Probablemente, lo más duro de conocer las cifras de paro es que a continuación no pasa nada. En cualquier otro país, y a la vista de que en apenas un año se han destruido 600.000 puestos de trabajo, el presidente del Gobierno hubiera llamado uno a uno a los principales dirigentes políticos y sociales para aprobar medidas de emergencia y ponerse el país en sus espaldas. Pero aquí, como le sucedía al escultor Giacometti, nunca pasa nada pese a que en sólo cuatro años se ha perdido casi un 15% de la fuerza laboral. Lo nunca visto desde el periodo de entreguerras en Europa. España está a punto de alcanzar, incluso, la tasa de paro más alta registrada en EEUU durante la Gran Depresión de 1929: un 24,9% de la población activa. Pero en España, como le ocurría a Giacometti, nunca pasa nada.