El gran éxito de la animación española coloca sobre la mesa las claves para convertir la industria del cine en un motor de la economía Bocadillo: «» Bocadillo: Bocadillo: «»
Tal y como avanzábamos en el anterior número, el fenómeno de Tadeo Jones pone en el punto de mira cuál es el verdadero potencial que tiene nuestro cine. No es que tuviera que producirse un éxito como este para saberlo, es que permanentemente se entierra la capacidad del cine español para competir a escala internacional, y las claves para combinar, como dice en la entrevista Jordi Gasull, con “equilibrio” su fantástica creatividad, la reputada capacitación de nuestros profesionales, y una fuente generadora de empleo y riqueza al servicio del país y del conjunto de la sociedad.
Recientemente, a raíz de los recortes sufridos en el mundo de la cultura y la retirada de subvenciones, se han hecho fuertes las voces que levantan la bandera de la competitividad para justificarlos. “Si no es competitivo que desaparezca”, o “Las subvenciones lastran la capacidad competitiva”. No creo que haya nadie que pueda echarle en cara a esta casa su independencia frente a cualquier tipo de subvención. Pero una cosa es defender la libertad frente al dogal del sistema de subvenciones, y otra muy diferente justificar así la asfixia del cine. Y mucho menos si eso significa abrir la puerta a una ley que pondrá en manos de bancos, monopolios y multinacionales la producción cultural.
No es nueva la estrategia de estrangular una industria para justificar su secuestro. Y decimos secuestro, que no privatización, porque los derroteros por los que transitamos no son los de un “libre mercado” en el que pequeños los inversores o “mecenas” compitan en condiciones de igualdad. Más si emergen ejemplos como el de Tadeo Jones, al que no pretendemos presentar como abanderado, sino extraer conclusiones fuertes de él para tomar conciencia de cuáles son las claves que vale la pena extender. Tomar conciencia de que cuando no se puede no solo es porque no se quiere, si no porque no se deja. Este trabajo de Enrique Gato, Nicolás Matji, y Jordi Gasull rezuma audacia de la que hay que aprender.«Una audacia de la que hay que aprender»
Tadeo Jones ha batido todos los récords en taquilla para una película española de animación, y, desde luego, ha marcado un hito importante en su difusión internacional. ¿A qué se debe el éxito de Tadeo Jones?
A varios factores. Ha habido una buena campaña que ha ayudado a que el personaje se conozca y se convierta en evento. Después, por mucho que se promueva, si no gusta desaparece en seguid. Ha habido una película que gusta al público que va dirigió, que ha hablado bien de la película en su entrono. Nos encontramos sorpresas como que un lunes o martes hacen más taquilla que la semana anterior. Solo ha tenido algunos bajones, y quizás el único bajón mas importante ha sido el último, que no lo ha sido tanto porque competía ante tres estrenos muy importantes.
Es una producción de proyección Internacional pero con un carácter muy hispano. ¿Cuáles han sido las claves a la hora de elaborar el guión?, ¿Cómo habéis conseguido ese equilibrio?
Hay una cosa fundamental, y es que es un cazatesoros atípico. Se ha dicho que es muy convencional y yo creo que no lo es, porque en todas las películas de cazatesoros, los tesoros se llevan a EEUU para estar a salvo y en esta no pasa eso, es más, en esta es el cazatesoros el que deja algo suyo en el tesoro. Es un acto de generosidad, de saber dónde hay que dejar las cosas y cuál es su lugar. Esto, en un momento en el que estamos viviendo una crisis fruto de la rapiña, yo creo que ha sido decisivo.
Es una película que defiende la generosidad, y que defiende los sueños. Es un personaje optimista que ante los problemas tira adelante. Los tesoros que importan están mas en los que te rodean. Esto es lo importante para el éxito de Tadeo en cuanto al contenido.
Cuando te entrevisté tras el éxito de Lope, decías que lo fantástico de la película era que descubría toda una serie de aspectos del teatro español desconocidos, una relativa libertad respecto al teatro del resto de Europa, o el papel de las actrices… ¿crees que Tadeo contribuye a mostrar la capacidad de nuestra industria?
La industria española en general, con honrosas excepciones, tiene un problema. Cuando te planeas escribir una historia te limitas mucho porque conoces los topes presupuestarios con los que cuentas. Hay películas, como Brave, que cuestan 200 millones, y Tadeo cuesta 10. Esto te limita la cabeza, como por ejemplo “no puedo hacer más de dos personajes a la vez hablando en la misma escena”. Pero la animación te permite algo que le comentábamos Nicolás, el productor, y yo a Enrique, el director: “pon más helicópteros, pon mas coches…”, eso es fácil hacerlo en una película de animación, cuando en una película de acción real es mas difícil. Carlos Faruolo, el sonidista que trabajó en Celda 211, decía que es un lujo porque puede hacer sonidos que nunca haría en una película normal. La animación permite una forma de expresión y una capacidad de acabados que son muy difíciles de conseguir normalmente en la acción real. Si hubiésemos querido conseguir esta historia con acción real hubiera sido mucho más difícil de presentársela al espectador. Hemos podido acercarnos a la historia de Tadeo Jones más con la animación que con la acción real. En definitiva, necesitas unos determinados medios para conseguir competir con las películas americana, medios que son muy difíciles de conseguir en nuestra economía.
En todo caso, lo que emerge es una capacidad competitiva de nuestra industria realmente importante, pese a todas las losas que debe soportar. Por decirlo de otra manera, el éxito ha de basarse en profesionales de muchísima calidad, y en potencialidades de nuestra industria que normalmente no pueden desarrollarse…
España es un país de talento en muchos campos, en el deporte, en la ciencia… las fabricas de Volkswagen españolas son las que menor índice de error tienen en el mundo, lo que quiere decir que los técnicos son gente muy preparada y eficiente. En el cine pasa lo mismo.«Tadeo Jones sabe dónde hay que dejar las cosas y cuál es su lugar»
Por otra parte, no somos los primeros en la animación y se han hecho productos de mucha calidad y con mucho talento. Hay que tener la suerte para aprovechar el momento y que el talento se exporte. De lo que estamos muy orgullosos es que Tadeo Jones es la primera película española que se estrena comercialmente en salas en China, por ejemplo. Ha habido grandes cineastas con grandes películas, y ser nosotros los primeros satisface.
Tengo entendido que el proyecto de Tadeo Jones sale adelante gracias a la determinación de un grupo de gente que persiste hasta que consigue que se vaya abriendo camino, y ha sido un largo camino. He leído incluso que es “la culminación de un sueño” ¿Cómo surge la idea de Tadeo Jones?, ¿cómo se gesta el proyecto?
Surge de casualidad. El creador es Enrique Gato, que es admirador de Jan y del cómic español. Haciendo test de animación decide crear a Tadeo, como un homenaje a Supelópez. Igual que existe Superlópez como versión cañí de Superman, Enrique se inventa a Tadeo Jones pensando en Indiana Jones.
Un día en Internet contacta con Nicolás Matji, que trabajando ha adquirido los derechos de Superlópez, y le dice que le gustaría participar en el proyecto. Enrique le manda un corto casero de Superlópez y uno que se llama Bicho. Nicolás reconoce el talento de Enrique y le dice “vamos a producir un corto”.
Con ayuda de tres guionistas reputados, Manuel Matji, José Ángel Esteban y Carlos López, preparan un guión, hacen un corto. Entonces deciden dirigirse a Columbia Pictures, donde yo estoy trabajando, me enseña el trabajo y me encanta. Yo quería hacer esto, pero me enseñan también lo de Tadeo, y les digo que porque no lo hacen, me dicen que sí, pero que es un sueño, y les digo que me dejen verlo en Columbia Pictures. En esos momentos no les interesaban los dibujos animados, pero me gustó tanto que les dije que les iba a ayudar.
En el 2005, en mayo, tuve la peregrina idea de ir a ver a George Lucas a una convención de la Guerra de la Galaxias, y nos fuimos a verle con el corto que ya estaba acabado, con unas camisetas diseñadas por la mujer de Enrique y unas pegatinas diseñadas por Nicolás. Embarqué a cuatro amigos que no tienen nada que ver con el cine, de Hospitalet, se pusieron las camisetas y nos pusimos a repartir pegatinas. Pero George Lucas no nos hizo mucho caso.
A lo mejor ahora se arrepiente…
Bueno, pensamos que ya nos lo haría en el futuro, porque nosotros creíamos en el proyecto.
Nicolás habló con un amigo guionista, Gorka Magallón, y yo con Javier Barreira, y nos pusimos a trabajar en un tratamiento cinematográfico. Como Enrique y Nicolás eran muy fans de Superlópez y conocían al creador, Jan, hablamos con él para que hiciese un cómic. El corto que habían hecho Nicolás y Gato ganó un Goya en el 2006, lo que permitió que empezara a conocerse el personaje. Así que nos pusimos a hablar con gente para sacar la película adelante, pero todo el mundo decía que estaba muy bien, pero que no veían la historia.
Entonces hablamos con Gorka Magallón y con Javier Barreira para ver si podíamos hacer un corto en el que Tadeo hablara. Yo me encargué del guión del largo, y Enrique y Nicolás hicieron otro corto. Cual fue la sorpresa cuando, no solo volvimos a ganar el Goya, sino que es nominado en los Oscars. A partir de ese momento empieza a tener ya una presencia importante. Y en esas fuimos con los dos cortos y el tratamiento del guión a ver a Julio Ariza. El trabajo le gustó y preguntó “¿esto dónde está hecho?”, y recuerdo que Nicolás le contestó, “en Alcalá de Henares, señor”, y Julio Ariza dijo “pues os voy a ayudar a hacerlo”.
¿Cómo le distéis esa proyección internacional?, porque reunir las características necesarias para que guste en tantos países…
Cuando estábamos trabajando en el guion, por el que han pasado varios guionistas, no teníamos lo que buscábamos y eso que contratamos a muy buenos profesionales, como Ignacio del Moral y Verónica Fernández, pero no lo conseguíamos. Entonces me puse a trabajar en el tema, y como tenia una visión mas internacional de Tadeo, les pregunté si nos les importaba que contratara a un guionista norteamericano que fue profesor mío y que para mi ha sido calve en el desarrollo del proyecto. Neil Landau nos ayudó mucho a encaminar a un Tadeo que, aunque mantuviese el espíritu local, porque todos somos españoles y no íbamos a dejar de dejar esa impronta en la historia, nos ayudó a tirar hacia un estilo de historia que se abriese al mercado mundial, y así fue.«Se denosta el cine comercial cuyo éxito permite proyectos más arriesgados»
En definitiva, se puede decir que es un producto hecho de acuerdo al estilo de nuestro cine pero contando y aprendiendo del punto de vista de los mejores…
Neil Landau ha trabajado de analista en películas como Spiderman o Parque Jurásico. Es un tipo con mucha experiencia, que nos ha ayudado a generar el mundo de Tadeo Jones.
Antes hablábamos de las facilidades que te permite la animación, sobretodo enfocándolo desde el aspecto del presupuesto, pero ¿crees que la animación tiene alguna característica especial que la diferencia del cine convencional o es tan solo un formato que se pone al servicio de la historia?
Realmente el formato depende de cada historia. Efectivamente, creo que la animación es un medio de expresión más, pero hay otras historias que se pueden contar mejor y con mucha imaginación con películas de acción real. Aunque, por otra parte, hemos llegado a un momento de fusión, es decir, ¿hasta qué punto Avatar no deja de ser una película de dibujos animados sofisticada?. Cada vez se trabaja más por ordenador, y, en ese sentido, la animación es un medio de expresión muy interesante.
Tadeo Jones ha tenido éxito y, sin embargo, ha habido empresas españolas que han perdido mucho dinero con la animación. Este formato no es, ni mucho menos, la solución del cine. El tema es encontrar una historia, contarla lo mejor posible y saber a qué público te diriges.
¿Qué importancia ha tenido el saber establecer el mercado al que se dirige la película?, ¿realmente determina tanto el resultado final?
Desde luego. Queríamos una película familiar, y cualquier cosa que se saliera de esto lo quitábamos. Hemos quitado bromas que a nosotros nos gustaban y que les hubieran gustado a un público universitario, pero yo no veía a un padre con sus hijos viéndola con comodidad. Eso ha sido más una clave que la animación “per se”. La animación es un medio al servicio de la historia que queremos contar.
¿Qué crees que debe cambiar en la forma que tenemos de entender el cine?, si piensas que ha que cambiar algo. Y me refiero desde el punto de vista de la industria, más que del artístico…
En cuanto a la producción, tenemos que tener en cuenta el equilibrio de las cosas. Hay un cine español muy interesante que tiene, por su naturaleza, unas condiciones de explotación muy restringidas. No creo que nadie, en su sano juicio, piense que Blancanieves va a hacer 10 millones en taquilla, cuando no los ha hecho ni The Artist. Sin embargo, todo el mundo está de acuerdo en que es una excelente película que va a representar muy bien al cine español en los Oscars y que puede ser una película muy interesante económicamente para los productores.
Pero, ¿a qué te refieres exactamente con el equilibrio?
A que hay que encontrar un equilibrio con el cine comercial, que tanto denostan, a veces, los críticos.
El otro día compartí butaca con José Arce, y ves la critica de Tadeo Jones o Lo Imposible, o Tengo ganas de ti, y a las tres las pone a la altura del betún. Pero, curiosamente, son las más taquilleras. Si esto sigue así, crece la industria, habrá trabajo para la gente, y se podrán plantear proyectos mucho más arriesgados. Es mucho mejor producir películas así, que estén muy bien hechas para llegar a la gente, y al mismo tiempo, tener muchas películas como Blancanieves, porque son muy importantes para la evolución del cine.
Yo sería incapaz de escribir películas de Tarkovski, y sin embargo me gustan como espectador. El otro día vi El Espejo, y me emocionó. Hay que encontrar el equilibrio y hacerlo fácil, porque el cine necesita un componente industrial y comercial muy importante.
Yo creo que el cine es entretenimiento que a veces se convierte en arte, y al devenir en arte es cultura. Pasa lo mismo con la pintura y la literatura. No todas las novelas tienen un valor artístico. Tengo un amigo que escribió un libro, La Sombra del Viento, que ha tenido mucho éxito, y desde luego este éxito no le ha cambiado, pero sí ha cambiado la percepción que la gente tiene sobre el. Es evidente que estoy hablando de Carlos Ruiz Zafón.