Era el primer gran acto bajo la presidencia de Pablo Casado, y en él se establecerían las líneas maestras del nuevo PP. Acudió Rajoy, pero relagado a un ato protocolario el primer día. Por el contrario, José María Aznar intervino no como un ex presidente, sino a través de un largo y político discurso que aspiraba sin disimulo ni complejos a dictar camino. Pablo Casado siguió en su intervención la pista de Aznar: “giro a la derecha”, “llamamientos a recuperar el voto de VOX”… así ha sido resumido por casi todos.
¿Pero seguro que estamos ante un “revival” del PP de Aznar? ¿Responde la estrategia de Casado solo a “los impulsos más derechistas” que habitan en el PP?
La línea que representaba Rajoy suponía un determinado equilibrio entre sectores oligárquicos, entre EEUU y la Europa alemana, para ejecutar el “programa de los recortes”, el proyecto de saqueo sobre la población. Procurando hacerlo, en la medida de lo posible, bajo unos ritmos y formas que no alimentaran la contestación social.
Por el contrario, Casado se ha escorado de forma cada vez más clara hacia Washington. Irrumpió en las primarias del PP defendiendo “devolver a España al corazón del eje atlántico”. Ha propuesto ya que Andalucía acoja la sede de la VIª Flota norteamericana, y que Canarias sea la sede del Africom, plataforma de EEUU para intervenir en el continente negro. Impulsa respuestas agresivas, frente al “problema catalán”, con la aplicación de un 155 duro y prolongado, pero también para encuadrar la influencia política al alza de la mayoría progresista.
Aznar es la conexión con los sectores más agresivos de la superpotencia norteamericana. Y Casado fue su asesor personal cuando, tras abandonar la presidencia, Aznar recaló en EEUU bajo la protección de la entonces administración Bush.
Lo que se presenta como el viejo PP de Aznar es en realidad el nuevo de Trump. Supone un intento de recolocación en las nuevas condiciones globales provocadas por la línea Trump, que en Europa están ya provocando terremotos políticos y episodios de desestabilización.
Una alternativa para un PP que ha perdido el 40% de los votos que tenía en 2011, y que sigue con la sangría electoral abierta. En Andalucía, a pesar del enorme éxito que supone arrebatar a los socialistas la presidencia de la Junta, el PP ha obtenido los peores resultados de su historia.
Estamos en un momento de reconfiguración en la derecha, y en ella, frente a quienes solo se fijan en “el sustrato reaccionario de la derecha española, que reaparece con Casado”, juega un papel clave los proyectos de la superpotencia norteamericana. Un periodista como Enric Juliana lo señala afirmando que “ Vox tiene conexiones en Estados Unidos. Steve Bannon, antiguo estratega jefe de Donald Trump, les sigue de cerca. Acudieron a las últimas elecciones europeas financiados por un grupo opositor iraní (valiosa información del diario El País), cuyo brazo militar se halla alojado en Albania, bajo tutela norteamericana. Quizá la reunificación de las derechas españolas pase por Washington. Esto se pone interesante”.
Interesante y sobre todo peligroso.