El viernes, Zaatero dijo en una reunión con empresarios que “tenían que preservar todo el empleo que pudieran”. Las palabras de Zapatero son claras, sálvese quien pueda, el capital primero y las mujeres y los niños, si pueden, después. Es como un llamamiento desesperado a unos empresarios que están haciendo justo lo contrario, por lo menos los grandes.expedientes de regulación de empleo, como Telefónica o General Motors, por poner sólo dos ejemplos porque la lista sería interminable. Las Pymes sometidas a la doble tenaza de las deudas de la empresa privada, que paga mal y tarde, y del Estado, responsable directo de la quiebra del 25% de las empresas, con las que tiene deudas millonarias. Para regalar millones de euros a los banqueros sí que hay dinero público pero para pagar deudas de trabajos hechos no. Si es el mismo Estado el que fomenta el cierre de empresas y por tanto el incremento del paro que podemos esperar de un Gobierno cuyo principal objetivo está siendo que la banca se salve a toda costa de los mordiscos de la crisis y poco le importa que esto sea a costa de los trabajadores o de la pequeña y mediana empresa o que nos hundamos en la miseria, 800.000 familias viven sin que ninguno de sus miembros trabaje, el doble que el año pasado. Esto es una vergüenza.