«La alta estima en que los chinos tenían al presidente estadounidense, Barack Obama, y su administración demócrata ha estado desvaneciéndose desde que EEUU vendió armamento de alta tecnología a Taiwán, a finales de 2009. La situación no ha hecho más que empeorar luego de que Washington comenzara a dar demostraciones de fuerza, enviando su poderoso portaaviones nuclear a las aguas adyacentes a China.»
A esar de la carga de deudas que soporta su país, a los militares de EEUU nunca les faltan fondos, y sus cañoneras humeantes siguen su marcha infatigable, siempre listas a disparar. Y Beijing, como es de suponer, no se siente nada feliz. Este país no debe acudir a reacciones extremas. Después de todo, el Pentágono sólo está alardeando, mostrando su poderío y predominio militares, a pesar de que el Tío Sam tiene cada día más vacíos los bolsillos. Como bien han señalado algunos economistas estadounidenses, hay ciudades de su país que sólo usan el alumbrado público parcialmente de noche (para ahorrar dólares), pero sus sofisticados navíos de guerra navegan sin preocupación día y noche por los siete mares. (DIARIO DEL PUEBLO) LA JORNADA.- En esta escandalosamente antidemocrática democracia de, para y por los empresarios (según frase acuñada por Vicente Fox, que resume una espantosa realidad nacional), que hunde al país pero fortalece cada día más a la oligarquía y en medio de promesas incumplidas de ya saben quién sobre equilibrar la distribución del ingreso y la riqueza y combatir a los monopolios privados, se confirma que tal forma de gobierno es profundamente desigual incluso para los privilegiados hombres de negocios: hay de primera, de segunda y de tercera, y son ellos los que dan cuerpo a los 100 grupos privados más poderosos del país. China. Diario del Pueblo El Pentágono y su política de cañoneras Li Hong La alta estima en que los chinos tenían al presidente estadounidense, Barack Obama, y su administración demócrata ha estado desvaneciéndose desde que EEUU vendió armamento de alta tecnología a Taiwán, a finales de 2009. La situación no ha hecho más que empeorar luego de que Washington comenzara a dar demostraciones de fuerza, enviando su poderoso portaaviones nuclear a las aguas adyacentes a China. Nadie podrá regatear a China el decisivo aporte que hizo para conjurar los nocivos efectos de la crisis financiera y la recesión globales, derivadas ambas de la desregulación impulsada por EEUU, para lo cual el país asiático compró bonos de la Hacienda estadounidense, como forma de apoyar los decisivos de gastos de estímulo en ese país. Hace ocho meses, el presidente Obama dijo al mundo que “el ascenso de una China fuerte, próspera, puede ser una fuente de poderío para la comunidad de naciones.” Sin embargo, hoy es muy difícil detectar algo de calidez en las relaciones bilaterales. A pesar de la carga de deudas que soporta su país, a los militares de EEUU nunca les faltan fondos, y sus cañoneras humeantes siguen su marcha infatigable, siempre listas a disparar. Se afirma que el super-portaviones George Washington, después de efectuar un ejercicio de alto perfil con Corea del Sur en el mar de Japón, y de acoger la visita de un grupo de generales vietnamitas en el mar de la China Meridional, protagonizará otra maniobra con los surcoreanos en el mar Amarillo, en una zona desde la cual los cazas F-18 podrían alcanzar a Beijing. Y Beijing, como es de suponer, no se siente nada feliz. Una declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de China puntualizó: “Hemos reiterado en varias ocasiones nuestra oposición clara y firme” a cualquier maniobra en el mar Amarillo. Por su parte, un general chino advirtió que los planes de EEUU de colocar el George Washington a las puertas de China podrían provocar una “respuesta económica”. Algunos comentaristas en línea han recomendado que China adopte medidas discretas para expresar su descontento, incluida una moratoria temporal en su compra de deudas a EEUU. Pero no faltan los que propugnan un “ojo por ojo”. Este país no debe acudir a reacciones extremas. Después de todo, el Pentágono sólo está alardeando, mostrando su poderío y predominio militares, a pesar de que el Tío Sam tiene cada día más vacíos los bolsillos. Como bien han señalado algunos economistas estadounidenses, hay ciudades de su país que sólo usan el alumbrado público parcialmente de noche (para ahorrar dólares), pero sus sofisticados navíos de guerra navegan sin preocupación día y noche por los siete mares. Es lo que en China denominaríamos “bai-ja-zi” (hijo pródigo). Observadores del acontecer global consideran que detrás de las más recientes posturas de provocación militar, Washington esconde una bien definida agenda geopolítica. A pesar de la rotunda afirmación del presidente Obama de que “EEUU no intenta contener a China”, lo que procura Washington es crear un arco de “aliados” que circunde a China. No en balde la Secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, extendió su mano al ex archienemigo de su país, Vietnam, durante la reunión sobre Seguridad en el Sudeste Asia, celebrada el mes pasado en Hanoi, capital vietnamita. La intención de EEUU de plantar las semillas de la desconfianza entre China y sus vecinos ha surtido los efectos deseados en algunos. Por ejemplo, no hace mucho, un veterano político integrante de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático ANSEA afirmó que si el creciente poderío militar y económico de China no es “equilibrado” por EEUU, el Tío Sam podría correr el riesgo de perder de liderazgo global. Más claro que el agua. Algunos en la región, sumándose al viejo orden que propala EEUU, se sienten intimidados por el acelerado crecimiento económico de China. Vietnam se sumó a EEUU en la dura arremetida contra China por una solución a los litigios limítrofes en el mar de la China Meridional, durante la reunión de Hanoi. Allí, Clinton sugirió el establecimiento de un mecanismo internacional para resolver el diferendo, dando a entender por primera vez la intención de su país a involucrarse directamente en el tema. Beijing no está solo en el rechazo a esta posibilidad. El Secretario de Relaciones Exteriores de Filipinas, Alberto Rómulo, ha advertido a Washington que se mantenga al margen. “Es la ANSEA y China. ¿Me hago entender? Es la ANSEA y China. ¿Queda claro?”, dijo a la prensa. Calculo empero que pasará mucho tiempo antes de que EEUU deje de meter las narices en cualquier rincón del globo. Habrá quienes saluden con salvas ese día; otros lamentarán su llegada. China, por su parte, con sus 5.000 años de historia y una cultura marcada por la benevolencia, puede mostrarse flexible y tolerante ante la actual agresividad castrense de EEUU. Bien haría nuestro país en pasar por alto la animadversión del Pentágono y concentrase en desarrollar su meta de expansión económica, modernización militar y acercamiento amistoso hacia todos los países del mundo. DIARIO DEL PUEBLO. 13-8-2010 México. La Jornada Riqueza: concentración en la concentración C. Fernández-Vega En esta escandalosamente antidemocrática democracia de, para y por los empresarios (según frase acuñada por Vicente Fox, que resume una espantosa realidad nacional), que hunde al país pero fortalece cada día más a la oligarquía y en medio de promesas incumplidas de ya saben quién sobre equilibrar la distribución del ingreso y la riqueza y combatir a los monopolios privados, se confirma que tal forma de gobierno es profundamente desigual incluso para los privilegiados hombres de negocios: hay de primera, de segunda y de tercera, y son ellos los que dan cuerpo a los 100 grupos privados más poderosos del país. No es novedoso decir que en México se concentran riqueza e ingreso en una cuantas manos ni que el autodenominado gobierno trabaja afanosamente para que el perfil sea peor, pero sí llama la atención que incluso en la estructura de los 100 consorcios empresariales más ricos de esta supuesta República se registran casos de concentración en la concentración, toda vez que de ellos tan sólo 10 (los más ricos entre los muy ricos) se quedan con 60 por ciento de los activos totales de esa centena. Es más, aún dentro de esa selecta decena sólo uno se queda con más de 40 por ciento. Ante tan deprimente panorama vale el recuento que sobre el particular hicieron los investigadores de la Cepal (con datos al cierre de 2007), cuyas conclusiones sólo confirman lo que aquí se comentó días atrás: que se jodan los más, porque hay que atender las necesidades de los menos. Así, el citado organismo señala que con base en la información disponible se aprecia que los grupos económicos mexicanos registran una creciente aportación al PIB, lo que da cuenta de un proceso de concentración y centralización de ventas, activos totales, pasivos y patrimonio en manos de pocos grupos. La aportación de estos mismos grupos en términos del empleo y de los excedentes de explotación es de menor importancia. “Se observa un fenómeno de concentración en favor de los 10 primeros grupos económicos mexicanos y en desmedro de los otros grupos y empresarios registrados por Expansión. Los 10 primeros representan más de 60 por ciento de los activos totales, pasivos y patrimonio de los 100 principales grupos empresariales. Entre 2005 y 2007, llama la atención que esta participación es creciente en lo concerniente a los activos totales y pasivos, implicando un fenómeno de concentración.” A diferencia de otros países, la mayoría de esos 100 consorcios no cuenta en general con instituciones financieras bajo su control o que formen parte del grupo correspondiente. En 2007, de esa centena sólo 12 contaban con instituciones financieras asociadas o que constituyen el núcleo central de sus actividades. En los 10 primeros corporativos nacionales sólo existen vinculaciones financieras directas en el caso de Carlos Slim-Grupo Financiero Inbursa y otro consorcio de Nuevo León. En la siguiente tanda (los grupos del 11 al 20), Ricardo Salinas Pliego-Banco Elektra y Antonio Del Valle Ruiz-Grupo Financiero Ve por más. En las posiciones del 31 al 40 aparecen el Ixe e Invex. En los escalones del 51 al 100 figuran grupos propiamente financieros, pero de limitada envergadura nacional: Banco del Bajío, Banregio, Interacciones (de la familia Hank González), Afirme, Mifel y Monex. Se quedan con la mayor tajada, pero su efecto social es limitado: aparentemente la contribución al empleo nacional de los 100 empresarios es relevante, pero adquiere su exacta dimensión cuando se conoce que, con relación a la población asalariada (que recibe sueldos y salarios) y la población ocupada nacional, la aportación no es significativa, ya que equivale a 5.8 y 3.5 por ciento del total nacional de esas poblaciones. La contribución al empleo es menos concentrada en comparación con las ventas totales respecto del producto, ya que en 2007 los 10 primeros grupos absorbieron sólo 2.8 por ciento del empleo asalariado nacional y 1.7 por ciento de la población ocupada total. Los cinco primeros corporativos captaron 1.8 por ciento y 1.1 por ciento, respectivamente. Los grupos del 11 al 20, 1.2 y 0.7, y del 21 al 30, 0.7 y 0.4. Los investigadores de la Cepal subrayan la existencia de un evidente proceso de concentración favorable a los grupos económicos de mayor tamaño. “Entre 1993 y 2004 las grandes empresas emplearon a 21.1 y 28.4 por ciento, respectivamente, del personal ocupado de la economía. Las 500 mayores empresas mexicanas reportadas por Expansión tuvieron ventas netas equivalentes a 18.2 por ciento del PIB en 1990, a 50 por ciento en el año 2000 y hasta 73.5 por ciento en 2004. En este último año, 5.4 por ciento de esas empresas fue de capital estatal, 57.8 por ciento privadas nacionales y 36.8 por ciento extranjeras.” Por si fuera poco, se constata la existencia de una mayor capacidad instalada ociosa, derivada de niveles de sobreinversión, cuyo objeto es mantener barreras a la entrada de competidores elevando los estándares de equipamiento. Estos empresarios invierten en exceso aumentando las barreras y tendrían la capacidad para atender con mayor celeridad los cambios imprevistos en la demanda. Con la información disponible es claro que la concentración de los activos es muy elevada y se incrementa en el tiempo. Entre 2006 y 2007 se registra un importante crecimiento en los activos totales de los 100 empresarios analizados. Sin embargo, el comportamiento es disímil, ya que la mayor parte de este incremento se explicaría por lo ocurrido en los 10 primeros grupos y en los ubicados en las posiciones 41-100. En conjunto, los 100 mayores empresarios se financian sobre todo con capital de terceros, mientras las aportaciones de capital propio por medio del patrimonio son limitadas. La situación es obvia en el caso de los 10 primeros grupos empresariales cuya expansión de los activos totales se financia con pasivos (rescatados después con recursos públicos) y en menor proporción mediante el incremento del patrimonio. Sólo como referencia, es interesante constatar que entre 2006 y 2007 la expansión de los pasivos de los 100 primeros empresarios mexicanos fue equivalente a 76.2 por ciento de la variación del crédito al sector privado del sistema financiero, de acuerdo con la información reportada por las estadísticas financieras internacionales del FMI. He allí una pincelada de lo resultona que ha salido la democracia de, para y por los empresarios. LA JORNADA. 9-8-2010