«No debe caer en la tentación de interpretar la pérdida de la mayoría demócrata en la Cámara y de al menos seis escaños en el Senado como un rechazo a la agenda del primer mandato de Obama, por la que fue elegido en 2008. Los votantes estadounidenses no son tan huidizos o inestables. Lo que sucedió fue que Obama se encontró con varias crisis que él y otros no habían previsto, y el peso de los problemas acumulados terminó siendo frustrante.»
Al final, una aradoja: el repudio público masivo récord a un Congreso y una administración que han logrado grandes metas, incluyendo la aprobación de las principales medidas económicas y un proyecto de ley de salud histórico, y habilitación de una oposición republicana que no había hecho casi nada para ofrecer alternativas propias. ¿Qué lecciones debe sacar Obama? El peor error sería abandonar o rechazar su propia agenda de gobierno. (THE NEW YORK TIMES) BREAKING VIEWS.- Las cifras del tercer trimestre de BBVA y Santander, su rival local, reforzaron las razones del interés de ambas entidades por el extranjero. La necesidad de pagar los depósitos y la financiación al por mayor, mientras que el mantenimiento de las reservas genéricas está frenando los márgenes internos, y ha provocado que el beneficio neto del BBVA, por ejemplo, cayera un 17% en tasa interanual. Incluso si la economía turca no repite su crecimiento esperado del 6,8% de este año, Garanti debe servir como un contrapeso para sus problemas domésticos. El objetivo del BBVA es el mismo: utilizar el crecimiento externo para suavizar el dolor en España. EEUU. The Washington Post El resultado de las elecciones y los errores del presidente Obama David S. Broder El mensaje al Presidente Obama de las elecciones del martes no ha podido ser más claro: no abandone sus metas. Cambie su forma de operar. No debe caer en la tentación de interpretar la pérdida de la mayoría demócrata en la Cámara y de al menos seis escaños en el Senado como un rechazo a la agenda del primer mandato de Obama, por la que fue elegido en 2008. Los votantes estadounidenses no son tan huidizos o inestables. Lo que sucedió fue que Obama se encontró con varias crisis que él y otros no habían previsto, y el peso de los problemas acumulados terminó siendo frustrante. El problema más importante, con mucho, ha sido la economía, el virtual colapso del sistema financiero que comenzó en otoño de 2008, mientras George W. Bush aún era presidente. Eso facilitó el camino de Obama a la presidencia, pero le cargó con un fardo enorme y persistente, una vez que estaba en el Despacho Oval. Se ha visto afectado también por el legado de dos guerras y una acumulación de necesidades nacionales insatisfechas, que van desde un sistema de salud disfuncional a unas infraestructuras enflaquecidas y los sectores energéticos. Frente a todos estos desafíos a la vez, Obama hizo lo que parecía natural. Se volvió hacia su enorme mayoría demócrata en el Congreso y dijo en esencia, "gente, os necesito para arreglar esto." Los demócratas en el Capitolio estaban ansiosos por responder, pero lo hicieron a la manera de siempre. En lugar de actuar con prontitud y disciplina, se demoraron y utilizaron los retrasos para negociar mejores beneficios para sus electores y contribuyentes. Lo que comenzó como un estímulo económico sólido, junto con los presupuesto del sistema de salud y la energía, se convirtió en un monstruo legislativo hinchado, costoso e ineficaz. En algún momento, Obama perdió de vista su promesa de campaña de sumar las ideas republicanas y sus votos. Tal vez nunca haya tenido esa intención, pero realmente nunca lo ha intentado. Y cuanto más profundamente se ha visto envuelto en la política de los demócratas en el Capitolio, menos incentivos había para cualquier republicano de contribuir a su éxito. Por lo tanto, un doble revés a las esperanzas que había despertado su elección. En vez de la cooperación, volvimos al peor tipo de partidismo. Y en vez de cambiar la forma en que Washington funciona, pareció ratificar la manera habitual de negociar. Al final, una paradoja: el repudio público masivo récord a un Congreso y una administración que han logrado grandes metas, incluyendo la aprobación de las principales medidas económicas y un proyecto de ley de salud histórico, y habilitación de una oposición republicana que no había hecho casi nada para ofrecer alternativas propias. ¿Qué lecciones debe sacar Obama? El peor error sería abandonar o rechazar su propia agenda de gobierno. Si el cuidado de la salud debe ser derogado, que sea después de las elecciones de 2012, cuando tendrá la oportunidad de defender su obra – no ahora. En su lugar, debe volver a su diseño original para el gobierno, que hizo hincapié en el consenso con los republicanos y la subordinación de las orientaciones estratégicas de los partidos. Los votantes, en efecto, lo han liberado de sus alianzas con Nancy Pelosi y Harry Reid, y lo han puesto en una posición donde puede y debe negociar con una gama mucho más amplia de legisladores, incluidos los republicanos. El peor error del presidente puede haber sido evitar ni una sola una reunión con el líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell, hasta que llevaba en su cargo un año y medio. Para compensar, el esfuerzo por entenderse con McConnell y con el probable presidente de la Cámara John Boehner debe comenzar inmediatamente y continuar siendo una alta prioridad. Obama eligió gobernar con el modelo preferido por los demócratas del Congreso y el resultado ha sido una pérdida de escaños demócratas y de su propia reputación. Ahora debería tratar de gobernar a su manera. No puede funcionar peor, y puede ser que rinda resultados mucho mejores. THE WASHINGTON POST. 3-11-2010 R. Unido. Breaking Views El acuerdo ultramar de BBVA y Garanti George Hay La compra del BBVA del 25% del banco turco Garanti tiene un poco más de sentido. El banco español se ha ocupado de algunas cuestiones de la transacción que habían alarmado a los inversores. Y la ampliación de capital de 5.000 millones de euros para financiar la adquisición ha mejorado su situación local. La compra incluye la participación del 19% que General Electric (GE) quería vender desde hace mucho tiempo, además del 6% del grupo turco inversor dominante, Dogus. El acuerdo permite que los votos preferentes del BBVA estén en el mismo nivel que los de Dogus, lo que significa que la empresa española podrá opinar sobre las decisiones del banco. También han aprovechado el deseo de vender de GE y han negociado un descuento del 10%. Aun así, el pacto no es perfecto. El BBVA podría haber pagado casi un tercio menos por su participación si lo hubiera hecho en abril, a juzgar por el precio de Garanti. Tampoco era lo que los inversores esperaban, ya que BBVA había apuntado a EE UU como un objetivo más probable para las adquisiciones. Y compartir el control no es lo mismo que tener el poder de dictar las estrategias; aunque la entidad española ha negociado elevar su representación en el consejo después de cinco años. Las cifras del tercer trimestre de BBVA y Santander, su rival local, reforzaron las razones del interés de ambas entidades por el extranjero. La necesidad de pagar los depósitos y la financiación al por mayor, mientras que el mantenimiento de las reservas genéricas está frenando los márgenes internos, y ha provocado que el beneficio neto del BBVA, por ejemplo, cayera un 17% en tasa interanual. Incluso si la economía turca no repite su crecimiento esperado del 6,8% de este año, Garanti debe servir como un contrapeso para sus problemas domésticos. La ampliación de capital por 5.000 millones de euros para financiar la operación le deja al BBVA un margen de juego de 800 millones. Aunque el banco dice que puede volver a generar capital de forma orgánica a una tasa de 15 puntos básicos por trimestre, esto eleva bruscamente su tasa Tier 1 de un 8,15% a casi el 8,8%. El nuevo pacto de Basilea III exige sólo un 7%. Eso le da la flexibilidad necesaria para reforzar sus reservas o ampliar aún más capital en el extranjero. El objetivo del BBVA es el mismo: utilizar el crecimiento externo para suavizar el dolor en España. BREAKING VIEWS. 3-11-2010