«Los bancos de Europa -o al menos la mayoría de ellos- han aprobado un examen que más o menos se escribieron ellos mismos. ¿Significa esto que el resto de los bancos están en buena forma y que la crisis ha terminado? ¿Las autoridades europeas encargadas de establecer políticas económicas podrán dirigir futuras crisis financieras? ¿Han calculado por lo menos si todos los cientos de miles de millones de euros en dinero de los contribuyentes que pagaron para detener la demolición de economías enteras por los especuladores se invirtieron correctamente? ¿Han conseguido que los ejecutivos de las instituciones financieras sean ahora más cautelosos? ¿Han convertido el famoso «riesgo sistémico» en controlable?»
Nadie uede responder a ninguna de estas preguntas, porque las pruebas de estrés no midieron esas cosas. Durante los días críticos de la crisis en que Europa se tambaleaba en el precipicio, se prometieron medidas heroicas. Pero, ahora, poderosos grupos de presión están tratando de bloquearlo todo. Todo un ejército de abogados y profesionales de relaciones públicas se ha lanzado a la batalla política en nombre de los jugadores y los especuladores. Sitiando a los parlamentarios y funcionarios de Berlín y París y de la sede de la UE en Bruselas. (DER SPIEGEL) DIARIO DEL PUEBLO.- China y EEUU protagonizaron una andanada de intercambios verbales en días recientes en Hanoi, Vietnam, donde se reunieron los ministros de Asuntos Exteriores de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático más tres (China, Japón, Corea del sur) en momento de altas tensiones, apenas unos días antes de que EEUU y Surcorea efectuaran maniobras navales conjuntas en el mar de Japón. La Secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, calificó el tema del mar de la China Meridional como “principal prioridad diplomática.” El Ministro de Asuntos Exteriores de China, Yang Jiechi, afirmó posteriormente que dichos comentarios constituían “un ataque virtual contra China” y añadió que el involucramiento de EEUU “no hará más que empeorar la situación y dificultar cualquier solución.” Alemania. Der Spiegel Test de estrés: el triunfo de los grupos de presión financieros Hans-Jürgen Schlamp Las pruebas de estrés Europea no revelan mucho sobre el verdadero estado de los bancos examinados. Con el fin de prevenir futuras crisis, los políticos de la UE están presionando para que las nuevas regulaciones del sector financiero sean duras. Sin embargo, el lobby financiero es extremadamente poderoso. Los bancos de Europa –o al menos la mayoría de ellos– han aprobado un examen que más o menos se escribieron ellos mismos. Un total de 91 bancos fueron chequeados. De estos, siete fueron señalados por tener un capital insuficiente, entre ellos cinco cajas de ahorros españolas, un banco griego y el alemán Hipo Real Estate (HRE), el banco con sede en Munich que fue rescatado por el gobierno alemán en la crisis financiera y se mantiene vivo con su apoyo. ¿Significa esto que el resto de los bancos están en buena forma y que la crisis ha terminado? ¿Las autoridades europeas encargadas de establecer políticas económicas y podrán dirigir futuras crisis financieras? ¿Han calculado por lo menos si todos los cientos de miles de millones de euros en dinero de los contribuyentes que pagaron para detener la demolición de economías enteras por los especuladores se invirtieron correctamente? ¿Han conseguido que los ejecutivos de las instituciones financieras sean ahora más cautelosos? ¿Han convertido el famoso "riesgo sistémico" en controlable? Nadie puede responder a ninguna de estas preguntas, porque las pruebas de estrés no midieron esas cosas. De hecho, las dificultades de la prueba eran tan bajas que Wolfgang Gerke, un especialista bancario patrocinado por el gobierno estatal bávaro en el Munich Financial Center, bromeó diciendo que se parecía más a "dar pastillas tranquilizante para el mercado". No sólo los bancos estaban esperando resultados positivos de la prueba. Los políticos también lo estaban – y consiguieron lo que querían. El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, calificó los resultados como "una señal positiva" que muestra "que el sector bancario de Europa está en condiciones para resistir importantes riesgos futuros". La Comisión Europea en Bruselas lo celebró también, diciendo que los resultados de las pruebas son prueba de la estabilidad del sistema bancario europeo. Incluso el ministro de Finanzas griego George Papaconstantinou estaba encantado. En su opinión, la prueba mostró que los bancos de su país serían capaces de manejar "incluso las extremas condiciones de la prueba de estrés". ¿Motivo de confianza o simple autoengaño? Otros, sin embargo –incluidos los expertos en política financiera en el Parlamento Europeo– no ven las cosas en un tono tan rosado. Udo Bullman, por ejemplo, diputado al Parlamento Europeo por el centro-izquierdista Partido Social Demócrata (SDP) especializado en temas de finanzas, dijo que era "en el mejor de los casos un punto de partida para un mejor análisis de las actividades dentro y entre los bancos." Pero Bullmann añade: "el que crea que todo está bien está cometiendo un gran error". En su opinión, la prueba fue sólo un gran espectáculo, y lo que realmente faltan son las medidas legales para elevar el capital social subyacente en las transacciones bancarias, y la creación de un único organismo europeo de supervisión del sector financiero. Es más, cree que lo más importante es que los políticos deben asegurarse "de que podamos escapar a la cultura de bonos y dividendos y alejarnos de la especulación y que podemos sustituirla con un sistema orientado hacia una mayor reflexión a largo plazo." Pero no todos los colegas de Bullmann están de acuerdo con él. Markus Ferber, un miembro del Parlamento Europeo de centro-derecha alemana de la Unión Social Cristiana (CSU), el partido hermano bávaro de Partido Demócrata-Cristiano de la canciller Angela Merkel (CDU), considera que la prueba demuestra que los bancos de Alemania se mantuvieron estables. Al mismo tiempo, sin embargo, también considera que sería error de los bancos "sentarse y relajarse" ahora. En su opinión, si realmente quieren proteger su negocio de riesgos futuro, van a tener que aumentar considerablemente sus recursos de capital. Sven Giegold, un experto financiero que representa al Partido Verde en el Parlamento Europeo, sólo puede sonreír cuando se le preguntó acerca de la llamada "prueba de esfuerzo". Él admite que la prueba por primera vez ha dado al público un mayor grado de transparencia sobre el estado de un sector habitualmente reservado. Sin embargo cree que, en su mayor parte, el ejercicio fue mucho más estresante para los funcionarios encargados del control de los bancos de lo que lo fue para los propios banqueros. Según Giegold, la prueba ha ignorado completamente las pérdidas de los bancos en la crisis, que según él todavía están escondidas en sus libros, y no ha simulado el caso imaginable de default de una deuda nacional. Cuando lo impensable se convierte en pensable En la situación actual, Grecia, Irlanda, Portugal y otros países están tan profundamente endeudados que es difícil imaginar cómo alguna vez podrían salir de su espiral de la deuda. Los ingresos públicos se ven obligados a desviarse a pagar los intereses sobre sus préstamos, con lo que tienen menos para pagar escuelas, asfaltar calles, mantener soldados y os servicios sociales – lo que les obliga a asumir más deuda. Ya no es impensable que un miembro de la UE pueda ir a la quiebra. La canciller Angela Merkel ya ha estado pidiendo un acuerdo que establezca reglas fijas para un estado de "insolvencia ordenada". Pero nadie sabe realmente lo que eso significa para el resto de la Unión Europea y el euro. Este supuesto no era parte de la prueba de esfuerzo de simulación. Del mismo modo, aun sin la crisis, los bancos de Europa tendrán que reestructurar 3,3 billones de euros de deuda en los próximos años. Esta es una tarea enorme y arriesgada – y para la que no hay normas mejores y controles más efectivos de los que existían antes de la crisis. Durante los días críticos de la crisis en que Europa se tambaleaba en el precipicio, se prometieron medidas heroicas. Pero, ahora, poderosos grupos de presión están tratando de bloquearlo todo. Todo un ejército de abogados y profesionales de relaciones públicas se ha lanzado a la batalla política en nombre de los jugadores y los especuladores. Sitiando a los parlamentarios y funcionarios de Berlín y París y de la sede de la UE en Bruselas. De hecho, las cosas han empeorado tanto que 22 parlamentarios de diversas tendencias políticas –que se encuentran entre los objetivos preferidos del grupo de presión financiera, puesto que pertenecen a la Comisión de Asuntos económicos y monetarios del Parlamento Europeo– recientemente han pedido ayuda. En junio, lanzaron una advertencia de que "la asimetría entre el poder de la actividad de estos grupos de presión y la falta de experiencia de los legisladores representa un peligro para la democracia". Haciendo un llamamiento a las ONG’s, sindicatos, investigadores académicos y grupos de reflexión a unirse para hacer frente a los grupos de presión financieros. Hasta qué punto es necesario puede verse mirando los antecedentes de las personas designadas para e "Grupo de expertos sobre comisiones bancarias", que se formó recientemente para asesorar a la Dirección general de la Comisión Europea encargada de toda la política de la UE relacionada con el sector de servicios financieros. Cuando el grupo celebró su primera reunión, el 14 de junio, sólo cuatro de sus 40 miembros no procedian del mundo de la banca y los mercados financieros. DER SPIEGEL. 27-7-2010 China. Diario del Pueblo China precisa de “hoja de ruta” en el Mar de China Meridional Li Hongmei China y EEUU protagonizaron una andanada de intercambios verbales en días recientes en Hanoi, Vietnam, donde se reunieron los ministros de Asuntos Exteriores de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático más tres (China, Japón, Corea del sur) en momento de altas tensiones, apenas unos días antes de que EEUU y Surcorea efectuaran maniobras navales conjuntas en el mar de Japón. La Secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, calificó el tema del mar de la China Meridional como “principal prioridad diplomática.” El Ministro de Asuntos Exteriores de China, Yang Jiechi, afirmó posteriormente que dichos comentarios constituían “un ataque virtual contra China” y añadió que el involucramiento de EEUU “no hará más que empeorar la situación y dificultar cualquier solución.” Clinton enfureció a los chinos con sus extemporáneas observaciones respecto a la soberanía del mar de la China Meridional, exhibiendo una postura que para China supone una injerencia en su área de intereses vitales. También resulta obvio que algunos países del Sudeste asiático aprovecharon la presencia del Tío Sam para procurar un contrapeso a la cada vez mayor influencia de China en la región. Sigue siendo un problema, tan significativo como espinoso, que China no tiene maneras efectivas de desarmar a sus vecinos atemorizados, al igual que tampoco logra disipar sus aprensiones con respecto a una China gigantesca en creciente ascenso. Y a la par que aumenta la influencia del país en la zona y a escala global, se hace más difícil lograr cualquier consenso sobre el derrotero que seguirá en un futuro la ANSEA. Pero sea como fuere, China se opone decidamente a que EEUU y algunos de sus vecinos “internacionalicen” el diferendo limítrofe en el mar de la China Meridional, a la vez que se pronuncia por resolver las divergencias mediante la negociación amistosa. Los conflictos relacionados con el mar de la China Meridional, que cubre 3,5 millones de kilómetros cuadrados (1,4 millones de millas cuadradas), desde Singapur al Estrecho de Taiwán, están teniendo repercusiones en otras áreas y podrían complicarse más que nunca ahora que China se proyecta como principal potencia regional, y justo en momentos en que, envalentonados por las declaraciones de EEUU, algunas naciones asiáticas surorientales exageran el alcance de un tema a todas luces regional, acción que podría poner en riesgo el status quo construido sobre la base de la coexistencia pacífica. Este es un juego algo peligroso, pues al final se dañarán ellas mismas, mientras el archipoderoso EEUU contempla desde lejos el desaguisado, esperando por la oportunidad de cosechar los beneficios que se deriven de estos choques regionales. El fallecido líder Deng Xiaoping, al establecer las directivas que debían aplicarse a estos litigios, exhortaba a las partes a “poner a un lado las disputas y a desarrollar de consuno” las aguas en conflicto, pero según pasa el tiempo tal parece que los colores de este principio guía comienzan a diluirse y a perder fijador. En consecuencia, las partes implicadas no están ya en posición de deponer sus diferencias, ni mantienen la sinceridad para desarollar conjuntamente esta zona. Peor aún, algunos que en algún momento fueron hermanos regionales comienzan a dudar de las intenciones de China, señalando que sus llamados a poner de lado los conflictos no son más que tácticas dilatorias, de las cuales China espera tomar un segundo aire que le permita resolver el diferendo a su favor, valiéndose en el momento adecuado de su poderío militar. Y justo cuando esto sucede, EEUU mete nariz en el asunto. Escondiendo bazas en las mangas de la chaqueta, la potencia norteamericana busca convencer a los países de la ANSEA para que de conjunto enfrenten a China y limpien la zona de lo que Washington considera como abrumadora presencia de China. Por otra parte, el continuado y prolongado ejercicio de la paciencia se ha traducido en un debilitamiento de las incuestionables prerrogativas de China en el mar de la China Meridional. En tiempos de aguas turbulentas, a China no le queda más opción que procurar cuanto antes una solución en defensa de sus intereses básicos regionales. Quizás sea la hora de, como nunca antes, de impulsar el principio de “desarrollo conjunto”, y más importante aún, elaborar una “hoja de ruta” que permita implementarlo. DIARIO DEL PUEBLO. 5-8-2010