Finalmente, la intolerable avalancha de presiones y chantajes, las continuas amenazas e injerencias exteriores han permitido la victoria de Nueva Democracia, el partido de la derecha pro-hegemonista griega. Que gracias al bono de 50 diputados extras que la ley electoral concede al partido ganador, podrá formar una mayoría parlamentaria en alianza, previsiblemente, con los socialdemócratas del PASOK.
Las fuerzas de hegemonismo han retomado así, aparentemente, la iniciativa y podrán formar un gobierno plegado a sus exigencias. Sin embargo, está todavía por verse si no resulta también un gobierno efímero, dado que va a estar sometido a un grado extremo de inestabilidad política y debilidad social. Las fuerzas del hegemonismo han obtenido el triunfo electoral. Pero las fuerzas del pueblo han logrado una enorme victoria política. El modelo bipartidista a través del cual Washington y Berlín imponen sus dictados, ha conseguido evitar la liquidación total por derribo, promoviendo la concentración del voto en torno a Nueva Democracia, pero a costa de hundir a su pata izquierda, el Pasok, en la más absoluta de las miserias políticas, perder de conjunto desde 2009 más de un tercio de los votos y catapultar a la coalición de izquierdas antihegemonista Syriza como segunda fuerza política del país, con el 27% de los votos.«Las fuerzas del pueblo han logrado una enorme victoria política» A pesar de la composición del nuevo parlamento, las fuerzas contrarias a la intervención y el saqueo de Grecia vuelven a contar con el apoyo de la mayoría del electorado. Toda la política de miedo y terror lanzado por la troika para doblegar a los votantes, no ha impedido que cerca del 60% hayan manifestado nuevamente su rechazo a unos planes de rescate impuestos por el FMI y Berlín que han conducido a unas condiciones de empobrecimiento y miseria desconocidos. Esta es la primera victoria del pueblo griego. Y, lo que es más importante todavía, el enorme rechazo popular a la intervención y el saqueo de Grecia se ha concentrado de manera particularmente intensa en torno a Syriza, la coalición de izquierdas antihegemonista que en apenas 3 años ha aumentado casi en un 600% su apoyo electoral, pasando del 4,6% de las elecciones de 2009 al 27% que obtuvo ayer. El caudal de rechazo y lucha popular ha encontrado un cauce político a través del cual expresarse. Y eso crea unas condiciones inmejorables para la creación de un frente amplio capaz de conectar con los intereses y las demandas del 90% de la población griega. «La ecuación derecha -izquierda prohegemonistas ha saltado por los aires» Frente a los cantos de sirena hegemonistas que la misma noche de las elecciones llamaban a Syriza a participar en un gobierno de “unidad nacional”, su líder, Alexis Tsipras, ya ha manifestado que mantendrá su oposición, en el parlamento y en la calle, a las políticas de ocupación colonial del país y el saqueo de la mayoría de la población de la troika. El bipartidismo hegemonista ha sufrido una hemorragia incontenible. La ecuación derecha -izquierda prohegemonistas ha saltado por los aires, hundiéndose por su flanco mas débil, la enorme masa de cuadros, afiliados y votantes que han abandonado al Pasok. Y ocupando su lugar emerge una fuerza política no encuadrable por Washington ni Berlín. Que si sabe mantener la firmeza y la consecuencia, la inteligencia y la habilidad política mostradas hasta ahora, seguirá recogiendo nuevos apoyos sociales y una mayor fuerza política. Pocas veces como estos meses en Grecia se ha hecho tan visible lo certero del principio, avalado por la experiencia histórica, que afirma que la lógica del imperialismo es ir de victoria en victoria hasta la derrota final, mientras que la lógica de los pueblos es ir de derrota en derrota hasta la victoria final. El 26,9% de votantes griegos que han dado su respaldo a Syriza son una fuerza de futuro inconmensurable. Por primera vez en 60 años, las fuerzas del pueblo tienen mucho que decir (y que decidir) sobre el destino de Grecia. Esta es la segunda gran victoria popular. «Ellos no van a poder seguir dominando com antes» Pero además, que hasta los grandes partidos prohegemonistas, que firmaron a pies juntillas el memorándum de la troika que sancionaba la ocupación y el saqueo imperialista se hayan visto obligados a variar su discurso a mitad de campaña electoral, prometiendo renegociar unas condiciones “más ventajosas” de la intervención, explica mejor que mil palabras el sustancial cambio en la correlación de fuerzas que se ha producido en Grecia entre el pueblo y sus enemigos. Ellos no van a poder seguir dominando de la misma forma que antes. Porque los de abajo no están dispuestos a seguir dominados como hasta ahora. Frente a la entusiasta algarabía organizada por los grandes medios de comunicación del imperialismo, las elecciones no han cerrado nada. Al contrario, han abierto un nuevo período, con una correlación de fuerzas muy distinta, porque las fuerzas del pueblo han ganado una enorme fuerza política organizada, hasta hace bien poco inimaginable.Esta es la principal enseñanza que nos ofrece el pueblo griego: cuanto más se une el pueblo, más débiles son nuestros enemigos. Frente a la agresión y el saqueo hegemonista sobre Grecia, ha bastado con que la unidad entre una parte de las fuerzas políticas y sociales que se oponen a ella haya empezado a abrirse paso, para que la respuesta popular haya sido tan inmediata como contundente. Catapultando a la coalición de izquierdas antihegemonista como segunda fuerza del país, sepultando el modelo bipartidista y cambiando el terreno de juego y la correlación de fuerzas en que hasta ahora se libraba la batalla. Todos (desde IU hasta los sindicatos, pasando por el 15-M) tenemos que aprender de ella. Y pasar a aplicarla con consecuencia y de forma inmediata.