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El peso de los salarios en el reparto de la tarta` nacional se desploma a mí­nimos históricos

La pérdida de empleo pasa factura a la distribución de la renta nacional. Hasta el extremo de que en 2012 el peso de los salarios respecto del Producto Interior Bruto (PIB) ha caído a niveles históricos. O dicho en términos más precisos. La remuneración de los asalariados ya representa únicamente el 45,8% del PIB, dos puntos porcentuales menos que un año antes, y 3,1 puntos menos que en 2010. O expresado en otros términos más comprensibles: el año pasado la remuneración de los asalariados disminuyó en 27.582 millones de euros. O en 31.737 si se compara con el nivel registrado en 2010.

¿La causa? Sin duda el intenso ritmo de destrucción de puestos de trabajo, toda vez que, como sostiene el Servicio de Estudios del BBVA, “la reducción de los costes laborales unitarios continúa haciéndose principalmente a través de la destrucción de empleo”.

No ocurre lo mismo con los otros componentes de la renta nacional: el excedente bruto de explotación (los beneficios empresariales) y los impuestos, que ganan peso en el reparto de la ‘tarta’ nacional. En el primer caso, los excedentes empresariales representan ya el 45,1% del PIB (1,4 puntos más que en 2011 y 3 puntos por encima de 2010); mientras que, en el caso de los impuestos, suponen el 9,1% del PIB.

Para hacerse una idea de cómo ha evolucionado el reparto de la riqueza hay que tener en cuenta que el peso de los salarios en el PIB se ha situado durante las dos últimas décadas muy ligeramente por debajo del 50%, lo que significa un retroceso de alrededor de cinco puntos a consecuencia de la crisis, que ha castigado sobre todo al empleo.

Expresado en euros, esto significa que la remuneración de los asalariados ha retrocedido en 56.605 millones desde que estalla la burbuja inmobiliaria. Hay que tener en cuenta que, desde el tercer trimestre de 2007, la economía ha perdido nada menos que 3,5 millones de puestos de trabajo. Tan sólo el último año, se destruyeron 805.000 empleos a tiempo completo, según el Instituto Nacional de Estadística.

Una evolución muy dispar

Los datos aparecen en la Contabilidad Nacional correspondientes a 2012, que reflejan que el PIB ascendió el año pasado a 1,051 billones de euros (a precios de mercado). De esta cantidad, 481.038 millones proceden de la remuneración de los asalariados; 474.604 millones son beneficios empresariales y el resto, impuestos. Con una evolución a lo largo de 2012 que refleja fielmente lo sucedido en estos últimos años.

Mientras que la remuneración de los asalariados cayó en 2012 un 5,4% (la tres cuartas partes por culpa de la destrucción de empleo), las rentas empresariales crecieron un 2,2%, por debajo del 5,5% que crecieron los impuestos, principalmente tras la fuerte subida del IVA

Los datos del INE ponen de manifiesto, en todo caso, la intensidad de la crisis. De hecho, el PIB de España -esos 1,051 billones- es todavía inferior al nivel registrado en 2007. O expresado en otros términos. Con base 100 en 2008, el Producto Interior Bruto se sitúa en el 94,2%, lo que idea de la intensidad de la recesión.

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