Muchas voces alertan del peligro de una recesión, un retroceso en la producción cuya consecuencia más inmediata es el aumento del paro. Incluso a la hora de argumentar la urgencia de un gobierno en España, se esgrime la necesidad de tener un gabinete que afronte los peligros económicos que acechan.
Pero ¿No estábamos en una época de bonanza y crecimiento tras la gran crisis pasada? Sí, pero las imposiciones y maniobras de EEUU para prolongar su hegemonía sacuden de nuevo la estabilidad mundial.
Crisis provocada
Japón está en crecimiento cero, y Alemania técnicamente en recesión tras dos trimestres consecutivos de disminución de su Producto Interior Bruto (PIB), con una caída de la producción industrial del -5,2% en un año, dañada por los aranceles de Trump al acero y el aluminio, reduciendo sus exportaciones. En Reino Unido sumido en una aguda crisis política, su sector productivo decae un -1,4%, y la construcción otro -1,3%. Italia arrastra un año con su producción estancada. Turquía, cuya economía crecía en 2017 al mayor ritmo de todo el planeta, lleva nueves meses en negativo. Francia aún crece un exiguo 0,2%. Brasil acumula dos trimestres en retroceso. Argentina no puede devolver sus préstamos al FMI. En EEUU, a pesar de crecer su PIB, la producción manufacturera ha disminuido desde comienzos de año. En España ha subido el paro en periodo de verano por primera vez en una década, debido también a la caída de las manufacturas, aunque el PIB sigua creciendo gracias a otros sectores.
La recesión es pues un hecho consumado para varias naciones, y una seria e inmediata amenaza para otras.
El desencadenante
El ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz, preguntado sobre la recesión de su país lo achacó a la guerra comercial y el Brexit, y lo definió como»una crisis provocada por el hombre».
No se puede comprender lo que ocurre al margen del dominio que EEUU ejerce sobre numerosas naciones (Europa especialmente) para trasladarles sus problemas económicos, en su pugna por detener su declive y contener el crecimiento chino y de otros países emergentes. El dominio norteamericano es el elemento tóxico que amenaza la economía mundial. Ocurrió con la crisis que estalló en 2008 y los años siguientes bajo la Administración de Obama. Y también ahora con la aceleración que en este sentido supone la línea proteccionista de Trump, rompiendo tratados y normas internacionales.
Desde que en enero de 2018 la administración norteamericana impusiera los primeros aranceles, no ha habido un solo mes en el que no haya aplicado, o amenazado con aplicar, nuevas tasas y restricciones al comercio mundial, especialmente a China; pero también a Europa y otras naciones.
Los golpes contra China repercuten en el comercio de todo el mundo, pues es ya el principal mercado de consumo para cualquier exportador. Allí va una de cada diez ventas de la Unión Europea. Y para 25 millones de europeos sus trabajos dependen directamente de la producción de mercancías para exportar.
El Breixit británico, resta otro mercado y desestabiliza toda Europa. Una guinda del pastel, que también ha promovido activamente la Casa Blanca.
Bullying imperial
El Diario del Pueblo de Pekin denunció recientemente “una escalada grave y unilateral” por parte de EEUU, que “empleando tácticas de abusón” hacia China. La agencia de noticias oficial repetía la idea publicando que “EEUU debe dejar de comportarse como un acosador escolar”.
Los ataques de EEUU a China se han concentrado en tres frentes: reducir la transferencia de patentes, componentes y software en informática hacia las empresas chinas; y cargar de aranceles sus manufacturas para reducir la exportación hacia EEUU y constreñir su desarrollo; e impedir que otras naciones accedan a la inminente red 5G que revolucionará la telefonía y trasmisión de datos, a través de la tecnología china.
Algo no funciona
“Comiencen a buscar una alternativa a China, incluyendo traer sus empresas a casa y producir en los Estados Unidos”: Este era el tuit con el que en agosto, Trump pretendía mandar una orden a las multinacionales estadounidenses.
La administración norteamericana busca reducir las inversiones de sus monopolios en otras naciones y promover la repatriación de capital para volver a producir en su país. Y especialmente evitar que al fabricar en China, los procesos productivos, la tecnología y las patentes se generalicen y sean de dominio de las compañías asiáticas.
Para los monopolios de EEUU renunciar a fabricar y vender en China supone dejar de ostentar una posición del dominio global en su sector. ¿Qué compañía puede aspirar a ser la mayor del mundo si no es importante su presencia en el mayor mercado? Como ejemplo, Tesla instalará su «super fábrica» global en Shanghai.
Las filiales norteamericanas que fabrican en China facturan en ese mercado una cifra de negocios equivalente al triple de todas las exportaciones de EEUU al Gigante de Oriente. De hecho la inversión estadounidense sigue aumentando en China.
Aranceles y más aranceles
Hasta 6.300 productos chinos llenan ya las listas de las aduanas norteamericanas con las nuevas tasas que deben soportar, incrementando su precio entre un 10 y un 25%. Desde enero de 2008 en que comenzaron los EEUU a establecer el proteccionismo, hasta en siete ocasiones ha ido aumentado la cuantía del arancel, y el número de mercancías afectadas.
El efecto del proteccionismo del gobierno Trump es de momento el contrario al anunciado: El déficit comercial de EEUU batió el récord de la última década: Un 12,4% más que antes de imponer restricciones al comercio. En particular con China, se amplió el año pasado hasta una plusmarca de 370.486 millones de euros, un 11,6% más.
Como muestra el gráfico (ver imagen), el déficit comercial de EEUU respecto a China sigue aumentando pese a los aranceles, al mismo ritmo que bajo el mandato de Obama.
La batalla del 5G
El último Mobile World Congress celebrado en Barcelona fue testigo de un nuevo avance tecnológico: la red 5G. Al tiempo se convirtió en un campo de batalla en el que la delegación estadounidense intentó promover el veto al acceso de China a la instalación de esta nueva red en Europa. El punto álgido ha sido el boicot decretado contra Huawei, y suspendido por tres meses a la espera de negociaciones.
La nueva de red 5G es un salto cualitativo en las comunicaciones. El control y acceso a esa red puede quedar por vez primera en treinta años, al margen del control y monopolización por EEUU. Alemania ya ha ignorado las directrices de Washington y negocia con Huawei el desarrollo de su red 5G, junto a otros países que acumulan el 40 % del PIB mundial.
Lo que intenta Washington es que el resto de naciones no la implanten apoyándose en empresas y equipos chinos. Un factor con el que las naciones ganarían en autonomía. Porque el dominio político, militar y el saqueo económico que practica EEUU necesita que los demás países le sean dependientes en los campos más cualitativos.
¿Y si la recesión avanza?
La enorme Deuda
Si la recesión se extiende en el tiempo, o se caminara hacia la crisis, EEUU y Europa estarían en una situación mucho peor que en el crack de 2008. La Deuda Pública creció un 60%, para inyectar dinero y salvar a los bancos, y monopolios no ha deja de crecer. Por el contrario, las naciones emergentes con China a la cabeza, tienen los más bajos niveles de Deuda.
EEUU incrementa sus gastos con inversión en infraestructuras públicas y aumento de presupuesto militar, a la vez que reduce ingresos por impuestos: las cuentas sólo cuadran elevando el endeudamiento. Para financiarlo incrementan sin cesar una Deuda Pública que se ha duplicado en menos de una década.
Grecia, también debe el equivalente al 174,2% del PIB, Italia un 133%; Portugal 119,5%; Bélgica, y Francia el 99% España 96%, … Pero el endeudamiento público de EEUU se incrementó por si solo de manera superior a la suma de los siguientes 14 países más desarrollados. Y si se le suma la deuda de empresas y privada, EEUU es, con mucho, el país más endeudado del mundo, alcanzando un 600% de su PIB. Ahora bien, Washington usa su posición de dominio para endosársela al resto de naciones: A través del control sobre la economía mundial, y como cabeza de la “Cadena Imperialista” EEUU descarga sobre los países dependientes una parte de sus pérdidas.
Comparación Deuda Pública de los Estados en miles de millones de dólares | ||||
NPaís | Deuda 2012 | % PIB | Deuda 2018 | % PIB |
EEUU | 13.019.000 | 103% | 18.036.000 | 107% |
Japón | 11.050.000 | 229% | 10.538.000 | 237% |
China | 228.4000 | 34% | 4.494.000 | 44% |
En el crack de 2008, la losa para Europa fueron los activos financieros tóxicos con los que EEUU vació las cajas fuertes de la banca, y cómo mediante el control que ejerce de los organismos económicos trabajó para traspasar sus deudas (agencias de calificación, Banco Mundial, Fondos de Inversión…). Hoy, esa losa, no es la competencia china, que ofrece su inmenso mercado abierto en contrapartida a sus exportaciones, sino el dominio EEUU que sólo puede costearse la posición imperial consumiendo la riqueza de sus aliados.
De entre estos, por supuesto España que con su doble relación como eslabón débil de la cadena imperialista de Washington y subordinada a Berlín, está expuesta a un saqueo incesante (el 70% de todas las empresas del Ibex35 está ya en manos extranjeras). Si la recesión avanza y ante una nueva crisis sólo podemos esperar más exigencias, entrega de sectores económicos y de recortes para el pueblo trabajador.
AnarcoÑ dice:
Es decir, que la supuesta Potencia alemana resulta que entra en recesión (y vaya recesión…) porque las producciones estadounidenses le cierran la salida de extracciones/materias primas/ síntesis materiales de equipo (hierro, acero…). Tal y como sucede con cualquier colonia de abastecimientos.
Angel Roldan Lopez dice:
Esttoy de acuerdo que es una crisis prvocada, con las prvocaciones y aranceles a China del presidente de Estados Unidos.Creo que queda claro a quien puede beneficiar esta crisis, es injusto , es indignante que sin haber salido de un crisis nos metan en otra. Para eso estamos en un sistema capitalista? . Para este viaje no necesitamos tantas alforjas me patece a mi