Desde 2016 Recortes Cero ha hecho un llamamiento a que se formase un Gobierno de Progreso. ¿Qué valoración haces de este gobierno de coalición de izquierdas?
Es una buena noticia por dos razones: Su política social debe ser un dique de contención a las nuevas amenazas de recortes contra las pensiones, la sanidad… que se están haciendo desde la UE y el FMI. Y coloca en segunda fila a Torra y Puigdemont que representan las fuerzas más reaccionarias del Procés, las que buscan junto con VOX una situación de enfrentamiento, de cuánto peor mejor.
¿Cuáles deberían ser las prioridades de este nuevo gobierno?
Sin duda debe ser el blindaje constitucional de las pensiones para que no se puedan recortar ni privatizar; revertir la reforma laboral para acabar con la precariedad; la defensa de una sanidad de calidad; y crear un parque público de vivienda para rebajar su precio que es la principal causa de empobrecimiento en las grandes ciudades.
Desde la exigencia de la redistribución de la riqueza ¿que le exiges al nuevo gobierno?
Un plan nacional para reindustrializar España y reconstruir de forma integral su tejido productivo encabezando el nuevo proyecto europeo de industria verde. Para redistribuir riqueza hay que generar. Esta es la clave para responder a la recesión creando empleo productivo y para tener un proyecto de país para nuestros jóvenes que no sea la Florida europea. Para ello tiene un recurso excepcional: la defensa de Bankia como motor público de inversión.
¿A qué obstáculos, amenazas o enemigos se va a enfrentar este gobierno de coalición?
A sectores de la gran banca y grandes monopolios españoles y extranjeros que querrían un gobierno de PP y VOX que lleve a pies juntillas sus recortes y rebajas salariales.
Y la degradación de la vida política y la división del país. Un proyecto progresista sólo puede salir adelante con la unidad del pueblo de las nacionalidades y regiones de España. El gobierno debe trabajar por unir en cada medida al 90% de la población, incluso a representantes de otras fuerzas políticas aunque no hayan apoyado la investidura. El lema debe ser unidad, unidad y unidad.