«Tanto insisten en los problemas que generará el envejecimiento de la población, tanto repiten eso de que el aumento en la esperanza de vida hace insostenible el actual sistema de pensiones, que yo ya me temo que cualquier día se le caliente la boca a algún experto, portavoz de organismo internacional o simple tertuliano neoliberal, y digan lo que tal vez piensan pero callan por vergüenza: que el mejor ahorro sería que nos muriésemos antes, que no viviésemos tantos años.»
No me extrañaría que hasta tuvieran hecho un estudio donde incluyesen la eseranza de vida como una magnitud económica más, susceptible de recortes para que cuadren las cuentas al final de la página, y hasta con propuestas para rebajarla. Suena crudo, lo sé, pero lo cierto es que los planes que los mercados, la OCDE, el FMI, Europa y el gobierno tienen para nosotros pueden acabar logrando eso: que vivamos menos años y así gastemos menos en pensiones. (PÚBLICO) EL MUNDO.- EL PSOE celebró ayer la reunión de su Ejecutiva más tormentosa de la legislatura. El partido es ya una caja de Pandora que no hay quien cierre y Zapatero tuvo que escuchar reproches por la decisión de retrasar la edad de jubilación a los 67 años y por toda la errática gestión de la crisis. El nerviosismo se ha instalado en los barones territoriales, que se enfrentan en sólo unos meses a unas elecciones autonómicas en las que el PSOE presumiblemente sufrirá una debacle LA VANGUARDIA.- La inapelable victoria de la alemana Angela Merkel en la última cumbre de la UE ha dejado a los países con más problemas de financiación, como España, abocados a la aplicación estricta del mantra: austeridad, recortes y reformas estructurales. Como guinda, el BCE informó ayer, un día de mucho ajetreo económico, que la pasada semana casi no compró deuda de Irlanda o Portugal, algo que no gustaba mucho a los alemanes. Esa pasividad de la entidad explica por qué la prima de riesgo española recuperó su tendencia natural y subió sigilosamente esos días. Como sigue haciéndolo ahora. EL PAÍS.- La reforma del sistema español de pensiones vivió ayer un cruce intenso de propuestas. La OCDE publicó un informe completo sobre España en el que plantea una reforma radical. Propone que la edad de jubilación vaya dilatándose en función de la esperanza de vida de la población, lo cual equivale a situarla progresivamente más allá de los 67 años, y ampliar el plazo de cotización necesario para obtener la pensión completa. Mientras tanto, el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, explicaba la reforma más gradual que pretende el Gobierno. Los sindicatos, a su vez, amenazaron con una segunda huelga general porque el retraso de la jubilación "marca la frontera entre el acuerdo y el desacuerdo". Opinión. Público El mejor ahorro en pensiones: morirse antes Isaac Rosa “Hay que vincular las pensiones a la evolución de la esperanza de vida, e incluso ir más allá de los 67 años si es necesario.” -Pierre Beynet, economista de la OCDE- Tanto insisten en los problemas que generará el envejecimiento de la población, tanto repiten eso de que el aumento en la esperanza de vida hace insostenible el actual sistema de pensiones, que yo ya me temo que cualquier día se le caliente la boca a algún experto, portavoz de organismo internacional o simple tertuliano neoliberal, y digan lo que tal vez piensan pero callan por vergüenza: que el mejor ahorro sería que nos muriésemos antes, que no viviésemos tantos años. Como decía El Roto, la mejor reforma sería hacer coincidir la edad de jubilación con la de fallecimiento. No me extrañaría que hasta tuvieran hecho un estudio donde incluyesen la esperanza de vida como una magnitud económica más, susceptible de recortes para que cuadren las cuentas al final de la página, y hasta con propuestas para rebajarla. Suena crudo, lo sé, pero cada vez que oigo a los partidarios de las reformas parece que lamentan que vivamos tantos años. Aparte de que esos argumentos demográficos son más que dudosos –como ha demostrado Vicenç Navarro-, y de que se podrían hacer otras reformas menos lesivas para los trabajadores, lo cierto es que los planes que los mercados, la OCDE, el FMI, Europa y el gobierno tienen para nosotros pueden acabar logrando eso: que vivamos menos años y así gastemos menos en pensiones. Como la longevidad está muy ligada a la calidad de vida, y viven más años las clases altas que los obreros, no es descabellado pensar que viviremos menos si tenemos que trabajar más años y en peores condiciones, con menos derechos sociales, y si además nos queda una pensión de miseria. Respecto a esto último, la aseguradora Axa calcula que las pensiones futuras se reducirán un 20% al ampliar el cómputo a 20 años y la edad de retiro a 67. Es cierto que una aseguradora que vende planes de pensiones no es inocente al asustarnos, pero es obvio que las pensiones pueden rebajarse incluso más: ayer el ministro de Trabajo proponía tomar toda la vida laboral para calcularlas. Por supuesto, nadie reconocerá como objetivo económico que nos muramos antes. Pero van camino de conseguirlo. PUBLICO. 21-12-2010 Opinión. El Mundo Tormentosa Ejecutiva del PSOE por el retraso de la jubilación EL PSOE celebró ayer la reunión de su Ejecutiva más tormentosa de la legislatura. El partido es ya una caja de Pandora que no hay quien cierre y Zapatero tuvo que escuchar reproches por la decisión de retrasar la edad de jubilación a los 67 años y por toda la errática gestión de la crisis. El nerviosismo se ha instalado en los barones territoriales, que se enfrentan en sólo unos meses a unas elecciones autonómicas en las que el PSOE presumiblemente sufrirá una debacle. Ayer también se hizo pública una encuesta de la Junta andaluza que, por primera vez, da al PP como ganador en esta comunidad con mayoría absoluta. Así, la petición de Chaves a los barones para que no hagan «su campaña» contra Zapatero o la advertencia de Jáuregui de que «se equivocarán los candidatos que se desmarquen del Gobierno» parecen intentos ya estériles por mantener prietas las filas. Los líderes regionales tienen razón en que no son ellos los que deben pagar los platos rotos de Zapatero. Pero la única forma de evitarlo es que éste adelante las elecciones para que los votantes no le castiguen por cabeza interpuesta. EL MUNDO. 21-12-2010 Opinión. La Vanguardia Una carrera de obstáculos Manel Pérez La inapelable victoria de la alemana Angela Merkel en la última cumbre de la UE ha dejado a los países con más problemas de financiación, como España, abocados a la aplicación estricta del mantra: austeridad, recortes y reformas estructurales. Como guinda, el BCE informó ayer, un día de mucho ajetreo económico, que la pasada semana casi no compró deuda de Irlanda o Portugal, algo que no gustaba mucho a los alemanes. Esa pasividad de la entidad explica por qué la prima de riesgo española recuperó su tendencia natural y subió sigilosamente esos días. Como sigue haciéndolo ahora. En esa tesitura, los gobiernos, y el de Zapatero en especial, quedan sometidos a dos presiones contrapuestas: la de los mercados que replicarán cualquier desviación con más costes de financiación y más exigencias; y las de los electores, que les castigarán cada vez que tengan oportunidad si las duras medidas que aplican no arrojan resultados. En España la ocasión será en las municipales de mayo. ¿Quién ganará de los dos? Como en este contexto turbulento mayo parece una fecha lejana, Zapatero calibra con más preocupación a los mercados. Tras llegar de Bruselas, el Gobierno ha seguido desplegando todas las iniciativas posibles acordes con el guión. Ayer Valeriano Gómez, una vez se ha acabado definitivamente con el tabú de los 67 años, concretó más su propuesta de reforma de las pensiones. También ayer, Elena Salgado dio a conocer los datos de déficit de las comunidades autónomas hasta el tercer trimestre, contenidos dentro del límite comprometido. Ambos anuncios parecieron contrarrestar el informe de Moody’s, una de las grandes del turbio negocio de calificación de deuda, sobre una futura rebaja de la nota de toda la banca y las cajas españolas. Pero, por si el Gobierno pensaba que con los cambios en las pensiones, la divulgación de los datos del gasto autonómico o la mayor transparencia de los balances de bancos y cajas iba a ser suficiente, la OCDE le pidió, también ayer, más profundidad en las medidas ya adoptadas y un nuevo programa de cambios, con rebajas del impuesto de sociedades y subidas del IVA incluidas. Esta crisis es como una carrera de obstáculos interminable. Y cada vez que supera uno el Gobierno se deja un jirón de autoridad y capacidad política. El calendario de las reformas económicas y el del ciclo electoral se desacoplan cada vez más. LA VANGUARDIA. 21-12-2010 Editorial. El País Reforma gradual La reforma del sistema español de pensiones vivió ayer un cruce intenso de propuestas. La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) publicó un informe completo sobre España en el que plantea una reforma radical. Propone que la edad de jubilación vaya dilatándose en función de la esperanza de vida de la población, lo cual equivale a situarla progresivamente más allá de los 67 años, y ampliar el plazo de cotización necesario para obtener la pensión completa. Mientras tanto, el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, explicaba la reforma más gradual que pretende el Gobierno: ampliar la edad de jubilación hasta los 67 años y aumentar paulatinamente el plazo de cómputo de la pensión desde los 15 últimos años hasta los 20 años primero y después hasta los 25. Los sindicatos, a su vez, amenazaron con una segunda huelga general porque el retraso de la jubilación "marca la frontera entre el acuerdo y el desacuerdo". Las posiciones en el debate necesitan una interpretación. La OCDE dibuja en el informe un futuro bastante probable en el que todos los servicios públicos (desde el agua hasta la sanidad) se pagan o aumentan de precio. En el caso de las pensiones, defiende la posición de un actuario de seguros; no otra cosa es aproximar lo percibido a lo cotizado. Así debe ser en los manuales, pero la gestión política tiene sus propias reglas. No es prudente pasar desde el sistema actual a otro que fije la edad de jubilación en función de la esperanza de vida sin correr el riesgo de una protesta social. Si de lo que se trata es de afianzar el sistema público, lo más sensato es corregir el sistema de cálculo de las cotizaciones en función de ese déficit e ir revisando periódicamente el balance del sistema en función del empleo, las cotizaciones y la población. Poco hay que oponer a la OCDE en su reclamación de una reforma laboral que favorezca la creación de empleo cuando haya recuperación. Pero recomienda al Gobierno que suba impuestos para ayudar a corregir el déficit (señala con el dedo el IVA y los impuestos especiales) y pide que se reduzcan el impuesto sobre sociedades y las cotizaciones sociales para favorecer la creación de empleo. Las subidas fiscales son la última carta de un Gobierno cuando han fallado todas las demás. Si según la propia OCDE, en 2010 y 2011 se cumplirán los objetivos de déficit, se entiende que el Gobierno prefiera esperar a que la subida de impuestos sea necesaria. La OCDE se sorprendería si supiera que el tipo efectivo que pagan las empresas por Sociedades en pocas ocasiones supera el 15%. La obligación y la oportunidad política de los sindicatos es negociar; es decir, asegurar a sus afiliados que las reformas se hacen por razones válidas y cuidar de que se ejecuten de forma justa. Pero se han empeñado en una táctica de confrontación. No es eso lo que quieren sus afiliados; más les gustaría que sus representantes fuesen parte activa de la negociación. Resulta chocante que UGT y CC OO sugieran una segunda huelga general después de los magros resultados de la primera. EL PAÍS. 21-12-2010