«Una mayoría alternativa a la derecha exige la concurrencia de las fuerzas políticas que hemos proclamado como idea básica el cambio».
Ante todo felicitarles por la victoria en las primarias y en el congreso, lo que ha supuesto la vuelta y confirmación de Pedro Sánchez cómo Secretario General del PSOE. Y empezando por la actualidad, ¿los resultados de la reunión con Pablo Iglesias confirman el camino que han emprendido buscando una mayoría parlamentaria alternativa al PP con Unidos Podemos y Ciudadanos?
Pensamos que sí. Tanto la actividad anunciada como el propósito de la misma responden a esta expectativa. Queremos hablar de contenidos e ir convergiendo en función de las propuestas políticas.
En esta reunión se han situado cinco temas sobre los que trabajarán cinco grupos de trabajo en aquellas áreas en las que existe una prioridad compartida y que tienen que ver con las condiciones laborales de los trabajadores, con el rescate joven, la igualdad de género, las pensiones y el incumplimiento por parte del gobierno de las resoluciones parlamentarias.
El tiempo dirá cómo podemos ir convergiendo y cuál es el resultado de las siguientes reuniones para hacer una valoración del proceso.
¿Se plantean un objetivo concreto o ir construyendo el acuerdo sobre la base de contenidos?
Hay dos objetivos. Uno inmediato, que tiene que ver con los frutos que arrojen esos grupos de trabajo, que son las Iniciativas Legislativas. Y el otro es el de la convergencia política que pueda, el día de mañana, articular una mayoría alternativa a la derecha, en función de los contenidos. Y no hablamos de un mañana muy a largo plazo.
¿Qué valoración hace la nueva dirección del PSOE del proceso de primarias que ha tenido una tan amplia participación, con más de un 80% de la militancia?
Esto tiene varias caras que merecen un detenido análisis. Pero lo que más me preocupa es darlo todo por pasado. Eso significaría no recoger adecuadamente las expectativas que se han generado y las inquietudes que han condicionado esa participación.«Nos importan los contenidos, no la naturaleza de los actores»
Hemos vivido un hecho democrático sin precedentes en la medida en la que ha habido un empoderamiento de la militancia frente a cualquier condicionamiento de poder, efecto de intimidación… cómo la militancia se rebela ante estas cuestiones frente a los poderes de verdad, externos e internos, cómo se produce una catarsis desde el interior en un viejo partido. Cuando parece que se certifica rápidamente el fracaso de los grandes partidos y se apuesta por expresiones nuevas, el PSOE ha sido capaz de demostrar que se puede hacer desde dentro sin recurrir a expresiones externas.
La amplia participación es porque determinadas cuestiones han afectado mucho a la militancia, y algunas de ellas tienen que ver, primero, con las actitudes democráticas. Hay un rechazo claro a las situaciones de fuerza, estéticamente insoportables, que demuestran un cierto abuso del poder. Y segundo, tienen que ver con el posicionamiento del PSOE en el ámbito de la izquierda. De hecho ha habido una crisis de identidad en este proceso. La militancia ha acudido a hacer una demostración identitaria, de posicionamiento en la izquierda. Por eso los momentos emocionales que han estado más presentes tienen que ver con cuestiones identitarias. La recuperación de La Internacional tiene que ver con esa reivindicación. Puede ser anecdótico, pero significa que la militancia quería recuperar su partido de siempre.
Tienen la unidad del partido como un reto fundamental, ¿cómo se han propuesto avanzar en ella?
La unidad la tenemos que conseguir en función de la definición de un proyecto político. La cohesión se logra si hay proyecto. Eso se consigue si hay sentimiento de pertenencia, y lo habrá si la militancia se ve reflejada en un proyecto político y puede contar en su elaboración, en su definición. Participación y expectativa. Esto es lo que genera cohesión y lo que determina la unidad.
Muchas veces quienes trabajan en sentido contrario a la unidad, trabajan en las debilidades del proyecto, en la indefinición, en la confusión. Se ataca el proyecto porque de él deriva la unidad del mismo.
Uno de los logros ha sido el giro a la izquierda del PSOE…
Nosotros no hablamos de giro sino de reposicionamiento.
¿Porque vuelven a donde les pertenece?
Efectivamente. Es volver a ocupar el espacio que nos corresponde. Hablamos de una izquierda plural y abierta, porque queremos ocupar la hegemonía de ese espacio, y significa una izquierda que no es testimonial ni sectaria. Ser lo más abierta posible, pero siempre izquierda. Cuando me preguntan qué es la izquierda, respondo que la alternativa a la derecha.
Como sabe, nosotros participamos en el lanzamiento de la alternativa de Gobierno de Progreso que defiende un acuerdo de PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos, publicando hasta seis manifiestos de 17 páginas en la prensa, ¿es esta la única alternativa al PP?
Una mayoría alternativa a la derecha exige la concurrencia de las fuerzas políticas que hemos proclamado como idea básica el cambio. Para que eso sea efectivo deberíamos ponernos de acuerdo en qué significa ese cambio. Es una necesidad que se deriva del mapa político actual. No deseamos que esto se mantenga sí, pero hay que trabajar con la actual pluralidad. Un gobierno de cambio se constituye con las fuerzas que quieren cambiar, tanto en lo social, donde encontramos más afinidad con Podemos, como en la regeneración democrática que Ciudadanos ha venido proclamando.«El futuro de la socialdemocracia está marcando una clara diferencia con el neoliberalismo»
Eso, sin embargo, no significa que queramos establecernos en esta situación ni renunciar a ser la fuerza mayoritaria. Este es un objetivo constante.
Mientras, hay problemas que no pueden esperar y hay que atender, como la quiebra que existe en materia de igualdad. Se ha producido una brecha en la sociedad, con pobreza infantil, que augura pobreza de adultos a medio plazo. Las condiciones sociales han variado y esto no hace más que aumentar la breca de la desigualdad. Y hablando de calidad democrática, hemos visto como el PP ocupa las instituciones públicas arrojando ejemplos de corrupción permanentemente. Estos dos ámbitos, el de la regeneración democrática, y el de la igualdad, también de género, exigen una alternativa para ya.
Estos son los dos planos en los que trabajamos, el inmediato de entendimiento con otras fuerzas, y el medio plazo para mejorar nuestra posición política.
En el número anterior entrevistamos a Joan Baldoví, que plantea que, visto lo visto, un gobierno que surja de un acuerdo de PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos, es la única alternativa
Hoy mismo lo he dicho, hay una cierta maduración frente a los fracasos. Hemos insistido en entrar a los contenidos y dejar los prejuicios y la descalificación de los actores. Nos importan más los contenidos que la propia naturaleza de los actores.
¿A qué se corresponde el cambio del Sí a la abstención ante el CETA?
La abstención es una especie de advertencia a los convenios de esta naturaleza que se están planteado entre países y que tienen que ver con el comercio. Tienen mucha más importancia de la que aparentan, porque hay quien se queda en la cuestión arancelaria, pero lo importante tiene que ver con la conquista de derechos. Estos acuerdos comportan un límite a la capacidad de conquista de derechos, en la medida en la que se reservan la permanencia de determinadas condiciones, sociales, laborales, medioambientales, lo que impide que estas mejoren de manera progresiva.
Eso de que si el salario mínimo aumenta el inversor debe ser compensado por el Estado te obliga de una manera que no puede ser, como si introdujéramos una legislación medioambiental más restrictiva. Todo esto podría conllevar mayores costes al Estado, y corremos el riesgo de evitar los avances, para evitar los costes.«El movimiento obrero siempre se planteó derribar barreras, y no construir muros»
El beneficio inmediato de determinados grupos, que es evidente que puede significar beneficios económicos para el país, no pueden limitar el ámbito de la transformación social al que la socialdemocracia no debe renunciar. Hay un debate entre una visión inmediata desde el punto de vista del mercado, o una visión transformadora desde la socialdemocracia.
Ahora hablamos de Canadá, pero podemos hablar de otros países donde sea peor.
Hablando de Cataluña, ¿no cree que la izquierda debería levantar la bandera de la unidad que históricamente le pertenece, la de la unidad del pueblo trabajador contra los recortes? Hay una ceremonia de la confusión en la que parece que defender la unidad es conservador y el independentismo es progresista
De hecho el internacionalismo históricamente se ha fundamentado en eso. El surgimiento del movimiento obrero tienen que ver con eso. En sus orígenes siempre se planteó derribar barreras y no construir muros.«Apostamos por el multilateralismo y no por el seguidismo de las políticas de EEUU»
Pero es verdad que los hay que han venido planteando que el independentismo es progresista y parece que va calando, igual que en todo ese discurso no están presentes las políticas de igualdad, de cohesión… de eso no se habla. Parece como si el independentismo no estuviera por la redistribución de la riqueza, desde un enfoque más vinculado a las clases trabajadoras y a las clases medias, desde el objetivo de mejorar su situación social. Frente a la derecha, terminan ocultando todas estas políticas.
De hecho, es el PDeCAT (la antigua CiU) quien ha encabezado la política de recortes en Cataluña
Y lo vemos aquí en el Congreso. Siempre que hay algo que afecta en materia económica o de relaciones laborales, el PDeCAT vota con el PP. La derecha, en esto, sí que no distingue los territorios.
Hay dos temas que han estado ausentes, tanto en la moción de censura, como incluso en sus debates internos. Uno son las imposiciones de la Troika, que han resultado desastrosas para nuestro país y las condiciones de vida de la mayoría. ¿No es necesaria una línea de actuación política que defienda la autonomía de España frente a estas imposiciones?
Sí, pero hay que hacerlo desde el ámbito europeo, donde se producen esas políticas. No hay que estar a la resistencia, sino en el ámbito en el que se generan esas políticas. Hay que apostar más que nunca por una Europa social y de los trabajadores. Las fuerzas progresistas, junto a los sindicatos y las organizaciones ecologistas debemos tener este objetivo, intentar encajar toda esta pluralidad. Fuera de Europa no hay viabilidad. Nos quedaremos en una reivindicación testimonial. Sin embargo, sí podemos cambiar las políticas, ser más los protagonistas y los hacedores, y menos los destinatarios.
Pero habrá que defender una Europa entre iguales…
Por supuesto. Eso pasa porque la izquierda tome conciencia de ello, que creo que se está produciendo, aunque con cierta debilidad. Si hay algún futuro para la socialdemocracia europea es marcando una política claramente diferenciada del neoliberalismo y la austeridad contra la población. Es lo que ha pagado la izquierda en Francia, y lo que nosotros pagamos también a raíz de las elecciones del 2011.
Hablando del segundo tema ausente. En los últimos años, en especial desde la elección de Trump, se han incrementado las exigencias sobre España para su mayor integración y participación en la estructura de la OTAN, con tropas y con presupuesto. Igual que puede abrirse el debate con el CETA, ¿por qué no abrir un debate donde cuestionar nuestra participación en este sentido?
Nuestra participación siempre corresponde a decisiones multilaterales por nuestra pertenencia a determinados organismos, aunque la participación siempre es revisable, es decir, cuáles son nuestros compromisos y si estos se ajustan a nuestra visión de la política exterior. En estos momentos no creo que tengamos ninguna presencia polémica. En su día si la protagonizamos en Irak, pero en estos momentos no lo tengo tan claro.
Desde las misma elecciones, Trump estuvo planteando que los socios de la OTAN deberían renunciar a la sanidad pública y aportar más a la OTAN…
Pero eso no es multilateralismo, son los intereses de la administración norteamericana. Nosotros ya hicimos una apuesta clara por el multilateralismo y no por el seguidismo de las políticas y la estrategia de seguridad nacional de EEUU.
pfff dice:
En el lenguaje especializado del periodismo esto se llama «entrevista lameculos». ¿Por qué no les preguntasteis sobre el referendum de la OTAN, la reforma de la Constitución o la historia del PSOE con Felipe?
Lamentable. Lameculos.
los calatrava dice:
Muy buena la entrevista,si señor.Y es que el aparato de Estado por excelencia del Hegemonismo(el PP) está que salta como los monos,encima de una mesa.Si se cumplen los pronósticos del señor Ábalos,quedan tan sólo 2 añitos de recortes y un Gobierno Progresista al estilo portugués.Que se unan,que se unan