponiendo una uniformidad forzosa que señala a quien se sale del camino establecido como único.