Sí hubo debate del Estado de la Nación. Mientras el Parlamento callaba, la calle hablaba. El divorcio entre el gobierno y el pueblo se agranda por momentos. En respuesta a la negativa de Rajoy de celebrar el Debate sobre el Estado de la Nación 2012, el movimiento 15-M sí lo hizo bajo el lema »Si ellos no quieren hablar, nosotros SI».
El camino de intervención y saqueo que nos hacen seguir no es el único posible. Con este espíritu el 15-M abordó el pasado 25 y 26 de julio un debate ciudadano sobre la deuda española, el rescate a la banca, las políticas europeas, la burbuja inmobiliaria, la reforma laboral o los EREs. En un segundo bloque dedicado a los derechos sociales, se oyó a representantes de «Yo SÍ, sanidad universal», un movimiento de usuarios y trabajadores del SNS para la desobediencia civil frente a la exclusión de cientos de miles de personas de la atención sanitaria; o de la PAH (Plataforma de Afectados por las Hipotecas) que cifraron en 510 los desahucios diarios en el primer trimestredel año, a la espera de las 374.230 ejecuciones hipotecarias pendientes. «»Si ellos no quieren hablar, nosotros SI», este fue el lema del Debate del Pueblo sobre el Estado de la Nación»Soluciones del pueblo para el puebloEn la jornada sobre alternativas se han fijado una batería de “otras formas” de organización.
Por ejemplo para el fomento de cooperativas de trabajo o de consumo que compran productos directamente a los productores eliminando los intermediarios. La reivindicación de una Banca Pública que canalice el crédito de forma democrática. O una ILP para la dación en pago retroactiva, actualmente en marcha. Por otro lado, la objeción de conciencia en sanidad frente a los recortes o la «autoorganización para una enseñanza de calidad»…
Sin duda nuestro programa de redistribución de la riqueza, más democracia y soberanía nacional tiene muchos puntos de unidad con lo propuesto en Puerta del Sol. Día tras día, en actos como este se demuestra que sí hay alternativa al saqueo y la intervención.
Y también que es posible e imprescindible un Frente de Unidad, político y social que canalice la inmensa corriente de rechazo.