Los vecinos del barrio de San Luís en Sevilla, se constituyeron en asamblea en 2004 ara la defensa del Huerto del Rey del Moro. Un espacio calificado como bien de interés cultural que se ve amenazado por el plan urbanístico.Este huerto cuenta con 5 000 metros de árboles y una casa histórica . Olvidada durante años, son sus vecinos los que se han encargado desde hace cuatro años en dar de nuevo vida al lugar. Los más mayores recuerdan las acequias, pozos, albercas y aljibes que conformaban el lugar, una huerta precolombina llena de naturaleza e historia. Cuidada a día de hoy por sus vecinos que trabajan en esta huerta, la crisis de la construcción hace de estos lugares bocados suculentos. El Plan General de Ordenación Urbana, pone las bases necesarias para que en la Huerta del Rey Moro, se sustituya, historia y naturaleza al alcance de todos, por ladrillos suculentos y jardines semiprivados.La plataforma vecinal reivindica el uso social del espacio libre, y el lunes de esta semana organizaron una acampada libre como muestra del rechazo al plan urbanístico. La propuesta es que este lugar siga siendo disfrutado y cuidado por todos, de manera que pueda ser un lugar natural y de ocio popular en el que se ouedan organizar actividades como comidas populares, cine de verano, actuaciones musicales y teatrales, y un sin fin de actividades para las cuales el entorno es un maravilloso lugar.Actualmente ya hay en marcha un programa de huertos escolares, en las que se realizan jornadas de trabajo en torno a la cultura hortofrutícola y medioambiental, donde los más pequeños del barrio aprenden a semillar, a reconocer las especies, a cómo llevar una alimentación sana y la buena repercusión de esta en la salud. Muchas buenas cosas da este lugar si se enfoca para el beneficio de todos, pero que el plan urbanístico pone en peligro de forma vergonzosa para el beneficio de unos pocos. Beneficio dirigido a una rentabilidad impensable en tiempos de crisis, y que se proporciona a costa de que, como siempre, los perjudicados sean la gente del barrio. Eso les da igual, la historia y la gente son lo que menos preocupa al Gobierno en esta crisis, y si este tipo de cosas se hacían cuando la construcción estaba en pleno boom, más apetecible ahora que se tienen que dirigir a un comprador con dinero para invertir en casas con condiciones extraordinarias a las que solo un pequeño puñadito de gente en nuestro país pueden acceder. Vender menos, a precios altos para ganar así beneficios impensables en plena crisis.Los vecinos del barrio se niegan a que esto suceda así, y siguen organizando protestas y actividades mostrando su rechazo a un plan urbanístico que no respete un BIC.