No sabemos si la relación durará o si será un amor de Tinder, pero el segundo mandato de Donald Trump comienza ligado a un segundo protagonista procedente del rincón más reaccionario de Silicon Valley.
Se trata de Elon Musk, dueño de X, de Tesla y de SpaceX, y tan cercano ‘consigliere’ del neoyorquino que ya muchos acuñan la palabra ‘Trusk’ para nombrar a este bicéfalo.
Este tecnomagnate, el hombre más rico del mundo, cuya gigantesca fortuna procede de las minas de diamantes que su padre poseía en la Sudáfrica del apartheid, nunca ha sido ajeno a la política. Sus opiniones ultrareaccionarias son bien conocidas.
Pero ahora, elevado a «voz autorizada» de la administración Trump, ha decidido lanzarse de cabeza a auténticas actividades de degradación, subversión e intervención en terceros países. Concretamente de los aliados y vasallos que Washington necesita «reconducir» o «reconvenir».
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En plena campaña electoral, Musk apoya a Alternativa para Alemania
El tecnomagnate y los neonazis
Hace unas semanas, muchos alemanes leyeron con estupor un tuit de Elon Musk en su propia red social. «Solo AfD puede salvar Alemania”, decía el hombre más rico del mundo. Se trataba de un apoyo explícito a un partido no sólo furibundamente xenófobo y racista, sino abiertamente neonazi, alineado con la Rusia de Putin.
Pero ese tuit ha quedado en agua de borrajas comparado con el siguiente escalón. El dueño de X organizó una entrevista en directo con la líder de Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel.
La entrevista comenzó con una mentira, presentando a la neonazi como la candidata a canciller más popular en Alemania «según las encuestas», cuando los ultras de AfD van segundos en los sondeos, y su candidata figura en último lugar, en términos de popularidad, entre los candidatos a la cancillería.
Un apoyo explícito a un partido no sólo furibundamente xenófobo y racista, sino abiertamente neonazi, alineado con la Rusia de Putin.
Las mentiras siguieron trufando una conversación llena de risas y complicidad, algo que no debería extrañarnos de una alumna aventajada de Goebbels y de un experto de la desinformación y la posverdad. Musk llegó a afirmar que el robo era legal en California, y Weidel insistió en que Adolf Hitler era comunista.
El Gobierno alemán ha «tomado nota» de la polémica conversación entre Musk y Weidel, en plena campaña electoral como un grave caso de injerencias externas. El todavía canciller Olaf Scholz ha manifestado su inquietud. «Me preocupa que Musk apoye a un partido como AfD que, en parte, es de extrema derecha, que predica un acercamiento con la Rusia de Putin y que quiere debilitar las relaciones transatlánticas”, dijo.
El Parlamento alemán investiga si la ayuda de Musk al partido de ultraderecha Alternativa por Alemania puede considerarse una donación ilegal. La ley de partidos alemana prohíbe las donaciones de países no pertenecientes a la UE, y ahora el Parlamento busca esclarecer si la publicidad de Musk a AfD puede considerarse una forma de donación, dado que él y su empresa están radicados en EEUU
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Musk maniobra para hacer caer al gobierno laborista de Starmer
Derrocando al mayordomo
Lo ha denunciado el Financial Times. Elon Musk estudia formas para derrocar a Keir Starmer como primer ministro de Reino Unido antes de que el país celebre sus próximas elecciones generales.
Según este rotativo, el dueño de X habría discutido con su círculo más cercano maneras para desestabilizar al Gobierno liderado por el Partido Laborista. «La propia civilización occidental está amenazada», habría dicho Musk refiriéndose a ¿los laboristas?. «Estados Unidos debería liberar al pueblo británico de su gobierno tiránico», dijo en otro tuit.
El director ejecutivo de Tesla, SpaceX y X, ha lanzado insidiosos climas de opinión xenófobos, exigiendo una investigación en Reino Unido sobre casos históricos de explotación sexual de niñas por parte de bandas de hombres, sobre todo británico-paquistaníes, en varias ciudades. Musk acusó a Starmer de haber sido «cómplice» del fracaso de las autoridades de proteger a las víctimas y procesar a los abusadores cuando fue director de la Fiscalía entre 2008 y 2013.
Según el Times la estrategia del magnate para Reino Unido no sólo pasa por derribar a un partido laborista que es uno de los tradicionales pilares bipartidistas del país, total y completamente alineado con EEUU y comprometido con que Londres esté firmemente atado a los designios de Washington, sino que pasa por promover y relanzar al partido ultraderechista Reform UK de Nigel Farage, conocido por su ideario antieuropeo y furiosamente xenófobo y antiislamista.
Musk no sólo busca derrocar al gobierno laborista, sino relanzar y financiar a Reform UK, un partido ultra conocido por su ideario antieuropeo y furiosamente xenófobo y antiislamista.
Musk pretende «ayudar» -con una importante donación- a Reform UK a construir una mejorada imagen pública que le permita desestabilizar al Gobierno de Starmer, aunque cree que el partido necesita un cambio en su dirección.
«Farage no tiene lo que hace falta» para conseguir el éxito en la política británica. «El partido reformista necesita un nuevo líder». ha dicho el dueño de Tesla, con la seguridad de saber que quien paga manda.