Obituario: Emiliano Aguirre

El padre de Atapuerca

Desde Foros21 queremos rendir un merecido homenaje al recientemente desaparecido Emiliano Aguirre, cofundador del Equipo de Atapuerca, uno de los más brillantes expertos en evolución humana de nuestro país, y mentor e inspiración de toda una generación de paleontólogos.

Con Emiliano Aguirre, recientemente fallecido, la paleontología y el estudio de la evolución humana pasó prácticamente de la nada a situarse en la élite mundial, con Atapuerca como buque insignia.

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Pasión, tesón, conocimiento y éxito

En julio de 1983, uno de los periódicos más leídos en España anunciaba el descubrimiento de “restos fósiles de considerable importancia, pertenecientes a hombres que habitaron la zona en una etapa anterior a la de Neanderthal”. La noticia informaba que se encontraban “en un yacimiento que ha sido denominado Atapuerca 2”.

Era un pequeño recuadro a pie de página. Atapuerca estaba en sus inicios, y no ocupaba titulares ni portadas. Pero su entonces director, Emiliano Aguirre, ya anunciaba que “este yacimiento puede ser único en Europa”.

En 1994 toda la sociedad española empezamos a conocer Atapuerca. Ese año se descubrieron en Gran Dolina, una parte del yacimiento burgalés, restos de un homínido fósil muy antiguo, catalogado como una nueva especie humana: el Homo Antecessor.

Desde entonces, Atapuerca se ha revelado como uno de los mayores tesoros para conocer la evolución humana. Es el yacimiento con más fósiles humanos del mundo, se han encontrado en él restos de cinco especies de homínidos diferentes, desde el Homo sapiens y neanderthalensis, hasta los preneandertales (500.000 años), el ya mencionado Homo Antecessor (850.000 años) y una especie Homo aún por determinar con una antigüedad de 1,3 millones de años.

Pero llegar allí costó mucho. Hubo que avanzar muy despacio durante muchos años, y casi siempre en contra de la corriente.

En 1983, cuando empezaron a descubrirse fósiles de relevancia, hubo que suspender las excavaciones porque la subvención otorgada se acabó, y hubo que pelear mucho para que se renovara.

Detrás de todos los esfuerzos que han conducido a Atapuerca a la élite mundial encontramos siempre el nombre de Emiliano Aguirre.

El legado de Emiliano Aguirre está en la dimensión global de Atapuerca, bajo la dirección de investigadores españoles

En 1976, cuando uno de los estudiantes a los que dirigía la tesis encontró lo que parecían restos humanos, Emiliano Aguirre fijó su atención en Atapuerca. Solo un año después, en 1977, ya anunciaba que esos fósiles podían pertenecer a los primeros pobladores de Europa, y anticipaba que Atapuerca iba a llenar un vacío en la historia de la evolución humana.

Como certifica Juan Luis Arsuaga, hoy codirector de Atapuerca, “Emiliano Aguirre fue un visionario”. Sus anuncios a mediados de los años setenta parecían quimeras imposibles. Entonces apenas existían restos fósiles humanos descubiertos en nuestro país, la paleontología humana apenas existía como disciplina en España, y ocupábamos un lugar absolutamente marginal en los estudios sobre la evolución de nuestra especie.

Pero Emiliano Aguirre vio al momento la importancia capital de Atapuerca. Y creó los cimientos que permitieron su extraordinario despegue.

En Atapuerca está expresado el carácter colectivo de la ciencia, una empresa que necesita el trabajo de muchos, de varias generaciones, para tener éxito. Y que requiere, desde luego conocimiento, pero también pasión, empeño, tesón, mantenido durante años antes de que el éxito llegue. Cualidades que Emiliano Aguirre, que ahora nos ha dejado, representó como nadie.

Y desde España se hizo una ciencia más moderna

Pero la potencialidad de los descubrimientos de Atapuerca no hubiera estallado si Emiliano Aguirre no hubiera tomado decisiones determinantes, y para algunos insólitas.

Frente al impuesto “atraso español”, Emiliano Aguirre, como resalta Juan Luis Arsuaga, “hizo una ciencia más moderna que muchos de sus contemporáneos, aquí y allá”. Comprendió que no puede entenderse la evolución humana sin estudiar el contexto en que se produjo, geográfico, climático, geológico, ecológico, cultural… Contra el reduccionismo de la hiperespecialización adoptó una visión amplia y generalista de la ciencia. Rebelándose contra el cortoplacismo, puso las luces largas, concibiendo un proyecto a largo plazo. Y construyó un equipo multidisciplinar, donde bajo su dirección trabajaban arqueólogos, paleontólogos, geólogos, antropólogos…

Emiliano Aguirre fue clave para que triunfara en España una interpretación materialista sobre la evolución humana

Y Emiliano Aguirre dio la respuesta adecuada a la pregunta clave. Cuando empezaron las excavaciones de Atapuerca, sus colegas extranjeros le decían: “Emiliano, pero ¿quién va a ponerse a estudiar esto?”. Su respuesta era siempre la misma: “Yo me encargaré de formarlos”.

Emiliano Aguirre estaba conectado con los más avanzados estudiosos de la evolución humana. Trabajó codo con codo con Clark Howell -el descubridor de Lucy, un esqueleto de homínido de tres millones de años-, con Richard Leakey -que revolucionó la comprensión de la evolución al encontrar fósiles de Homo erectus– o Phillip Tobias -que identificó la especie Homo Habilis.

Pero su objetivo era formar en España una generación de científicos que pudieran colocarse en la élite mundial. Y lo consiguió.

Ante la magnitud de lo que Atapuerca anunciaba, y la falta de medios y especialistas en España, parecía “lógico” que de su estudio se encargaran expertos extranjeros. Emiliano Aguirre se negó a seguir ese camino. Buscó a estudiantes para incorporarlos al equipo que investigaba Atapuerca. Entre ellos Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, que hoy codirigen Atapuerca y están por derecho propio en la “champions league” de la paleontología mundial. Pero fueron muchos más. Emiliano Aguirre formó a toda una generación de científicos de la evolución humana, demostrando que, si hay voluntad, en España existe un ilimitado potencial científico.

Emiliano Aguirre fue clave para que triunfara en España una interpretación materialista sobre la evolución humana, combatiendo cualquier tipo de idealismo. Y aunque fueron claves sus contribuciones en Atapuerca, dejó huella en otros muchos lugares. Por ejemplo en Andalucía, donde en la provincia de Granada descubrió más de una veintena de yacimientos con fósiles de entre 900.000 y 1.200.000 años de antigüedad.

La ciencia española está en deuda con Emiliano Aguirre. Su legado está en la dimensión global alcanzada por Atapuerca, bajo la dirección de investigadores españoles.

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