La Unión Europea y el Gobierno discrepan sobre las tasas de crecimiento de la economía española y sobre el nivel de paro que sufrirá el país. Pero ambas coinciden, como los demás organismos internacionales, en que los salarios seguirán cayendo al menos dos años más mientras los precios suben. Según esos cálculos, el empobrecimiento de los trabajadores durará, como mínimo, hasta 2016.
Según los cálculos de Bruselas contenidos en su previsión de primavera para los próximos dos años, el empobrecimiento de quienes cobran una nómina será del 0,8% y todavía mayor el año que viene cuando los salarios perderán un 1,3% de poder adquisitivo. «El crecimiento de los salarios seguirá siendo limitado por el impacto del alto desempleo y las necesidades de ajuste afectarán a las nóminas», concluye la Comisión Europea que añade que atribuye las caídas salariales registradas en España a la reforma laboral sin citarla expresamente: «las bajadas salariales reflejan el impacto de las reformas, incluídas aquellas que modifican el sistema de negociación colectiva», concluye el organismo internacional.
Con esa perspectiva en mente, Bruselas augura que sólo en Grecia y Chipre caerán más los costes laborales que en España y atribuye a esa depreciación salarial el aumento de las exportaciones en las que define como «economías más vulnerables» como la española. «Se espera que ese patrón continúe», augura la Comisión Europea.
Coincidencia con el diagnóstico del Gobierno
Las discrepancias entre el Gobierno y la UE en prácticamente todas las variables económicas contrasta con la coincidencia que expresan en este capítulo. Según la previsión que el Gobierno ha remitido a Bruselas en su actualización del Programa de Estabilidad, la pérdida de poder adquisitivo de los salarios rondará el 1% por año hasta 2016 pero continuará incluso cuando la economía haya comenzado a crecer de manera más estable en 2017, cuando los salarios registrarán una pérdida de poder adquisitivo del 0,6% puesto que sólo subirán un 1% mientras los precios de la cesta de la compra suben un 1,6%, según las previsiones del Ejecutivo.
La pérdida de poder adquisitivo de los salarios contrasta, en el caso de las previsiones del Gobierno, con lo que el propio Ejecutivo define como una de las claves a las que fía la recuperación: la del poder de compra de las familias y el consumo privado de los hogares.